Martes, 23 de Diciembre de 2025

Manuel Herrero
Lunes, 01 de Enero de 2024
DENUNCIA

Una nochevieja más, venida a menos.

Decae la celebración, sin botellones, ni fiestas en locales particulares y con menos participación cada año

            Cada uno cuenta la feria según le va en ella. Con lo cual, si después de las campanadas tirando del bonocopas, o apoquinando cada cubata la mayoría lo paso bien, pues fenomenal. Este año las opciones, donde pasar esa primera noche del año habían disminuido. Algún local  abierto menos, y por ánimos o por los problemas que plantean organizarlas, las opciones de fiestas particulares no eran tantas. Tampoco hubo los típicos botellones donde la compañía y la bebida pueden más que las inclemencias del tiempo. La lluvia no era un impedimento en esta ocasión, porque no se esperaba. Atrás quedan esos años donde bajo soportales o algún  puente se cobijaban de la lluvia los que habían decidido recibir el nuevo año a la intemperie.

 

            Y así empezó la noche. Una noche especial y con outfit, que así se llama ahora el atuendo para cada ocasión, muy específico donde abundaban trajes y vestidos de esos que se usan para las celebraciones importantes. Si bien de principio parecía que por el número de participantes era pronto para afirmar que había poca gente, esperando que el grueso de la gente llegara con posterioridad, no fue así. El número  había disminuido con respecto a años anteriores. Pudiera considerarse, que estaban poco más de los que salen un fin de semana de los buenos, de los de barullo. Con la salvedad de que estuvieron más tiempo, el horario especial de la hostelería para estas fechas lo permitía y algo de no menos importancia, gastaron más. También se divirtieron más, habrá casos particulares, puede que por los efectos de haber bebido más. Como el cuerpo tiene un capacidad, lo que se ingiere hay que expulsarlo y ahí es donde el comportamiento de muchos y bastantes muchas, que no tuvieron reparos en enseñar glúteos en la calle, no fue el más adecuado, teniendo en cuenta, los regatos de orines que corrían por las calles a primera hora de la mañana.

 

            Los servicios de limpieza, antes de que amaneciera y cuando aún abundaban celebrantes por la calle, comenzaron su trabajo. Camión de riego y desinfección baldeando las calles, y manguerazos en algunos puntos, donde no puede acceder el vehículo, como por ejemplo la plaza de La Leña. Retirada manual de vidrio, allá donde los había y santa pascuas. Al despertar los paseantes de la zona centro, comprobaran lo eficaces que han sido los empleados. Aunque a decir verdad, ese olor típico de los orines, no resulta fácil de suprimir. Más, cuando por razones de efectivos, se emplearon en la zona centro, no pudiendo llegar ni a todas las calles afectadas, por ejemplo la calle madre Bonifacia Rodríguez de Castro, ni a otras zonas adyacentes, como el barrio de la Horta, donde tendrán que esperar  que las lluvias disipen esos olores propios de la orina humana. Y, después exigen una botellita con vinagre para el pis de los perros, para que su propietarios tengan, que limpiar además de lo que hace su mascota, lo que hacen los hijos de otros, meando en su puerta.

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