ENTREVISTA
Adrijana Knecevic, jugadora CD Zamarat: “Seguramente jugaré un año más”
El equipo se juega el ascenso directo en las dos próximas jornadas
Adrijana Knecevic nos recibe en el pabellón Ángel Nieto para charlar sobre su vida y su paso por Zamora y el CD Zamarat. La jugadora serbia, afincada en España desde hace ya años, cuenta con 1,83 de estatura y juega como alero en el equipo. Tiene una amplia experiencia, tanto en Liga Challenge, como en Liga Endesa, a la que espera regresar con el Zamarat para la próxima temporada.
Llegaste a España en el año 2005 al Ros Casares Valencia. ¿Recuerdas cómo fue ese primer contacto con nuestro país?
Antes de venir a España, tuve una entrenadora que era ex jugadora de un famoso entrenador en Valencia, Miki Vukovic, y ella tenía pensado un futuro para mí, y se puede decir que me mandó a través de mi representante con la gente que ella conocía. Tenía 19 años, y era la primera vez que salía de mi país y tenía muy poco inglés. El primer mes estaba bastante asustada, pero luego tuve suerte con mis compañeras que me ayudaron mucho, y estuve rodeada de buena gente y buenos entrenadores.
A lo largo de estos años también has pasado por otros equipos europeos, en Italia, en Polonia, en Turquía, y en Francia. ¿Qué sensaciones te llevaste de esos países?
De Francia estuve en el norte, en Lille, y en el sur, en Toulouse. En Lille jugaba Euroliga, lo cual era fantástico. Se jugaba dos veces por semana y al ser dos competiciones estaba muy bien. Pero a mí me gusta más el sur de Francia. En Toulouse tuve una buena experiencia, guardo muy buenos recuerdos. En Italia estuve solo un año, y la verdad es que no me gustó su manera de baloncesto, y no espero volver. También estuve en Polonia y en Turquía. En cada país es diferente. Por ejemplo, en Polonia mucho frío, pero buena comida. Se puede decir que he tenido mucha suerte en mi camino de baloncesto en todos los países, porque he conocido a mucha gente y me han tratado muy bien. Pero donde mejor me siento es en España.
En Zamora llevas ya dos años de la mano del CD Zamarat. ¿Cómo está siendo la experiencia tanto a nivel personal como profesional?
Antes de Zamora, estuve 6 años en Logroño, que es mi segunda casa. Y tenía miedo de si después de 6 años iba a encontrar un equipo que me fuera a dar no solo de baloncesto, sino de otras cosas de mi vida. En Zamora desde el primer momento me gustó mucho el comportamiento de todo el staff de nuestro equipo, tanto entrenador, presidente, directores… son todos humildes y cariñosos y se preocupan mucho por las jugadoras. Además, un plus que tenía era que estaba empezando a entrenar un equipo senior y así conocí más gente de este mundo y se abrieron más puertas. Por eso me he quedado, además de por la motivación del equipo, que lucha por un objetivo grande, que eso siempre motiva mucho, por otras muchas cosas positivas que me ha ido aportando la ciudad. Estoy bien aquí.
¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos de esta pequeña ciudad?
Me gusta mucho la zona del Castillo, que es preciosa para pasear, también la Marina. Me gusta mucho pasear, tomar café, pinchos… Es una ciudad pequeña, pero hay cosas que hacer. Hay también pueblos muy bonitos, se come muy bien. Además, aquí siempre conoces a la gente, sales a la calle y te saludan, cosa que en ciudades grandes no pasa. Y eso me gusta mucho.
El idioma lo dominas casi a la perfección. ¿Cómo ha sido ese aprendizaje?
El primer año no hablaba ni inglés. Ese año aprendí inglés en España con las compañeras americanas. Después de un año y medio, empecé también a escuchar español, pero tuve suerte, porque antes en Serbia ponían mucho las telenovelas latinoamericanas, y de ahí ya sabía algo. Poco a poco cuando empecé a relacionarme continué aprendiendo. Pero sobre todo he aprendido escuchando, nunca he tomado clases. Mi español no es perfecto, pero me defiendo.
Aunque lleves muchos años en España imagino que extrañarás Serbia, tu tierra. ¿Qué es lo que más echas de menos?
A mi madre y a mis mejores amigas, que son 5 amigas de mi infancia y son como una familia para mí. También echo de menos la comida de mi madre. Allí se comen muchos cocidos, sopas y comidas de cuchara, y aquí algo menos. No mucho más. En verano paso normalmente un mes o mes y medio en Serbia y ya ahí echo de menos estar aquí.
¿Cuáles son las diferencias más evidentes entre Serbia y España?
Yo diría en comida y poco más. A la gente en Serbia le gusta vivir bien, como aquí. Juntarse con amigos, salir de fiesta… Y bueno, que no tenemos mar, esa es la única diferencia grande.
