El tren Ruta de la Plata, deuda sin pagar del PSOE con Zamora

La línea ferroviaria Ruta de la Plata, que utilicé para viajar a Sevilla con el objetivo de examinarme de unas oposiciones de cátedras de Geografía e Historia, lo cerró un gobierno del PSOE, presidido por Felipe González, el más liberal y español del partido que crease Pablo Iglesias, el linotipista. El político andaluz sería, con todos los matices que encontremos, una especie de Indalecio Prieto, pero más apuesto, inteligente y burgués.

El 25 de mayo, sábado, jornada con charlas y concentración para exigir la recuperación de este servicio, con un lema: “No más abandono”. Loados sean los organizadores. Pero me temo que Pedro Sánchez, un Largo Caballero, pero más guapo y más burgués y tan revolucionario como el Lenin español, y, por qué no pronosticarlo, y también el PP nunca abordarán la restauración del tren que construiría la columna vertebral del transporte ferroviario en el occidente español.

Quizá, cuando España se convierta en una confederación de estados, con independencia de País Vasco y Cataluña, el resto obtenga más dinero público para dedicarlos a infraestructuras de esta categoría, la del tren de la Ruta de la Plata.

Cerrar líneas férreas ocasionó también un enorme daño demográfico, porque los casi mil operarios de Renfe se fueron a vivir lejos de Zamora. Tampoco el AVE significó ninguna transformación industrial no poblacional en nuestra tierra, como se especulaba hace una década, cuando se creyó que nuestra ciudad aumentaría en número de habitantes y actividad económica, como sucedió en Ciudad Real y Lérida. El néctar se quedó, como siempre, en Pucela, porque así lo quisieron políticos de Valladolid con poder en el gobierno central.

No creo que, aunque Cronos decida darme otro par de décadas de vida, vuelva a viajar en un tren de la Ruta de la Plata desde Zamora a la capital de Andalucía. La democracia, como ya he escrito en numerosas ocasiones, causó un enorme daño a nuestra provincia, porque el Estado, casi siempre administrado por el PSOE, vació a nuestra ciudad de organismos e instituciones de ámbito público para trasladarlas a otras provincias, verbigracia: Prisión Provincial, Regimiento Toledo, Universidad Laboral, lo que he comentado con anterioridad, líneas férreas, más una profunda reconversión agropecuaria. El PSOE tiene una deuda descomunal con nuestra provincia, que tampoco el PP supo pagarla cuando le tocó gobernar. Tal para cual.

La Zamora viva tiene, pues, una cita con su futuro el próximo 25 de mayo. La Zamora inconformista, la que se resiste a diluirse en la historia del tiempo, la que cree en la política a la manera de la Atenas de Pericles y Aspasia, la que sabe que los políticos mienten por norma y engañan por sentimiento, cual malandrines y majadresos, ha de hacerse oír ese sábado, cuando mayo florido esté agonizando, con un único ideal: que nos devuelve lo que nos quitaron.  

Eugenio-Jesús de Ávila