2ª RFEF
El Zamora suma tres puntos, en el "sembrao" de O Couto, sin grandes esfuerzos: (0-1)
Un gol de Álex Ares, en el minuto 8 de la primera parte, condicionó un partido en el que los rojiblancos se quedaron con la pelota sin que el Orense fuera capaz de llevar peligro a la puerta de Troya
El “O Couto” es un campo de fútbol, pero si le quitas las gradas y las porterías y no se trazan las líneas, parece un “sembrao”. Así no se puede jugar al fútbol, ni bonito, ni tiki-taka ni otras zarandajas del periodismo moderno. El Zamora CF solo tenía, en esta tarde plúmbea, una obligación: ganar, sumar tres puntos. Y lo logró su objetivo, merced a un gol de Álex Ares en el minuto 8, al rematar un pase de la muerte de Silva. A partir de ahí, los rojiblancos, hoy de amarillo pistacho, dominaron por completo el juego.
El Orense fue un ratón y el Zamora el gato. El cuadro “felino” se quedó con el balón, sin jugársela al tuntún. Cierto que apenas se buscó el área rival, pero no se necesitaba. La pelota la sacaba en corto Troya, que solo haría una intervención de cierto mérito durante todo el partido, en corto, a Theo que la cedía a Fran, este a Ámez, que hoy ocupó el lateral izquierdo, al ser un futbolista con más cuerpo que Nahuel, para aguantar el estado del césped, muy pesado e irregular. Después bajaban Chendri, que apareció poco, Pau Miguélez, que jugó la segunda parte de interior zurdo, Álex Ares…todos trabajaban como las obreras en la colmena.
Los rojiblancos no necesitaron retrasar posiciones, porque la posesión del balón fue tan absoluta que se constituyó en la mejor defensa. El Orense ni presionaba. Concedió la pelota al Zamora para que hiciese lo que le diera la real gana. De hecho, la primera acción en ataque gallega aconteció en el minuto 11, pero sin peligro de ningún tipo.
Solo recuerdo dos saques de esquina consecutivos azules, en el minuto 33, como acciones de ataque. El resto, nada de nada, a contemplar cómo el Zamora tocaba y tocaba la bola. Y, para colmo de males en la escuadra gallega, se quedaba con un hombre menos por expulsión de Amín, que realizó una entrada durísima sobre Luismi. Acontecía esa acción en el minuto 36.
A partir de ese instante, los rojiblancos reforzaron su estilo de juego. Y ya no hubo manera de que el equipo de la ciudad de las termas pusiese en peligro la integridad del marco zamorano, salvo al inicio de la segunda mitad, cuando Troya realizó una estirada a disparo flojo del ariete local.
Después más de lo mismo. El Zamora CF dedicó lo que quedaba del encuentro a sobar la pelota y, si terciaba, buscar las bandas, más la izquierda, para cerrar el partido.
El técnico orensano realizó su primer cambio en el minuto 64, y el segundo, en el 77; pero el equipo azul siguió siendo muy aburrido. Sin pelota, los niños tienden al tedio.
El encuentro entró en una fase plomiza, como el color del cielo. Yago Iglesias realizaría sus dos primeras sustitución en el minuto 79. Charly, que no tocó la bola en todo el partido, se iba a los vestuarios, y Pau Miguélez con él. Entraron El Haddadi y Vallejo.
Y en el cuarto de hora que quedaba para el final, alguna intentona del Zamora a cargo de Viana y Ámez, un portento físico, y dos cambios más entre los rojiblancos ya en el tiempo del descuento: primero Ribeiro entró por el goleador, Ares, minuto 92, y Sancho por Viana, en el 93. Y poco más. Tres puntos esenciales en la lucha por jugar la fase de ascenso. Y lo del fútbol bonito…para el circo.
Ahora a dejarnos de estupideces y a sumar otra victoria, el próximo sábado, por la tarde, en el Ruta de la Plata, ante el Langreo.
El “O Couto” es un campo de fútbol, pero si le quitas las gradas y las porterías y no se trazan las líneas, parece un “sembrao”. Así no se puede jugar al fútbol, ni bonito, ni tiki-taka ni otras zarandajas del periodismo moderno. El Zamora CF solo tenía, en esta tarde plúmbea, una obligación: ganar, sumar tres puntos. Y lo logró su objetivo, merced a un gol de Álex Ares en el minuto 8, al rematar un pase de la muerte de Silva. A partir de ahí, los rojiblancos, hoy de amarillo pistacho, dominaron por completo el juego.
El Orense fue un ratón y el Zamora el gato. El cuadro “felino” se quedó con el balón, sin jugársela al tuntún. Cierto que apenas se buscó el área rival, pero no se necesitaba. La pelota la sacaba en corto Troya, que solo haría una intervención de cierto mérito durante todo el partido, en corto, a Theo que la cedía a Fran, este a Ámez, que hoy ocupó el lateral izquierdo, al ser un futbolista con más cuerpo que Nahuel, para aguantar el estado del césped, muy pesado e irregular. Después bajaban Chendri, que apareció poco, Pau Miguélez, que jugó la segunda parte de interior zurdo, Álex Ares…todos trabajaban como las obreras en la colmena.
Los rojiblancos no necesitaron retrasar posiciones, porque la posesión del balón fue tan absoluta que se constituyó en la mejor defensa. El Orense ni presionaba. Concedió la pelota al Zamora para que hiciese lo que le diera la real gana. De hecho, la primera acción en ataque gallega aconteció en el minuto 11, pero sin peligro de ningún tipo.
Solo recuerdo dos saques de esquina consecutivos azules, en el minuto 33, como acciones de ataque. El resto, nada de nada, a contemplar cómo el Zamora tocaba y tocaba la bola. Y, para colmo de males en la escuadra gallega, se quedaba con un hombre menos por expulsión de Amín, que realizó una entrada durísima sobre Luismi. Acontecía esa acción en el minuto 36.
A partir de ese instante, los rojiblancos reforzaron su estilo de juego. Y ya no hubo manera de que el equipo de la ciudad de las termas pusiese en peligro la integridad del marco zamorano, salvo al inicio de la segunda mitad, cuando Troya realizó una estirada a disparo flojo del ariete local.
Después más de lo mismo. El Zamora CF dedicó lo que quedaba del encuentro a sobar la pelota y, si terciaba, buscar las bandas, más la izquierda, para cerrar el partido.
El técnico orensano realizó su primer cambio en el minuto 64, y el segundo, en el 77; pero el equipo azul siguió siendo muy aburrido. Sin pelota, los niños tienden al tedio.
El encuentro entró en una fase plomiza, como el color del cielo. Yago Iglesias realizaría sus dos primeras sustitución en el minuto 79. Charly, que no tocó la bola en todo el partido, se iba a los vestuarios, y Pau Miguélez con él. Entraron El Haddadi y Vallejo.
Y en el cuarto de hora que quedaba para el final, alguna intentona del Zamora a cargo de Viana y Ámez, un portento físico, y dos cambios más entre los rojiblancos ya en el tiempo del descuento: primero Ribeiro entró por el goleador, Ares, minuto 92, y Sancho por Viana, en el 93. Y poco más. Tres puntos esenciales en la lucha por jugar la fase de ascenso. Y lo del fútbol bonito…para el circo.
Ahora a dejarnos de estupideces y a sumar otra victoria, el próximo sábado, por la tarde, en el Ruta de la Plata, ante el Langreo.


















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