DENUNCIA
El acceso al mercado otra chapuza municipal.
En varios puntos de la pequeña calle de Martinez Villeergas, ya se aprecian adoquines hundidos y movidos a un mes de terminada la obra.
Resulta lo habitual, que al poco de terminada la obra de pavimentación, en breve plazo se empiezan a notar los defectos de la labor mal realizada. Ejemplos a montones, El Piñedo, Renova, San Andrés o el mismo Cardenal Cisneros, a los cuatro días de darse por terminadas, ya necesitaron de trabajos de reparación. Con lo que ello conlleva y el resultado de parchear sobre un paño de pavimento. Aparte de los nuevos cortes y desvíos necesarios mientras se resuelve el problema.
Poco antes de las fiestas navideñas, con todo el perjuicio para el comercio en los días de más ventas del año, se procedía a cerrar al tráfico la calle de Martinez Villergas, que da acceso directo desde San pablo al Mercado de Abastos. Durante varios días hubo que valerse de un desvío, para llegar a la zona comercial y aparcamiento subterráneo. No puede decirse que las aceras y asfalto estuvieran en buen estado y que no necesitaran un repaso, pero las que se encuentran bien son la excepción. Se trataba de continuar con la política progresiva de ir dificultando el acredceso de vehículos para ganar espacio para los peatones, disfrazándolo de la necesidad de crear una zona de bajas emisiones, como si desde la plaza hasta el castillo, no la hubiera desde hace décadas.
El resultado, plataforma única adoquinada sin aceras elevadas, aunque con distinción de la zona para coches y peatones, cosa que obliga a estos últimos a caminar con más precaución. Y, pasado bien poco tiempo desde la puesta en servicio ya presenta varios problemas de adoquines hundidos, hasta el punto que cuatro chapas nada menos, salvan provisionalmente la situación, hasta que procedan a la reparación. Teniendo que efectuar nuevamente, cuando así lo estimen conveniente, un corte de calle para realizar los trabajos y posteriormente esperar un tiempo hasta que se consiga el fraguado.
Lo cierto es, que no es de recibo, que a cuatro días de terminar la pavimentación, ya sea necesario efectuar reparaciones, fruto de que el mortero inferior no tiene el espesor y la consistencia adecuados, por lo que no soporta el peso aun ligero del paso de vehículos y personas. Todo ello consecuencia de que desde el ayuntamiento no se supervisa la calidad de los trabajos y esos defectos se pagan al poco tiempo. Lo que si ya resulta condenable, aun as en una calle, que soportará en breve el paso de vehículos pesados para realizar las obras de transformación del mercado de abastos.

Resulta lo habitual, que al poco de terminada la obra de pavimentación, en breve plazo se empiezan a notar los defectos de la labor mal realizada. Ejemplos a montones, El Piñedo, Renova, San Andrés o el mismo Cardenal Cisneros, a los cuatro días de darse por terminadas, ya necesitaron de trabajos de reparación. Con lo que ello conlleva y el resultado de parchear sobre un paño de pavimento. Aparte de los nuevos cortes y desvíos necesarios mientras se resuelve el problema.
Poco antes de las fiestas navideñas, con todo el perjuicio para el comercio en los días de más ventas del año, se procedía a cerrar al tráfico la calle de Martinez Villergas, que da acceso directo desde San pablo al Mercado de Abastos. Durante varios días hubo que valerse de un desvío, para llegar a la zona comercial y aparcamiento subterráneo. No puede decirse que las aceras y asfalto estuvieran en buen estado y que no necesitaran un repaso, pero las que se encuentran bien son la excepción. Se trataba de continuar con la política progresiva de ir dificultando el acredceso de vehículos para ganar espacio para los peatones, disfrazándolo de la necesidad de crear una zona de bajas emisiones, como si desde la plaza hasta el castillo, no la hubiera desde hace décadas.
El resultado, plataforma única adoquinada sin aceras elevadas, aunque con distinción de la zona para coches y peatones, cosa que obliga a estos últimos a caminar con más precaución. Y, pasado bien poco tiempo desde la puesta en servicio ya presenta varios problemas de adoquines hundidos, hasta el punto que cuatro chapas nada menos, salvan provisionalmente la situación, hasta que procedan a la reparación. Teniendo que efectuar nuevamente, cuando así lo estimen conveniente, un corte de calle para realizar los trabajos y posteriormente esperar un tiempo hasta que se consiga el fraguado.
Lo cierto es, que no es de recibo, que a cuatro días de terminar la pavimentación, ya sea necesario efectuar reparaciones, fruto de que el mortero inferior no tiene el espesor y la consistencia adecuados, por lo que no soporta el peso aun ligero del paso de vehículos y personas. Todo ello consecuencia de que desde el ayuntamiento no se supervisa la calidad de los trabajos y esos defectos se pagan al poco tiempo. Lo que si ya resulta condenable, aun as en una calle, que soportará en breve el paso de vehículos pesados para realizar las obras de transformación del mercado de abastos.


















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