Tío Babú

-Dime tú, tío Babú, ¿dado que estamos en el día del Gordo de Navidad, qué opinas de la suerte?
-Que es lo que rige el mundo.

-Dime tú, tío Babú, ¿entonces no crees en los méritos propios?
-Los méritos propios los tienes si tienes la suerte de tener meritos propios y si tienes la suerte de que alguien te reconozca esos méritos propios. O sea, que en el caso de los méritos propios necesitas  2 oleadas de suerte.

-Dime tú, tío Babú, ¿me estás tomando el pelo?
-En absoluto. Mira, para empezar te recuerdo que es una ley de la física la que dice que todo lo que ocurre en el Universo ocurre de carambola, de chamba, de casualidad, por suerte.

-Dime tú, tío Babú, ¿y, entonces, lo de Einstein fue suerte o fue que estudió mucho?
-Einstein tuvo la suerte de nacer con un cerebro privilegiado; luego tuvo la suerte de poder usar esa inteligencia en el estudio de lo que le gustaba y, por último, tuvo la suerte de que le acompañó la salud y una esposa matemáticamente excepcional. Por el contrario, imagina que hace 4 años nació un Einstein en Gaza y que ahora una bomba israelí le ha volado parte del cerebro dejándolo en mal estado….
 

-Dime tú, tío Babú, ¿entonces no hace falta estudiar, trabajar, aportar a la sociedad. Basta con cruzarse de brazos y esperar la suerte?-En absoluto. Porque la suerte puede ser buena o mala. Lo que hay que hacer es si poner toda la carne en el asador para tener buena suerte. Y comprender que si la tienes es porque tuviste la suerte de tener carne en el asador.