HABLEMOS
Injusticia generacional
Desde Zamora
Para una sociedad sana, no sumida en procesos traumáticos de crisis y cambio radical, el curso de las cosas implica que el progreso, auténtico avance ajeno a cualquier ambición de Agendas despóticas, tiene que ver con la preocupación, según ocurre dentro de la familia, por garantizar la mejora, prosperidad y seguridad de las generaciones venideras.
En la peor versión de unas oligarquías políticas privilegiadas, la socialburocracia echa por tierra tan loable principio, con su fracasado por quebrado sistema del Bienestar, degenerando en la estafa piramidal consistente en que, para sufragar las prebendas de la generación más hipócrita y beneficiada de la historia, aquella que a diferencia de sus ascendientes directos ni hizo una guerra ni sudó una posguerra, los jóvenes se conviertan en siervos costeando la fiesta de afiliados a la pensioncica, contributiva o no, y lo primero por lo bajo, junto a las excursiones con hotelito y discoteca del Inserso.
Ancianidad a la que, por primera vez, parece importarle un bledo que sus hijos y nietos, solidarios a la fuerza, se vean obligados a pagar y pagar en el remiendo no ya por llegar sino venido y cierto de la cuantía, períodos y demás pespuntes de las cotizaciones, mediante el que se quiere disfrazar el hecho de que el actual sistema de pensiones es insostenible incluso vía saqueo fiscal, con una deuda que amenaza superar el 150% del PIB. Y bastante más.
Porque abuelos de residencia, pensioncica, caña con tapa y gabela del Inserso, los ricos capitalistas pueden estar para pagar, cotizar y contribuir a una nunca perfecta, por la cuenta que os tiene con demagogos de urbanización privada al alimón, justicia social de reparto y distributiva. Mas el problema es que no hay relevo generacional para mantener un mínimo de actividad, dado que vuestras “democracias” sociales, entre otros disparates, fomentan la antinatalidad mediante legislaciones proabortistas que, por motivos ideológicos, agravan el invierno demográfico. Ello pese a una inmigración que está lejos de invertir la curva fatídica de la despoblación rural y el envejecimiento.
En fin, ancianos y abuelos, que vendría bien un poco de generosidad y solidaridad con una juventud a la que engañosamente se le dio casi todo, titulillo basura por delante, para arrebatarle después lo principal en forma de futuro, trabajo y esperanza.
Para una sociedad sana, no sumida en procesos traumáticos de crisis y cambio radical, el curso de las cosas implica que el progreso, auténtico avance ajeno a cualquier ambición de Agendas despóticas, tiene que ver con la preocupación, según ocurre dentro de la familia, por garantizar la mejora, prosperidad y seguridad de las generaciones venideras.
En la peor versión de unas oligarquías políticas privilegiadas, la socialburocracia echa por tierra tan loable principio, con su fracasado por quebrado sistema del Bienestar, degenerando en la estafa piramidal consistente en que, para sufragar las prebendas de la generación más hipócrita y beneficiada de la historia, aquella que a diferencia de sus ascendientes directos ni hizo una guerra ni sudó una posguerra, los jóvenes se conviertan en siervos costeando la fiesta de afiliados a la pensioncica, contributiva o no, y lo primero por lo bajo, junto a las excursiones con hotelito y discoteca del Inserso.
Ancianidad a la que, por primera vez, parece importarle un bledo que sus hijos y nietos, solidarios a la fuerza, se vean obligados a pagar y pagar en el remiendo no ya por llegar sino venido y cierto de la cuantía, períodos y demás pespuntes de las cotizaciones, mediante el que se quiere disfrazar el hecho de que el actual sistema de pensiones es insostenible incluso vía saqueo fiscal, con una deuda que amenaza superar el 150% del PIB. Y bastante más.
Porque abuelos de residencia, pensioncica, caña con tapa y gabela del Inserso, los ricos capitalistas pueden estar para pagar, cotizar y contribuir a una nunca perfecta, por la cuenta que os tiene con demagogos de urbanización privada al alimón, justicia social de reparto y distributiva. Mas el problema es que no hay relevo generacional para mantener un mínimo de actividad, dado que vuestras “democracias” sociales, entre otros disparates, fomentan la antinatalidad mediante legislaciones proabortistas que, por motivos ideológicos, agravan el invierno demográfico. Ello pese a una inmigración que está lejos de invertir la curva fatídica de la despoblación rural y el envejecimiento.
En fin, ancianos y abuelos, que vendría bien un poco de generosidad y solidaridad con una juventud a la que engañosamente se le dio casi todo, titulillo basura por delante, para arrebatarle después lo principal en forma de futuro, trabajo y esperanza.



















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.29