PARQUES
Parques de hierba artificial contra parques de arena natural
Se sustituye el pavimento en los parques privilegiados de primera, mientras los de segunda, normalmente en barrios continúan como hace un siglo
Paulatinamente, y sin que haya especificado ni plazos ni criterios para llevarlo a cabo se está reemplazando el caucho de los parques infantiles que se encontraban deteriorados, por hierba artificial. En alguno ya habían sido chaperoneados en aquellas zonas de más uso y que por lo tanto se había desgastado excesivamente. Se ha optado por cambiar el suelo atendiendo a ciertas ventajas que parece ofrecer el verde, el anterior material también parecía brindarlo cuando se instaló, prometía limpieza, higiene y resistencia. Lo de duradero ya era mucho pedir. El paso de unos pocos años obliga a cambiar de opinión.
Queda resolver el misterio de cuando se intervendrá en aquellos parques que tienen la consideración de segunda que mantienen el suelo de arena, y si hay intención de cambiarlo, también hay alguno hasta de hierba natural. ¿Por qué se prefiere intervenir en parques que ya tenían aún desgastado, un suelo seguro, antes que en otros con más necesidades? Los niños de los barrios no son más duros, ni merecen menos que los del centro. Resulta que la arena, como todo la vida pareció ser, resulta un buen suelo que amortigua los impactos y no causa normalmente daño físico entre los peques, pero higiénicamente no es lo más recomendable, puede ser, tampoco hay que alarmarse, un criadero de gérmenes, donde se puede mezclar material orgánico, insectos, etc. que por razones obvias es difícil limpiar e higienizar a diaro.
Por otro lado podría considerarse que la prohibición de la Unión Europea sobre uso de microplasticos pudiera afectar a los suelos de caucho, por ser altos generadores de residuos, cosa que se desestima cundo se utilizan materiales reciclados, por lo que se supone que el cambio se deba a oros criterios y no al cumplimento de la ley.
En cualquier caso, siempre se debe priorizar ante todo la seguridad de niñas y niños, pero no solo es el suelo el que puede causar accidentes. Así, y por citar un caso en el Amor de Dios de Pinilla, mantiene un bordillo con una arista bastante peligrosa, que se va a remodelar, como todos llegado su momento, pero hasta entonces ahí está el peligro. Otro caso bastante curioso es el parque con suelo de arena en la entrada de San Jerónimo, donde ni siquiera se han dignado en colocar una simple lámpara, con lo que de noche el espacio parece la boca del lobo y obviamente no puede ser usado. Superándose en Cabañales donde reclamando un parque colocaron los juegos en el jardín frente al convento y ¡hala! ya tienen parque. Así sigue.

Paulatinamente, y sin que haya especificado ni plazos ni criterios para llevarlo a cabo se está reemplazando el caucho de los parques infantiles que se encontraban deteriorados, por hierba artificial. En alguno ya habían sido chaperoneados en aquellas zonas de más uso y que por lo tanto se había desgastado excesivamente. Se ha optado por cambiar el suelo atendiendo a ciertas ventajas que parece ofrecer el verde, el anterior material también parecía brindarlo cuando se instaló, prometía limpieza, higiene y resistencia. Lo de duradero ya era mucho pedir. El paso de unos pocos años obliga a cambiar de opinión.
Queda resolver el misterio de cuando se intervendrá en aquellos parques que tienen la consideración de segunda que mantienen el suelo de arena, y si hay intención de cambiarlo, también hay alguno hasta de hierba natural. ¿Por qué se prefiere intervenir en parques que ya tenían aún desgastado, un suelo seguro, antes que en otros con más necesidades? Los niños de los barrios no son más duros, ni merecen menos que los del centro. Resulta que la arena, como todo la vida pareció ser, resulta un buen suelo que amortigua los impactos y no causa normalmente daño físico entre los peques, pero higiénicamente no es lo más recomendable, puede ser, tampoco hay que alarmarse, un criadero de gérmenes, donde se puede mezclar material orgánico, insectos, etc. que por razones obvias es difícil limpiar e higienizar a diaro.
Por otro lado podría considerarse que la prohibición de la Unión Europea sobre uso de microplasticos pudiera afectar a los suelos de caucho, por ser altos generadores de residuos, cosa que se desestima cundo se utilizan materiales reciclados, por lo que se supone que el cambio se deba a oros criterios y no al cumplimento de la ley.
En cualquier caso, siempre se debe priorizar ante todo la seguridad de niñas y niños, pero no solo es el suelo el que puede causar accidentes. Así, y por citar un caso en el Amor de Dios de Pinilla, mantiene un bordillo con una arista bastante peligrosa, que se va a remodelar, como todos llegado su momento, pero hasta entonces ahí está el peligro. Otro caso bastante curioso es el parque con suelo de arena en la entrada de San Jerónimo, donde ni siquiera se han dignado en colocar una simple lámpara, con lo que de noche el espacio parece la boca del lobo y obviamente no puede ser usado. Superándose en Cabañales donde reclamando un parque colocaron los juegos en el jardín frente al convento y ¡hala! ya tienen parque. Así sigue.




















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