EL BECARIO TARDIO
Valorio y los señores en bicicleta
Esteban Pedrosa
![[Img #85556]](https://eldiadezamora.es/upload/images/01_2024/8427_pedrosa.jpg)
En uno de mis paseos habituales por Valorio, a la vista de la poca gente con la que me cruzo o que me adelanta, se me ocurre pensar que vivimos de espaldas al bosque, algo que ya pensé sobre el río Duero que, en una de sus crecidas, veías más gente de la habitual acompañándolo, sin duda llamada por la enormidad del caudal, y con el morbo con el se acude al circo a ver a la mujer barbuda, ponía como ejemplo entonces.
Tiene que hacer un tiempo aceptable para que la gente paseé por sus caminos o haga uso de las terrazas de los bares, si exceptuamos a los ciclistas, que acuden, mayormente, los fines de semana e invaden caminos, veredas, senderos y todo lo que les da la gana y además lo hacen con ímpetu de campeones en busca de un récord que no lograrían en franca competencia y, ante ese empuje, te tienes que apartar tú, no porque ellos tengan preferencia, sino por la cuenta que te tiene el no salir atropellado y malparado. Por supuesto que toda generalización acarrea injusticia y hay ciclistas comedidos y educados, pero mucho me temo que son los menos y que nadie piense que, dicho esto, me he despachado a gusto, porque me dejo cosas en el tintero en esto de los señores montados en bicicleta, que nada tienen que ver con los ciclistas, aunque parezca lo mismo.
Aunque en Valorio se ven familias que comen o meriendan en los bancos de madera, pienso que ya no son en la misma cantidad que antes, tal vez por el cambio en las costumbres y sin duda por el hecho de no poder usar las barbacoas, instaladas en su día para transformar los alimentos y hoy prohibidas para preservar el bosque, una medida, pienso, acertada y que viene dada por cuatro que lo hacen mal y que nos toca pagar a todos como en el pecado original y en el que también pueden entrar esos ciclistas desaprensivos que, en este caso, es al revés y son más de cuatro.
En uno de mis paseos habituales por Valorio, a la vista de la poca gente con la que me cruzo o que me adelanta, se me ocurre pensar que vivimos de espaldas al bosque, algo que ya pensé sobre el río Duero que, en una de sus crecidas, veías más gente de la habitual acompañándolo, sin duda llamada por la enormidad del caudal, y con el morbo con el se acude al circo a ver a la mujer barbuda, ponía como ejemplo entonces.
Tiene que hacer un tiempo aceptable para que la gente paseé por sus caminos o haga uso de las terrazas de los bares, si exceptuamos a los ciclistas, que acuden, mayormente, los fines de semana e invaden caminos, veredas, senderos y todo lo que les da la gana y además lo hacen con ímpetu de campeones en busca de un récord que no lograrían en franca competencia y, ante ese empuje, te tienes que apartar tú, no porque ellos tengan preferencia, sino por la cuenta que te tiene el no salir atropellado y malparado. Por supuesto que toda generalización acarrea injusticia y hay ciclistas comedidos y educados, pero mucho me temo que son los menos y que nadie piense que, dicho esto, me he despachado a gusto, porque me dejo cosas en el tintero en esto de los señores montados en bicicleta, que nada tienen que ver con los ciclistas, aunque parezca lo mismo.
Aunque en Valorio se ven familias que comen o meriendan en los bancos de madera, pienso que ya no son en la misma cantidad que antes, tal vez por el cambio en las costumbres y sin duda por el hecho de no poder usar las barbacoas, instaladas en su día para transformar los alimentos y hoy prohibidas para preservar el bosque, una medida, pienso, acertada y que viene dada por cuatro que lo hacen mal y que nos toca pagar a todos como en el pecado original y en el que también pueden entrar esos ciclistas desaprensivos que, en este caso, es al revés y son más de cuatro.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.123