Agosto huye y septiembre nos bendecirá con Fromago

Eugenio-Jesús de Ávila

Se nos escapa agosto, el mes de mi cumpleaños, en el que me felicitaron las personas que me quieren y cené con quien amo. El octavo mes del año huye, como se irán los miles de zamoranos que trabajan en otros lares, tras pasar parte de sus vacaciones en las distintas comarcas de nuestra provincia, herida de despoblación, de vejez, huérfana de juventud y de nacimientos.

Zamora necesitaría más agostos al año, más vacaciones de nuestros paisanos del exterior, para recuperarse de sus males económicos y demográficos. Como he escrito en varios artículos, a nuestra tierra apenas le queda tiempo para asir el progreso. Solo las instituciones públicas -Junta de Castilla y León y Gobierno de España-, con una decidida apuesta por esta provincia, detendrían esta deriva hacia la nada social de Zamora, iniciada casi desde los albores de la democracia. Porque hay pocos zamoranos con ese carácter especial de empresario, gremio del progreso, que hayan apostado por su patria chica para invertir, para arriesgarse.

Los verdaderos progresistas son aquellos que se atreven a crear una empresa en esta nuestra provincia, porque cada hora es una aventura, cada día una preocupación, cada mes toca pagar salarios y seguridad social. El funcionario hace oposiciones para tener asegurado el sueldo hasta la jubilación. No hay nada tan conservador.

Ahora, en el ecuador de septiembre, nueva edición de Fromago, la segunda, para que la auguro un enorme éxito. Me temo que Zamora se verá desbordada por zamoranos y visitantes durante unos días en los que la población de la capital se triplicará, el dinero irá de mano en mano y los pequeños empresarios recogerán beneficios. La colaboración entre las instituciones públicas y las privadas ha hecho posible que nuestra ciudad protagonice la actualidad mundial del sector lácteo y quesero.