ENTREVISTA
Pepe Calvo: "Somos uno de los corazoncitos culturales de la provincia"
    
   
	    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        
    
    
    El director del Museo Etnográfico de CyL destaca la variedad de actividades para todos los públicos.
	
	
        
        
        			        			        			        
        
                
        
        ![[Img #83028]](https://eldiadezamora.es/upload/images/10_2023/4008__dsc4302.jpg)
 
José Luis Calvo Domínguez, director del Museo Etnográfico de Castilla y León desde 2016, ha charlado con nosotros sobre el museo, sus actividades y exposiciones, y el deseo de metabolizarse con la sociedad.
 
-En primer lugar, ¿qué podemos encontrar en el Museo Etnográfico de Castilla y León?
 
Podemos decir que el museo tenga dos patas. Una sería la exposición permanente y el fondo del museo, que es lo que hemos heredado. El 60 % viene de la colección que tenía Caja Zamora, luego Caja España, y representa mucho el occidente de la comunidad, sobre todo Zamora y Salamanca. Y teniendo como origen esas colecciones y se abrió en 2003 un museo antropológico de corte folclórico. Los museos etnográficos en sentido ortodoxo tienen dos tipologías, la folclórico-romántica, y la colonial. Son dos modelos que han caducado.  Los museos folclóricos-románticos se han querido reconvertir en museos de identidad. Nuestra colección va en esta línea romántico-folclórica. Estamos haciendo un nuevo plan museológico para hacer una transformación que supere un poco esa tipología. Y la otra pata del museo es la pata de exposiciones y actividades, que intentamos que sea un museo que rasque en el ser humano, que explore. La etnografía es todo lo que atañe el ser humano. Intentamos a través de la programación llegar a todos los públicos y trascendemos programaciones folclóricas-románticas, que también las tenemos, como festivales de música tradicional, que son muy importantes, pero tenemos que hablar de muchas más cosas en el s. XXI.
 
-La colección permanente del museo es muy amplia, pero ¿se continúa incluyendo nuevas piezas?
 
En la actualidad nosotros no tenemos un presupuesto para adquisición de piezas, tiene que ser una pieza demasiado extraordinaria para que hagamos un informe de necesidad. Entonces dependemos de un goteo de donaciones, y depósitos, que es constante. La gente está muy sensibilizada con el patrimonio. Son sobre todo donaciones a título particular. Alguna viene de alguna entidad local o iniciativa municipal, por ejemplo, hace 2 años por la celebración del 50 aniversario de la asociación de Recuperación de las Mascaradas y los Carochos hicimos una exposición con la gente de Riofrío. Se sintieron agradecidos y nos donaron los carochos, el mayor y el menor, que fue un regalazo.
 
-¿Qué tipo de público se acerca al Museo?, ¿hay más turistas o gente de la propia comunidad que buscan conocer sus raíces?
 
Dividimos la afluencia al museo en visitantes y usuarios. El visitante suele ser tanto público regional, como nacional, y extranjero, y en condiciones de normalidad estábamos en una horquilla de entre 20.000 y 25.000 visitantes al año.  Y luego, unos 40.000 usuarios, que es gente que viene a actividades y jornadas, que son de aquí la mayoría. El número de usuarios duplica a los visitantes.
 
-Quizás los jóvenes sean el público más difícil de llegar, ¿qué actividades hay programadas para ellos?
 
Nosotros intentamos programar para todos los públicos. El público infantil viene, el público escolarizado. El público adulto y más longevo, suelen venir, está casi asegurado, tienen interés por las actividades que hacemos.  El público adolescente, a partir de 13 años hasta la mayoría de edad, es el que más nos cuesta llegar. No es un problema de este museo, es un problema generalizado con todos los museos. Justo en el 2024 vamos a participar en un proyecto Erasmus de la Comisión Europea con 7 museos europeos, en la que vamos a hacer un intercambio de prácticas y una especie de I+D de generar formatos y actividades culturales de integración de público joven en los museos.
 
-Además de talleres y exposiciones temporales podemos encontrar actividades en el Museo como la próxima Jornada de lo social de Juezas y Jueces para la democracia. ¿Hay alguna actividad prevista que quiera destacar?
 