¿Cómo afrontas este emocionante final de temporada?
Hay mucha emoción. Estábamos esperando que Ardoi perdiera el partido, y cuando perdió con Alcobendas cambió el rumbo. Estamos mucho más motivadas y hay estrés y emociones. Ahora lo importante es controlar todo esto. Hay que tener cabeza. Hay que jugar con corazón, pero también tranquilas. Cada una tiene que dar todo lo que pueda y hacer todas las cosas que salieron bien. Tenemos que ir a por este partido que es clave, ya que el último en casa, contra el Mataró, sin menospreciarlo, en principio es más fácil.
¿Confías en un ascenso directo, o sufriremos?
Yo confío en mi equipo y en mi staff, pero en Estepona tenemos un partido en el que puede pasar de todo. Nosotras obviamente sí que queremos ascender directas, pero si se pierde el partido, no es el fin del mundo. Quedaría jugar el Playoff. Dependemos de nosotras, pero no hay que olvidar el factor suerte, que también es importante. Yo creo que tenemos un 70% de posibilidades de conseguir el ascenso directo. Pero tenemos algunas desventajas y es que ellas juegan en casa, no se juegan casi nada, y están en un buen momento. Nosotros jugamos fuera y su cancha es muy difícil, con mucho apoyo de su gente. Pero nosotras creo que vamos a estar concentradas y con el partido muy preparado, aunque insisto en que será un partido difícil.
¿Dónde te ves en un futuro?
Tenía varias dudas. Tengo mi carrera de INEF y nivel superior de entrenadora. Ser entrenadora me motiva, me gusta mucho, me apasiona casi lo mismo que ser jugadora. Ojalá que como entrenadora pueda llegar al menos a la mitad de lo que he llegado como jugadora. Pero he tenido mala suerte en el último mes que he estado lesionada y no he podido competir en partidos importantes. Ahora que por fin ya me encuentro bien y puedo jugar, ya solo quedan dos partidos, esperemos que sean solo dos, y me quedo con ganas de que quiero jugar más. Seguramente mi decisión sea que juegue un año más, y luego ya concentrarme en ser entrenadora en un buen sitio en el que pueda demostrar también mi pasión como entrenadora.
¿Y este próximo año continuarás en el Zamarat?
Depende de muchas cosas. Pero yo siempre estoy abierta a hablar con ellos y si hay posibilidades de quedarme fenomenal. Es un sitio muy tranquilo, muy amable, y conozco a mucha gente, y no diría que no.

Adrijana Knecevic nos recibe en el pabellón Ángel Nieto para charlar sobre su vida y su paso por Zamora y el CD Zamarat. La jugadora serbia, afincada en España desde hace ya años, cuenta con 1,83 de estatura y juega como alero en el equipo. Tiene una amplia experiencia, tanto en Liga Challenge, como en Liga Endesa, a la que espera regresar con el Zamarat para la próxima temporada.
Llegaste a España en el año 2005 al Ros Casares Valencia. ¿Recuerdas cómo fue ese primer contacto con nuestro país?
Antes de venir a España, tuve una entrenadora que era ex jugadora de un famoso entrenador en Valencia, Miki Vukovic, y ella tenía pensado un futuro para mí, y se puede decir que me mandó a través de mi representante con la gente que ella conocía. Tenía 19 años, y era la primera vez que salía de mi país y tenía muy poco inglés. El primer mes estaba bastante asustada, pero luego tuve suerte con mis compañeras que me ayudaron mucho, y estuve rodeada de buena gente y buenos entrenadores.
A lo largo de estos años también has pasado por otros equipos europeos, en Italia, en Polonia, en Turquía, y en Francia. ¿Qué sensaciones te llevaste de esos países?
De Francia estuve en el norte, en Lille, y en el sur, en Toulouse. En Lille jugaba Euroliga, lo cual era fantástico. Se jugaba dos veces por semana y al ser dos competiciones estaba muy bien. Pero a mí me gusta más el sur de Francia. En Toulouse tuve una buena experiencia, guardo muy buenos recuerdos. En Italia estuve solo un año, y la verdad es que no me gustó su manera de baloncesto, y no espero volver. También estuve en Polonia y en Turquía. En cada país es diferente. Por ejemplo, en Polonia mucho frío, pero buena comida. Se puede decir que he tenido mucha suerte en mi camino de baloncesto en todos los países, porque he conocido a mucha gente y me han tratado muy bien. Pero donde mejor me siento es en España.
En Zamora llevas ya dos años de la mano del CD Zamarat. ¿Cómo está siendo la experiencia tanto a nivel personal como profesional?
