Nuevo centro de interpretación, en un camino dejado de la mano del Consistorio

La falta de visitas justificó el cierre  del centro de interpretación de las ciudades medievales. No ha servido para que desde el consistorio se replanteen qué invertir en otros centros podría llevar al mismo fracaso, aunque lo financie la diputación a través de uno de tantos planes. El edificio de la cuesta del Pizarro, no se promocionó lo suficiente hasta hace bien poco, ni los indicadores señalaban al turista donde encontrarlo. Amén de que tampoco se organizó  en él, ninguna actividad atractiva, ni siquiera exposiciones temporales. Había otras maneras de justificar un cierre pretendido, optaron por esta.

                Es proyecto en vías de realización, consistirá en  transformar una casa antigua en un nuevo edificio, manteniendo la arquitectura tradicional, pero para uso moderno. Será el Centro de Interpretación del Paisaje, Cultura y del Duero. No hace mucho y a pesar de la amenaza de su tejado, que no termina de caerse se podía observar tal cual, como casa típica de labranza, pero por razones de seguridad el vallado de chapas impiden el acceso.

                Será, y de momento es, un proyecto, enclavado en una senda histórica. Se ubicará, el servicio de propaganda municipal, así lo ha anunciado en el camino del Pastelero. Que por aquello de la dejadez municipal, se encuentra totalmente intransitable. Expuesto como todos los campos que lo rodean al peligro de incendio, un riesgo que no parece importarle demasiado a esta corporación

                Una ruta que une Cabañales  a la altura del convento y que lleva directamente al puente romano perdido. Es de suponer la importancia que pudo tener en tiempos pasados, y que a día de hoy, ni señalizado su acceso tiene. Solo un nombre inscrito en la pared de uno de los edificios que hace esquina con la avenida del Nazareno, hace saber de forma rústica lo que fue y lo que no es, porque quizá no interesa que sea. Dos roderas fruto de que en épocas pasadas hasta con coche se podía pasar dan cuenta de otros tiempos. Hoy, resulta hasta difícil recorrerlo a pie, porque la maleza y un buen montón de cardos en sus laderas lo hacen difícil. Un buen desbroce, con su posterior limpieza, y una mejora del firme con una buena capa de arena de zahorra, transformaría totalmente el camino. De momento solo parecen pensar en el proyecto de un centro de interpretación, que en él se enclavará.

Manuel Herrero Alonso