Tenemos el Festival Internacional de Documentales, que este año tenemos la VII edición, y va a ser del 6 al 12 de noviembre. Es como una ventanita abierta al mundo. Tenemos la sección de Castilla y León, que nos miramos nosotros, pero también hay que mirar al mundo. Se van a proyectar unas 45 películas documentales, y vamos a seguir con la sección Iberdrola-Fernando López Heptener, que llevamos haciendo 5 años, y es una retrospectiva sobre este realizador que vivió en Zamora y es uno de los pioneros del cine documental en España. También va venir David Trueba el penúltimo día del festival, 11 de noviembre, a presentar el documental que hizo sobre Chicho Sánchez Ferlosio "Si se llevara el viento lo que yo canto", un documental muy potente. El 1 de diciembre inauguramos una exposición, que va a encantar sobre todo al público más mayor, sobre los 250 dibujos originales que hizo Mingote para el libro que sacó en 1973 de historia de la gente. Luego también a finales de diciembre vendrá la compañía La Chana Teatro, que fueron ganadores este año del premio Max al mejor espectáculo infantil. En esta ocasión nos traen una propuesta más para adultos "Entre diluvios". También van a venir unas chicas de Cádiz a hacer romancero gaditano callejero. Tenemos de todo. Clementine Deliss, directora del Museo Etnográfico de Frankfurt, proponía en uno de sus libros que este tipo de museos tenemos que metabolizar la sociedad. No podemos centrarnos sólo en una cosa. Y eso es lo que buscamos, metabolizar la sociedad. Nosotros hacemos todo tipo de actividades, sólo tenemos una línea, que es que no hacemos actividades con partidos políticos.
 
-Volviendo a las actividades que acoge el Museo hay muchas y variadas. Podemos encontrar desde talleres de ajedrez, que se pueden disfrutar en estos momentos, hasta grabaciones de podcasts con temática cultural. ¿Cuál es el criterio para la elección de las actividades?
 
Tenemos una línea que es que no hacemos actividades con partidos políticos, a partir de ahí todo. Sabes cosas que ya funcionan por experiencia, pero también intentamos probar cosas nuevas.
 
-¿Qué destacaría como lo más visitado dentro del Museo?
 
A la gente le gusta mucho las cosas de indumentaria. Luego, en el museo tenemos una de las mejores colecciones de arte pastoril de Europa, muy centrado en el occidente de Castilla y León. Yo diría que estas son un poco la "joya de la corona". Pero luego es muy personal y va con los gustos de cada persona. También gusta mucho la capa parda, y las mascaradas.
 
-En sus años de director del Museo ¿de qué se siente especialmente orgulloso?
 
Estos siete años han sido un pestañeo, porque se nos ha diluido el tiempo en cuestión referencial con la pandemia. Nos mermó mucho la pandemia el poder de hacer cosas. Muchas cosas que teníamos planeadas no las hemos podido materializar. Además, en Castilla y León hemos tenido unas transiciones políticas que hacen que no haya una política cultural homogénea, que hacen que no sea fluido el trabajo. La reforma de la exposición temporal permanente nos está costando muchísimo. Estamos trabajando bajo mínimos y nos está costando mucho materializar ciertas cosas. Pero lo que sí creo que hemos conseguido en esta etapa es abrir el museo al público, a la ciudad. Que la gente tenga un espacio para hacer y para proponer, y somos uno de los "corazoncitos culturales", de la provincia y la región. Tenemos que ir hacia un museo metabólico en el que la gente se vea representada.
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                                                                            	
                                        
                            
    
    
	