Antes de Zamora, estuve 6 años en Logroño, que es mi segunda casa. Y tenía miedo de si después de 6 años iba a encontrar un equipo que me fuera a dar no solo de baloncesto, sino de otras cosas de mi vida. En Zamora desde el primer momento me gustó mucho el comportamiento de todo el staff de nuestro equipo, tanto entrenador, presidente, directores… son todos humildes y cariñosos y se preocupan mucho por las jugadoras. Además, un plus que tenía era que estaba empezando a entrenar un equipo senior y así conocí más gente de este mundo y se abrieron más puertas. Por eso me he quedado, además de por la motivación del equipo, que lucha por un objetivo grande, que eso siempre motiva mucho, por otras muchas cosas positivas que me ha ido aportando la ciudad. Estoy bien aquí.
¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos de esta pequeña ciudad?
Me gusta mucho la zona del Castillo, que es preciosa para pasear, también la Marina. Me gusta mucho pasear, tomar café, pinchos… Es una ciudad pequeña, pero hay cosas que hacer. Hay también pueblos muy bonitos, se come muy bien. Además, aquí siempre conoces a la gente, sales a la calle y te saludan, cosa que en ciudades grandes no pasa. Y eso me gusta mucho.
El idioma lo dominas casi a la perfección. ¿Cómo ha sido ese aprendizaje?
El primer año no hablaba ni inglés. Ese año aprendí inglés en España con las compañeras americanas. Después de un año y medio, empecé también a escuchar español, pero tuve suerte, porque antes en Serbia ponían mucho las telenovelas latinoamericanas, y de ahí ya sabía algo. Poco a poco cuando empecé a relacionarme continué aprendiendo. Pero sobre todo he aprendido escuchando, nunca he tomado clases. Mi español no es perfecto, pero me defiendo.
Aunque lleves muchos años en España imagino que extrañarás Serbia, tu tierra. ¿Qué es lo que más echas de menos?
A mi madre y a mis mejores amigas, que son 5 amigas de mi infancia y son como una familia para mí. También echo de menos la comida de mi madre. Allí se comen muchos cocidos, sopas y comidas de cuchara, y aquí algo menos. No mucho más. En verano paso normalmente un mes o mes y medio en Serbia y ya ahí echo de menos estar aquí.
¿Cuáles son las diferencias más evidentes entre Serbia y España?
Yo diría en comida y poco más. A la gente en Serbia le gusta vivir bien, como aquí. Juntarse con amigos, salir de fiesta… Y bueno, que no tenemos mar, esa es la única diferencia grande.
¿Cómo afrontas este emocionante final de temporada?
Hay mucha emoción. Estábamos esperando que Ardoi perdiera el partido, y cuando perdió con Alcobendas cambió el rumbo. Estamos mucho más motivadas y hay estrés y emociones. Ahora lo importante es controlar todo esto. Hay que tener cabeza. Hay que jugar con corazón, pero también tranquilas. Cada una tiene que dar todo lo que pueda y hacer todas las cosas que salieron bien. Tenemos que ir a por este partido que es clave, ya que el último en casa, contra el Mataró, sin menospreciarlo, en principio es más fácil.
¿Confías en un ascenso directo, o sufriremos?
Yo confío en mi equipo y en mi staff, pero en Estepona tenemos un partido en el que puede pasar de todo. Nosotras obviamente sí que queremos ascender directas, pero si se pierde el partido, no es el fin del mundo. Quedaría jugar el Playoff. Dependemos de nosotras, pero no hay que olvidar el factor suerte, que también es importante. Yo creo que tenemos un 70% de posibilidades de conseguir el ascenso directo. Pero tenemos algunas desventajas y es que ellas juegan en casa, no se juegan casi nada, y están en un buen momento. Nosotros jugamos fuera y su cancha es muy difícil, con mucho apoyo de su gente. Pero nosotras creo que vamos a estar concentradas y con el partido muy preparado, aunque insisto en que será un partido difícil.
¿Dónde te ves en un futuro?
Tenía varias dudas. Tengo mi carrera de INEF y nivel superior de entrenadora. Ser entrenadora me motiva, me gusta mucho, me apasiona casi lo mismo que ser jugadora. Ojalá que como entrenadora pueda llegar al menos a la mitad de lo que he llegado como jugadora. Pero he tenido mala suerte en el último mes que he estado lesionada y no he podido competir en partidos importantes. Ahora que por fin ya me encuentro bien y puedo jugar, ya solo quedan dos partidos, esperemos que sean solo dos, y me quedo con ganas de que quiero jugar más. Seguramente mi decisión sea que juegue un año más, y luego ya concentrarme en ser entrenadora en un buen sitio en el que pueda demostrar también mi pasión como entrenadora.
¿Y este próximo año continuarás en el Zamarat?
Depende de muchas cosas. Pero yo siempre estoy abierta a hablar con ellos y si hay posibilidades de quedarme fenomenal. Es un sitio muy tranquilo, muy amable, y conozco a mucha gente, y no diría que no.
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