NUESTRA HISTORIA
Ayer y hoy de un viaje en automóvil
Este comentario tiene por objeto reflexionar sobre la gran diferencia existente en recorrer una misma distancia hace poco más de un siglo o hacerlo en la actualidad. El punto de destino era y es el zamorano pueblo de Almeida de Sayago, distante cuarenta y dos kilómetros de la capital.
Despertó mi curiosidad leer que el Balneario, titulado entonces "Hervidero de San Vicente", en Almeida de Sayago, se inauguraba el día 1º de julio de 1909, y que un grupo de zamoranos se dispuso a ir a aquel pueblo para asistir a la inauguración.
Treinta y tantos excursionistas salían de la Puerta de la Feria en varios automóviles de la Empresa "La Veloz" en las primeras horas de la mañana. Todos estaban muy alegres porque la novedad de viajar en auto iba a ser una experiencia muy ilusionante para aquellos tiempos.
Ya en carretera, comentaban cual sería la velocidad que llevaban; unos creían ir a treinta y cinco kilómetros por hora, otros aseguraban ir a cuarenta por hora. Lo cierto fue que, una hora después de la salida, estaban en el kilómetro veinte y allí se averió uno de los coches por rotura de una biela. El "chofeaur" dijo que tardarían unos días en reparar la avería, por lo que los ocupantes tuvieron que quedarse en una venta próxima.
Otro de los automóviles continuó la marcha hasta llegar al kilómetro treinta y uno, y fue allí donde tuvo el percance de pinchar uno de los neumáticos y aunque parecía lógico que la Empresa "La Veloz" dispusiera de rueda de repuesto, en aquella ocasión el auto no la llevaba. El conductor y los pasajeros trataron cómo resolver el problema, acordando continuar rodando, con la llanta hasta donde fuera posible. Por fin, llegaron a su destino , donde se les esperaba desde hacía tres horas.
En el Balneario se encontraba mucha gente de Bermillo, de Almeida, de Carbellino, de Roelos, de Escuadro, de Viñuela, de Alfaraz, de Fresno y de Fermoselle.
Los dueños del Balneario recibieron atentísimos a los expedicionarios prodigándoles toda clase de atenciones. Después de visitar las magníficas instalaciones, llegó el momento de la ceremonia de bendición que oficiaron el Párroco de Almeida, los coadjutores de este pueblo y de Bermillo y el Ecónomo de Villamor. A continuación, los más de ochenta invitados fueron obsequiados con un suculento banquete; terminado el cual, las personas que habían ido de Zamora emprendieron el regreso a la capital y cuando faltaban ocho kilómetros para llegar, con la ciudad a la vista, el coche se detuvo por falta de gasolina y sus ocupantes: señores Núñez, Laguna, Conde, Coloma, Nieto, Calamita y el fotógrafo señor Gutiérrez decidieron continuar a pie llegando a Zamora a las doce de la noche.
Tales peripecias sucedían hace más de cien años, cuando viajar en automóvil era toda una aventura por ser un medio de transporte pionero al que le faltaban muchas mejoras que llegarían en el transcurso de los años.
Hoy, Almeida de Sayago sigue estando en el mismo lugar y a la misma distancia de Zamora. En cambio, cualquier automóvil puede hacer el recorrido en poco más de media hora en normales condiciones de seguridad y comodidad.
El Balneario de Almeida es en la actualidad un hotel de tres estrellas, dotado de servicios de restaurante y cafetería, pudiéndose disfrutar en sus instalaciones de SPA, con aguas mineromedicinales, chorros escoceses, hidroterapia y otros tratamientos. Su nueva denominación es Balneario "La Dama Verde".
Balbino Lozano
Este comentario tiene por objeto reflexionar sobre la gran diferencia existente en recorrer una misma distancia hace poco más de un siglo o hacerlo en la actualidad. El punto de destino era y es el zamorano pueblo de Almeida de Sayago, distante cuarenta y dos kilómetros de la capital.
Despertó mi curiosidad leer que el Balneario, titulado entonces "Hervidero de San Vicente", en Almeida de Sayago, se inauguraba el día 1º de julio de 1909, y que un grupo de zamoranos se dispuso a ir a aquel pueblo para asistir a la inauguración.
Treinta y tantos excursionistas salían de la Puerta de la Feria en varios automóviles de la Empresa "La Veloz" en las primeras horas de la mañana. Todos estaban muy alegres porque la novedad de viajar en auto iba a ser una experiencia muy ilusionante para aquellos tiempos.
Ya en carretera, comentaban cual sería la velocidad que llevaban; unos creían ir a treinta y cinco kilómetros por hora, otros aseguraban ir a cuarenta por hora. Lo cierto fue que, una hora después de la salida, estaban en el kilómetro veinte y allí se averió uno de los coches por rotura de una biela. El "chofeaur" dijo que tardarían unos días en reparar la avería, por lo que los ocupantes tuvieron que quedarse en una venta próxima.
Otro de los automóviles continuó la marcha hasta llegar al kilómetro treinta y uno, y fue allí donde tuvo el percance de pinchar uno de los neumáticos y aunque parecía lógico que la Empresa "La Veloz" dispusiera de rueda de repuesto, en aquella ocasión el auto no la llevaba. El conductor y los pasajeros trataron cómo resolver el problema, acordando continuar rodando, con la llanta hasta donde fuera posible. Por fin, llegaron a su destino , donde se les esperaba desde hacía tres horas.
En el Balneario se encontraba mucha gente de Bermillo, de Almeida, de Carbellino, de Roelos, de Escuadro, de Viñuela, de Alfaraz, de Fresno y de Fermoselle.
Los dueños del Balneario recibieron atentísimos a los expedicionarios prodigándoles toda clase de atenciones. Después de visitar las magníficas instalaciones, llegó el momento de la ceremonia de bendición que oficiaron el Párroco de Almeida, los coadjutores de este pueblo y de Bermillo y el Ecónomo de Villamor. A continuación, los más de ochenta invitados fueron obsequiados con un suculento banquete; terminado el cual, las personas que habían ido de Zamora emprendieron el regreso a la capital y cuando faltaban ocho kilómetros para llegar, con la ciudad a la vista, el coche se detuvo por falta de gasolina y sus ocupantes: señores Núñez, Laguna, Conde, Coloma, Nieto, Calamita y el fotógrafo señor Gutiérrez decidieron continuar a pie llegando a Zamora a las doce de la noche.
Tales peripecias sucedían hace más de cien años, cuando viajar en automóvil era toda una aventura por ser un medio de transporte pionero al que le faltaban muchas mejoras que llegarían en el transcurso de los años.
Hoy, Almeida de Sayago sigue estando en el mismo lugar y a la misma distancia de Zamora. En cambio, cualquier automóvil puede hacer el recorrido en poco más de media hora en normales condiciones de seguridad y comodidad.
El Balneario de Almeida es en la actualidad un hotel de tres estrellas, dotado de servicios de restaurante y cafetería, pudiéndose disfrutar en sus instalaciones de SPA, con aguas mineromedicinales, chorros escoceses, hidroterapia y otros tratamientos. Su nueva denominación es Balneario "La Dama Verde".
Balbino Lozano

















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