    
![[Img #83028]](https://eldiadezamora.es/upload/images/10_2023/4008__dsc4302.jpg)
José Luis Calvo Domínguez, director del Museo Etnográfico de Castilla y León desde 2016, ha charlado con nosotros sobre el museo, sus actividades y exposiciones, y el deseo de metabolizarse con la sociedad.
-En primer lugar, ¿qué podemos encontrar en el Museo Etnográfico de Castilla y León?
Podemos decir que el museo tenga dos patas. Una sería la exposición permanente y el fondo del museo, que es lo que hemos heredado. El 60 % viene de la colección que tenía Caja Zamora, luego Caja España, y representa mucho el occidente de la comunidad, sobre todo Zamora y Salamanca. Y teniendo como origen esas colecciones y se abrió en 2003 un museo antropológico de corte folclórico. Los museos etnográficos en sentido ortodoxo tienen dos tipologías, la folclórico-romántica, y la colonial. Son dos modelos que han caducado. Los museos folclóricos-románticos se han querido reconvertir en museos de identidad. Nuestra colección va en esta línea romántico-folclórica. Estamos haciendo un nuevo plan museológico para hacer una transformación que supere un poco esa tipología. Y la otra pata del museo es la pata de exposiciones y actividades, que intentamos que sea un museo que rasque en el ser humano, que explore. La etnografía es todo lo que atañe el ser humano. Intentamos a través de la programación llegar a todos los públicos y trascendemos programaciones folclóricas-románticas, que también las tenemos, como festivales de música tradicional, que son muy importantes, pero tenemos que hablar de muchas más cosas en el s. XXI.
-La colección permanente del museo es muy amplia, pero ¿se continúa incluyendo nuevas piezas?
En la actualidad nosotros no tenemos un presupuesto para adquisición de piezas, tiene que ser una pieza demasiado extraordinaria para que hagamos un informe de necesidad. Entonces dependemos de un goteo de donaciones, y depósitos, que es constante. La gente está muy sensibilizada con el patrimonio. Son sobre todo donaciones a título particular. Alguna viene de alguna entidad local o iniciativa municipal, por ejemplo, hace 2 años por la celebración del 50 aniversario de la asociación de Recuperación de las Mascaradas y los Carochos hicimos una exposición con la gente de Riofrío. Se sintieron agradecidos y nos donaron los carochos, el mayor y el menor, que fue un regalazo.
-¿Qué tipo de público se acerca al Museo?, ¿hay más turistas o gente de la propia comunidad que buscan conocer sus raíces?
Dividimos la afluencia al museo en visitantes y usuarios. El visitante suele ser tanto público regional, como nacional, y extranjero, y en condiciones de normalidad estábamos en una horquilla de entre 20.000 y 25.000 visitantes al año. Y luego, unos 40.000 usuarios, que es gente que viene a actividades y jornadas, que son de aquí la mayoría. El número de usuarios duplica a los visitantes.
-Quizás los jóvenes sean el público más difícil de llegar, ¿qué actividades hay programadas para ellos?
Nosotros intentamos programar para todos los públicos. El público infantil viene, el público escolarizado. El público adulto y más longevo, suelen venir, está casi asegurado, tienen interés por las actividades que hacemos. El público adolescente, a partir de 13 años hasta la mayoría de edad, es el que más nos cuesta llegar. No es un problema de este museo, es un problema generalizado con todos los museos. Justo en el 2024 vamos a participar en un proyecto Erasmus de la Comisión Europea con 7 museos europeos, en la que vamos a hacer un intercambio de prácticas y una especie de I+D de generar formatos y actividades culturales de integración de público joven en los museos.
-Además de talleres y exposiciones temporales podemos encontrar actividades en el Museo como la próxima Jornada de lo social de Juezas y Jueces para la democracia. ¿Hay alguna actividad prevista que quiera destacar?
Tenemos el Festival Internacional de Documentales, que este año tenemos la VII edición, y va a ser del 6 al 12 de noviembre. Es como una ventanita abierta al mundo. Tenemos la sección de Castilla y León, que nos miramos nosotros, pero también hay que mirar al mundo. Se van a proyectar unas 45 películas documentales, y vamos a seguir con la sección Iberdrola-Fernando López Heptener, que llevamos haciendo 5 años, y es una retrospectiva sobre este realizador que vivió en Zamora y es uno de los pioneros del cine documental en España. También va venir David Trueba el penúltimo día del festival, 11 de noviembre, a presentar el documental que hizo sobre Chicho Sánchez Ferlosio "Si se llevara el viento lo que yo canto", un documental muy potente. El 1 de diciembre inauguramos una exposición, que va a encantar sobre todo al público más mayor, sobre los 250 dibujos originales que hizo Mingote para el libro que sacó en 1973 de historia de la gente. Luego también a finales de diciembre vendrá la compañía La Chana Teatro, que fueron ganadores este año del premio Max al mejor espectáculo infantil. En esta ocasión nos traen una propuesta más para adultos "Entre diluvios". También van a venir unas chicas de Cádiz a hacer romancero gaditano callejero. Tenemos de todo. Clementine Deliss, directora del Museo Etnográfico de Frankfurt, proponía en uno de sus libros que este tipo de museos tenemos que metabolizar la sociedad. No podemos centrarnos sólo en una cosa. Y eso es lo que buscamos, metabolizar la sociedad. Nosotros hacemos todo tipo de actividades, sólo tenemos una línea, que es que no hacemos actividades con partidos políticos.
-Volviendo a las actividades que acoge el Museo hay muchas y variadas. Podemos encontrar desde talleres de ajedrez, que se pueden disfrutar en estos momentos, hasta grabaciones de podcasts con temática cultural. ¿Cuál es el criterio para la elección de las actividades?
Tenemos una línea que es que no hacemos actividades con partidos políticos, a partir de ahí todo. Sabes cosas que ya funcionan por experiencia, pero también intentamos probar cosas nuevas.
-¿Qué destacaría como lo más visitado dentro del Museo?
A la gente le gusta mucho las cosas de indumentaria. Luego, en el museo tenemos una de las mejores colecciones de arte pastoril de Europa, muy centrado en el occidente de Castilla y León. Yo diría que estas son un poco la "joya de la corona". Pero luego es muy personal y va con los gustos de cada persona. También gusta mucho la capa parda, y las mascaradas.
-En sus años de director del Museo ¿de qué se siente especialmente orgulloso?
Estos siete años han sido un pestañeo, porque se nos ha diluido el tiempo en cuestión referencial con la pandemia. Nos mermó mucho la pandemia el poder de hacer cosas. Muchas cosas que teníamos planeadas no las hemos podido materializar. Además, en Castilla y León hemos tenido unas transiciones políticas que hacen que no haya una política cultural homogénea, que hacen que no sea fluido el trabajo. La reforma de la exposición temporal permanente nos está costando muchísimo. Estamos trabajando bajo mínimos y nos está costando mucho materializar ciertas cosas. Pero lo que sí creo que hemos conseguido en esta etapa es abrir el museo al público, a la ciudad. Que la gente tenga un espacio para hacer y para proponer, y somos uno de los "corazoncitos culturales", de la provincia y la región. Tenemos que ir hacia un museo metabólico en el que la gente se vea representada.



















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