FASE DE ASCENSO A LA 1ª RFEF
El Zamora irá a ganar en Madrid, tras el empate a un tanto en el Ruta de la Plata
El Sanse empató a falta de nueve minutos para el tiempo reglamentario y los rojiblancos no supieron marcar un segundo tanto, después del gol de Mancebo en el minuto 13: todo abierta para ir de Madrid al cielo del ascenso
“De Madrid al cielo”. Frase clásica entre los madrileños. El Zamora tiene que ganar en San Sebastián de los Reyes y conocerá el cielo de la 1ª RFEF, tras el empate registrado esta tarde en el Ruta de la Plata. Dos goles, uno en cada tiempo, gestados en fútbol estático, una falta directa, magistralmente sacada por Carlos Ramos, desvía el portero y Mancebo la lleva a la red del sorprendido Jagoba. Y, a falta de nueve minutos para el finiquito, un saque de esquina y su rechace lo agarraba Pareja para lanzar un tirazo que batió a Fermín.
Mismo once inicial de Movilla, con dos arietes, pero dispuesto de forma distinta, porque Castañeda, en la primera mitad, que fue del cuadro rojiblanco, apenas se prodigó en ataque. Se temía la velocidad del Sanse, pero el conjunto madrileño se vio frenado por una excelente disposición defensiva. El rival defendía más allá del Reglamento, pero, de nuevo, un árbitro gallego se lo permitió. Prefirió mostrar amarillas a los dos arietes rojiblancos antes que sancionar los reiterados empujones, codazos, entradas feas del rival.
En el minuto 13, una falta directa, lejana, la lanzó al marco Ramos, cuando se esperaba un centro al área. A duras penas rechazó el portero visitante, pero Mancebo agarró otro gran disparo para marcar el primer gol del partido.
El Sanse se proyectó en contadas ocasiones en ataque, pero metió miedo en saques de banda cercanos al área rojiblanca. Su mejor ocasión, una falta que no era, pero concedida por el colegiado. La saca un jugador madrileño y sacó debajo de los palos Ramos. Y poco más.
La segunda mitad, a partir del cuarto de hora, mandó visitante, con Hugo dirigiendo el juego de su equipo, tocando la bola y abriendo a las bandas, con centros que no alcanzaron su objetivo, pero solían concluir en saques de esquina.
El problema del Zamora para parar las envestidas rivales nacía en la medular, porque le faltaba un jugador como Juanan para destruir el fútbol rival. Ni Ramos ni Dani Hernández son futbolistas de corte. De ahí ese mando madrileño en esos veinte minutos finales.
El técnico visitante decidió poner orden en su equipo con un cambio providencial: dio entrada a Hugo por Juancho en el minuto 68. A partir de ahí mandó el Sanse.
Tardó más Movilla en mover su banquillo. Pito Camacho, después de un trabajo estajonovista, se fue a los vestuarios para que entrase Morales, más fuerza y ayuda también al centro del campo local, que ya sufría para contener al rival.
Y llegó el gol madrileño en el tramo final del partido. Lo relaté con anterioridad. Otro saque de esquina, rechace de la defensa para en marque Pareja. El Sanse buscó perder el tiempo, como hacen todos los equipos, mientras el árbitro enfurecía todavía más a los 7.000 seguidores rojiblancos con decisiones surrealistas. Entraría Baldrich por Cañizo en el minuto 85. Y Josín y Pablo Haro en el San Sebastián de los Reyes. No hubo milagro. La afición zamorana se fue del Ruta de la Plata conforme al carácter de cada cual. Los optimistas que todavía creen en el ascenso y los pesimistas, que lo ven siempre todo muy negro.
Convencido estoy que este Zamora, el mejor de la temporada, escribirá una bellísima página de su historia en San Sebastián de los Reyes. Y después, al cielo del ascenso.
Fotografía: Matricula de honor para los 7.000 aficionados del Zamora que esta tarde empujaron a su equipo desde las gradas (Foto Esteban Pedrosa)
“De Madrid al cielo”. Frase clásica entre los madrileños. El Zamora tiene que ganar en San Sebastián de los Reyes y conocerá el cielo de la 1ª RFEF, tras el empate registrado esta tarde en el Ruta de la Plata. Dos goles, uno en cada tiempo, gestados en fútbol estático, una falta directa, magistralmente sacada por Carlos Ramos, desvía el portero y Mancebo la lleva a la red del sorprendido Jagoba. Y, a falta de nueve minutos para el finiquito, un saque de esquina y su rechace lo agarraba Pareja para lanzar un tirazo que batió a Fermín.
Mismo once inicial de Movilla, con dos arietes, pero dispuesto de forma distinta, porque Castañeda, en la primera mitad, que fue del cuadro rojiblanco, apenas se prodigó en ataque. Se temía la velocidad del Sanse, pero el conjunto madrileño se vio frenado por una excelente disposición defensiva. El rival defendía más allá del Reglamento, pero, de nuevo, un árbitro gallego se lo permitió. Prefirió mostrar amarillas a los dos arietes rojiblancos antes que sancionar los reiterados empujones, codazos, entradas feas del rival.
En el minuto 13, una falta directa, lejana, la lanzó al marco Ramos, cuando se esperaba un centro al área. A duras penas rechazó el portero visitante, pero Mancebo agarró otro gran disparo para marcar el primer gol del partido.
El Sanse se proyectó en contadas ocasiones en ataque, pero metió miedo en saques de banda cercanos al área rojiblanca. Su mejor ocasión, una falta que no era, pero concedida por el colegiado. La saca un jugador madrileño y sacó debajo de los palos Ramos. Y poco más.
La segunda mitad, a partir del cuarto de hora, mandó visitante, con Hugo dirigiendo el juego de su equipo, tocando la bola y abriendo a las bandas, con centros que no alcanzaron su objetivo, pero solían concluir en saques de esquina.
El problema del Zamora para parar las envestidas rivales nacía en la medular, porque le faltaba un jugador como Juanan para destruir el fútbol rival. Ni Ramos ni Dani Hernández son futbolistas de corte. De ahí ese mando madrileño en esos veinte minutos finales.
El técnico visitante decidió poner orden en su equipo con un cambio providencial: dio entrada a Hugo por Juancho en el minuto 68. A partir de ahí mandó el Sanse.
Tardó más Movilla en mover su banquillo. Pito Camacho, después de un trabajo estajonovista, se fue a los vestuarios para que entrase Morales, más fuerza y ayuda también al centro del campo local, que ya sufría para contener al rival.
Y llegó el gol madrileño en el tramo final del partido. Lo relaté con anterioridad. Otro saque de esquina, rechace de la defensa para en marque Pareja. El Sanse buscó perder el tiempo, como hacen todos los equipos, mientras el árbitro enfurecía todavía más a los 7.000 seguidores rojiblancos con decisiones surrealistas. Entraría Baldrich por Cañizo en el minuto 85. Y Josín y Pablo Haro en el San Sebastián de los Reyes. No hubo milagro. La afición zamorana se fue del Ruta de la Plata conforme al carácter de cada cual. Los optimistas que todavía creen en el ascenso y los pesimistas, que lo ven siempre todo muy negro.
Convencido estoy que este Zamora, el mejor de la temporada, escribirá una bellísima página de su historia en San Sebastián de los Reyes. Y después, al cielo del ascenso.
Fotografía: Matricula de honor para los 7.000 aficionados del Zamora que esta tarde empujaron a su equipo desde las gradas (Foto Esteban Pedrosa)

















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