OBITUARIO
Miguel Manzano ya toca en el órgano del Cielo
Miguel Manzano ya es un fue, pero seguirá siendo siempre un es. Murió, pero permanecerá su monumental trabajo en la historia de la música. Dedicó parte de su larga vida -corta cuando se trata de un genio- a buscar en el cancionero popular, lo que definiría como un arqueólogo de la música. Creó un grupo extraordinario Alollano, que deleitó a varias generaciones de zamoranos. Todo lo que tocó el maestro alcanzó lo excelso. Ahora bien, su bonhomía alcanzó idéntica categoría a la de genio de la música.
Tuve la inmensa suerte de entrevistarlo en directo en TVE, sería el año 1989. Me demostró que, además de un músico excelso, era un hombre sencillo, humilde y discreto, que cubría su alma con la modestia propia de los talentos superiores. Supe de su calidad humana por mi padre, que lo habrá recibido en la gloria, porque, durante sus años de juventud y posterior madurez, mantuvieron una profunda confianza, quizá basada en su amor al cristianismo de verdad, al del Evangelio.
Sé que la música es el idioma en el que nos habla el Ser Supremo a través de una serie de personas elegidas. Miguel Manzano fue uno de los hijos que Dios escogió para que nosotros, las gentes vulgares, conociéramos la voz de la divinidad.
Convencido estoy que a estas horas de su estancia eterna en el paraíso ya estará formando un grupo, Alodivino, que contará con las voces de los apóstoles, algunos arcángeles y otros tenores y sopranos para entonar el cancionero celestial. Miguel Manzano dirigirá y tocará el órgano de la Catedral del Cielo.
Eugenio-Jesús de Ávila
Miguel Manzano ya es un fue, pero seguirá siendo siempre un es. Murió, pero permanecerá su monumental trabajo en la historia de la música. Dedicó parte de su larga vida -corta cuando se trata de un genio- a buscar en el cancionero popular, lo que definiría como un arqueólogo de la música. Creó un grupo extraordinario Alollano, que deleitó a varias generaciones de zamoranos. Todo lo que tocó el maestro alcanzó lo excelso. Ahora bien, su bonhomía alcanzó idéntica categoría a la de genio de la música.
Tuve la inmensa suerte de entrevistarlo en directo en TVE, sería el año 1989. Me demostró que, además de un músico excelso, era un hombre sencillo, humilde y discreto, que cubría su alma con la modestia propia de los talentos superiores. Supe de su calidad humana por mi padre, que lo habrá recibido en la gloria, porque, durante sus años de juventud y posterior madurez, mantuvieron una profunda confianza, quizá basada en su amor al cristianismo de verdad, al del Evangelio.
Sé que la música es el idioma en el que nos habla el Ser Supremo a través de una serie de personas elegidas. Miguel Manzano fue uno de los hijos que Dios escogió para que nosotros, las gentes vulgares, conociéramos la voz de la divinidad.
Convencido estoy que a estas horas de su estancia eterna en el paraíso ya estará formando un grupo, Alodivino, que contará con las voces de los apóstoles, algunos arcángeles y otros tenores y sopranos para entonar el cancionero celestial. Miguel Manzano dirigirá y tocará el órgano de la Catedral del Cielo.
Eugenio-Jesús de Ávila




















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122