PASIÓN POR ZAMORA
El Cerco de Zamora, una historia cinematográfica
Hay algo dentro de mí, que gente denomina como alma o esencia, que exige caminar por espacios especiales de Zamora. Verbigracia: casco histórico, recinto amurallado, río Duero, bosque de Valorio. Confieso por qué ese destino de paseante: tocar la historia, viajar al pretérito, pensar en personajes que protagonizaron el pasado de esta ciudad, clave para entender la España contemporánea.
Cuando subo hacia el Portillo de la Traición, así bautizado durante siglos, ahora Puerta de la Lealtad, pienso en Bellido Dolfos, en su gesta, en aquella noche que cabalgó, perseguido por El Cid, tras ajusticiar el rey Sancho II. Y me imagino cómo sería también su físico, su lengua, su voz, su vestimenta. Y, por supuesto, me digo que Rodrigo Díaz de Vivar, con solo 24 años, conoció estas murallas, esa entrada en la fortaleza zamorana que yo ahora, tantos siglos después, contemplo 952 años después de El Cerco de Zamora, una tragedia que podría haber escribo el genio de Stratford-upon-Avon. Al Mansur (Almanzor) también supo de Zamora, de las Peñas de Santa Marta, de nuestro Castillo y defensas, que arrasaría para impedir el avance cristiano hacia el sur.
Y me imagino también Zamora tomada por el ejército más poderoso del mundo, el de Napoleón, colocando sus cañones en dirección al Puente de Piedra, aún con sus dos torres, vía única para que las tropas inglesas de Wellington entraran desde el sur.
Zamora, pues, goza de un patrimonio histórico que quizá no hayamos sabido vender como sería menester. Cierto que, coincidiendo con el 950 aniversario de El Cerco de Zamora, organizó unas conferencias, de interés, impartidas por eruditos en el medioevo, pero esa siembra apenas da frutos. Un servidor sugeriría a las instituciones públicas, local, provincial y regional, producir una película sobre ese pasaje de nuestra historia, rodada, por supuesto, en nuestra ciudad y dirigida por un cineasta especializado en films históricos, basado en un guion escrito por eruditos en literatura e historia medieval. El argumento lo habría escrito Shakespeare. El Cerco de Zamora es una tragedia medieval, protagonizada por hermanos tras repartir su padre, el monarca Fernando I, su herencia entre sus hijos. La ambición, la envidia, la felonía, con un toque de pasión erótica, alcanzarían un interés extraordinario en medio mundo. Zamora, si ese film triunfaba, se colocaría en la jerarquía cinematográfica mundial, lo que concitaría el desarrollo de un turismo cultural de primera magnitud.
Quizá piense el lector que he perdido la cordura al proponer este proyecto. Ahora bien, como corolario de lo escrito, ya que nuestra ciudad posee una historia medieval rica en cualidades como la honradez (Arias Gonzalo y sus hijos), bizarría (Bellido Dolfos), rectitud (Doña Urraca), más deseos como la ambición, actos deleznables como la traición y lealtad (El Cid), existen argumentos que abarcan la psicología de toda sociedad humana. Lo sublime y lo abominable, lo excelso y lo ínfimo, la gallardía y la cobardía, todas estos atributos y raleas de la especie humana coexisten en la historia de El Cerco de Zamora.
Eugenio-Jesús de Ávila
Hay algo dentro de mí, que gente denomina como alma o esencia, que exige caminar por espacios especiales de Zamora. Verbigracia: casco histórico, recinto amurallado, río Duero, bosque de Valorio. Confieso por qué ese destino de paseante: tocar la historia, viajar al pretérito, pensar en personajes que protagonizaron el pasado de esta ciudad, clave para entender la España contemporánea.
Cuando subo hacia el Portillo de la Traición, así bautizado durante siglos, ahora Puerta de la Lealtad, pienso en Bellido Dolfos, en su gesta, en aquella noche que cabalgó, perseguido por El Cid, tras ajusticiar el rey Sancho II. Y me imagino cómo sería también su físico, su lengua, su voz, su vestimenta. Y, por supuesto, me digo que Rodrigo Díaz de Vivar, con solo 24 años, conoció estas murallas, esa entrada en la fortaleza zamorana que yo ahora, tantos siglos después, contemplo 952 años después de El Cerco de Zamora, una tragedia que podría haber escribo el genio de Stratford-upon-Avon. Al Mansur (Almanzor) también supo de Zamora, de las Peñas de Santa Marta, de nuestro Castillo y defensas, que arrasaría para impedir el avance cristiano hacia el sur.
Y me imagino también Zamora tomada por el ejército más poderoso del mundo, el de Napoleón, colocando sus cañones en dirección al Puente de Piedra, aún con sus dos torres, vía única para que las tropas inglesas de Wellington entraran desde el sur.
Zamora, pues, goza de un patrimonio histórico que quizá no hayamos sabido vender como sería menester. Cierto que, coincidiendo con el 950 aniversario de El Cerco de Zamora, organizó unas conferencias, de interés, impartidas por eruditos en el medioevo, pero esa siembra apenas da frutos. Un servidor sugeriría a las instituciones públicas, local, provincial y regional, producir una película sobre ese pasaje de nuestra historia, rodada, por supuesto, en nuestra ciudad y dirigida por un cineasta especializado en films históricos, basado en un guion escrito por eruditos en literatura e historia medieval. El argumento lo habría escrito Shakespeare. El Cerco de Zamora es una tragedia medieval, protagonizada por hermanos tras repartir su padre, el monarca Fernando I, su herencia entre sus hijos. La ambición, la envidia, la felonía, con un toque de pasión erótica, alcanzarían un interés extraordinario en medio mundo. Zamora, si ese film triunfaba, se colocaría en la jerarquía cinematográfica mundial, lo que concitaría el desarrollo de un turismo cultural de primera magnitud.
Quizá piense el lector que he perdido la cordura al proponer este proyecto. Ahora bien, como corolario de lo escrito, ya que nuestra ciudad posee una historia medieval rica en cualidades como la honradez (Arias Gonzalo y sus hijos), bizarría (Bellido Dolfos), rectitud (Doña Urraca), más deseos como la ambición, actos deleznables como la traición y lealtad (El Cid), existen argumentos que abarcan la psicología de toda sociedad humana. Lo sublime y lo abominable, lo excelso y lo ínfimo, la gallardía y la cobardía, todas estos atributos y raleas de la especie humana coexisten en la historia de El Cerco de Zamora.
Eugenio-Jesús de Ávila




















mercedes pascual | Miércoles, 17 de Abril de 2024 a las 23:32:48 horas
Coincido plenamente, dar a conocer nuestra Historia
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