Lunes, 22 de Septiembre de 2025

Redacción
Miércoles, 05 de Abril de 2023
HABLEMOS

Henry Ford, emblema de la libertad

[Img #76963]   Cosas veredes, que diría el clásico o el refranero. Quién nos iba a decir que, a la vuelta del tiempo, el capitalista industrial por excelencia se convertiría con su empresa en estandarte de la libertad no ya económica o de mercado, sino sencillamente de los derechos humildes del ciudadano común, pisoteados por oligarquías partitocráticas atrincheradas en los gigantescos aparatos de dominio que deciden hoy, aprovechando la cobardía de la sociedad de masas, sobre vida, hacienda y familia de las personas.

 

   En estos momentos, lo que pueda quedar de espíritu de rebeldía frente a la amenaza que representa la eurocracia con sus Agendas liberticidas, cuenta con un nuevo símbolo para la ciudadanía. Aquel de la lucha contra el diktat infame mediante el que el nuevo Reich de Bruselas ordena, reprime, prohíbe el vehículo popular y democrático que supuso el mayor avance, en cuanto a prosperidad pero también libertad, de las clases populares en el mundo moderno. Si nosotros, europeos, no somos capaces de reaccionar a través de la opinión pública y la acción política para impedir semejante arbitrariedad, poca o ninguna esperanza queda en nuestras serviles sociedades a los amantes de la libertad.

 

   Europa necesita líderes y partidos defensores de un ideario propio, frente a burócratas omnipresentes e instituciones profundamente adulteradas. Pero necesita por encima de todo movimientos cívicos con capacidad organizativa, para llevar a la calle y la escena pública la resistencia, que no servil resiliencia, contra las imposiciones del poder maligno que nos invade. Totalitarismo sibilino y silente, si bien cada vez menos a la vista de los hechos.

 

   Para los europeos la libertad será o no será, probablemente lo segundo. Pero en caso de lo primero, no hay otro camino que desmontar la UE y sus estructuras, con miras a recuperar nuestras soberanías nacionales como valladar ante el enésimo experimento totalitario continental, al modo y manera de los grandes sátrapas contemporáneos.

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