¿Política o filosofía?

     En tiempos de asueto veraniego, antesala que fueron y siguen siendo del Pensar en libertad, se aventura una escueta digresión acerca de la cultura en el ocaso.

   “Jamás se comprenderá la realidad social y política de nuestro tiempo sin ahondar en sus bases espirituales, que atañen al hombre desde su hoy único modo de existencia, circunscrito a la exigencia “moral” de ser y existir para los otros, amalgama social investida de legitimidad absoluta, en perjuicio del individuo, de su libertad y propiedad.

   Pensador tranquilo y latitudinario, fuera de la tópica a que han dado lugar sus escritos políticos Locke no ha recibido la atención que merece, siendo como es, junto a Descartes y Kant, segundo gran hito en la línea ascendente de nuestro filosofar. Con la obra de mayor entidad dentro de su escuela, pese al juicio no ya inmerecido sino abiertamente sesgado en favor de un Hume cuyo logro habría sido despertar a Kant del tan manido sueño dogmático, sólo para afianzar en él el maligno influjo de Rousseau, a Locke le cabe el mérito de haber planteado con singular agudeza una solución política al problema de la la yoidad, después de constatar el fracaso del racionalismo en su intento de hacer valer la figura del cogito, como sujeto pleno y racional ya de extremo a extremo.

   Desde la lucidez de una apuesta metafísica entrevista como topología del poder, Locke emplaza a Kant en los términos práctico-políticos de sus imperativos, campo donde se realizaría el ego trascendental bajo la conciencia inherente al deber ético, respecto a sí mismo y fundamentalmente todos los demás, con quienes convive en el ámbito de una sociedad política.

   Pero la cuestión es: si Locke fracasa en su proyecto, y Kant al final tampoco salva dificultad y reto de una razón (impura) práctica, ¿qué deducir de la racionalidad de lo político en la versión tan edulcorada como engañosa de una “democracia perfecta”, paraíso cívico de libertad, derecho y conducta moral?”.

   Reflexión en contraportada de “Génesis espiritual del gregarismo”, T II, sobre la filosofía de J. Locke. Obra presentada en este papel.   

   Salud, parafraseando mis humildes y hoy abandonadas noticias de Facebook, que retomaremos con invitación incluida a los lectores de este visitado e incorrecto Hablemos. Allí, como aquí, pensaremos en libertad.