Alfonso J. Vázquez Vaamonde
Miércoles, 03 de Abril de 2024
LEDHH

Ochenta y cinco años

Alfonso J. Vázquez Vaamonde

 No puedo olvidar esta cifra cambiante cada año coindice con los que yo cumplo y va ligada a los años desde el fin de la democracia de España que nos hizo iguales ante la ley. Hoy uno de abril acabó la guerra tras el fracaso del golpe de Estado de 1936. El anterior, el de 1932 del General Sanjurjo terminó antes de empezar. Su fracaso hizo creer a los políticos y militares republicanos que el ejército había aceptado la República democrática y la respetaría fuera el gobierno fuera de derechas o de izquierda. Después de que aquel mismo día catorce de abril de 1931 hubiera una reunión de monárquicos para planificar como derrocar la república aun no oficialmente promulgada.

 

El fracaso del golpe de Sanjurjo en 1932 hizo olvidar al gobierno democrático el consejo evangélico: “así pues sed astutos como las serpientes, pero sencillos como las palomas. Cuídense de la gente porque los entregarán a las autoridades, los llevarán para juzgarlos y los azotarán en las sinagogas” (Mt., 10:16). Solo fueron confiados como palomas.

 

El General Sanjurjo, molesto con Azaña por haberlo cesado como Director General de la Guardia Civil aunque lo nombrara director General de carabineros tras el fracaso de su Golpe del 20.08.2024 en Madrid y Sevilla fue condenado a muerte por un consejo de guerra sumarísimo celebrado el 24.08.1932. Se le conmutó por la cadena perpetua por un decreto del presidente de la República Se creyó que la cárcel sería ejemplo de piadosa firmeza. El socialista Negrín lo consideró un error: “desde ahora será cómodo y barato conspirar. ¡Ojalá la República no muera en manos de los militares!” Tras el triunfo electoral de la derecha lo amnistió el Presidente Lerroux bajo fundadas sospechas de connivencia con el golpe. Sanjurjo se exilió en Estoril y empezó a preparar el siguiente Golpe de Estado.

 

Tras el triunfo electoral del Frente Popular Gil Robles y su CEDA no lo quisieron respetar Gil Robles, que había colocado en puestos clave a los futuros generales golpistas, Fanjul, Goded y Franco, pidió l presidente del Gobierno en funciones, Portela Valladares, declarase el «estado de guerra». Franco, que aún era Jefe del Estado Mayor del Ejército, ordenó su declaración a los mandos militares que con la Ley de Orden Público de 1936 implicaba traspasar el poder a manos militares. Portela lo desautorizó; también el general Nicolás Molero, ministro de la Guerra. El  Director General de la Guardia Civil, general Sebastián Pozas, no obedeció la orden de Franco de tomar las calles y tampoco el General Núñez del Prado, Jefe de la Policía. Franco se echó atrás sobre todo cuando los generales Goded y Fanjul no lograron sublevar a la guarnición de Madrid.

 

Incomprensiblemente el Gobierno mantuvo a los tres en el poder destinando a Goded a Baleares, a Franco a Canarias y a Mola a Zaragoza en vez de cesarlos o, al menos, dejarlos en situación de disponibles como hizo con Orgaz, Villegas, Fanjul y Saliquet. Ni siquiera tras la reunión del 08.03.1936 previa a la marcha de Franco a Canarias y ni tras la visita del general Queipo de Llano (jefe de los carabineros) a Mola el 12.04.1936 donde acordó colaborar ni ante el otro intento de golpe militar en Madrid el 19.04.1936 que logró desbaratar.

 

Sanjurjo delegó la coordinación en Mola, pero siendo el Jefe de la Rebelión, pues era el director nominal de la clandestina Unión Militar Española, la asociación militar que organizaba la conspiración. El 07.06.1936 Mola se reunió con el General Cabanellas que se sumó al proyecto de Golpe, al que se le prometió presidir la Junta de Defensa Nacional que se formaría en Burgos tres días después del Golpe. El proyecto era sublevar las tropas en el norte de Marruecos y controlar del país de forma rápida. La consigna de Mola del 25.04.1936 era clara: “ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado. Desde luego serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades y sindicatos no afectos al Movimiento, aplicándose castigos ejemplares a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía o huelga”. ¡Vaya si se cumplió!

 

Era mayo de 1936. El Director General de Seguridad envió una lista de 500 implicados en la conspiración al presidente de la República, Azaña, y al del Gobierno, Casares Quiroga, "con la recomendación de que se procediera a su detención". Desoyeron su consejo. Los asesinatos del capitán Castillo el 12.07.1936 y de Calvo Sotelo al día siguiente fueron una coincidencia. No alteraron en nada los planes. Franco se “levanto” el 17.07.1936. La avioneta en la que iba a ir Sanjurjo el 20.07.1936 a la zona sublevada para tomar el mando sufrió un accidente al despegar y falleció. El fracaso de los Generales Goded y Fanjul, fueron arrestados y más tarde fusilados, provocó el fracaso del golpe. Quedó al frente el General Mola. La guerra empezó. Duro tres años. Terminó el 01.04.1936, hoy hace ochenta y cinco años. Dejó detrás una España destruida, más de un millón de muertos y el fin de la democracia en España. “Triste España si ventura … “

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