Viviendas en desuso de la Diócesis serán rehabilitadas para vivienda social en el mundo rural

El Obispado de Zamora y la Junta de Castilla y León han formalizado esta mañana un convenio de colaboración para destinar viviendas pertenecientes a la Diócesis de Zamora en los pueblos de la provincia como alquiler social.

Este convenio supone el noveno firmado en diferentes zonas de la Comunidad para dar salida al problema de vivienda, sobre todo en la gente joven y en el mundo rural.

El obispo de Zamora, Fernando Valera, y el Consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, han firmado esta mañana el convenio, en el que se han mostrado agradecidos en este doble compromiso: "El compromiso de la Junta con la política de vivienda de buscar un acceso a la vivienda a las personas que más lo necesitan, pensando sobre todo en los jóvenes y en el medio rural, y el compromiso social de la Iglesia".

De esta manera, las viviendas en desuso, y algunas en "semi ruina", serán rehabilitadas por medio del Programa Rehabitare de la Junta, para ofrecerlas posteriormente para alquiler social en los pueblos y así facilitar el acceso a la vivienda de los jóvenes, que son las personas que más dificultades tienen, ha expresado el consejero.

Suárez - Quiñones ha apuntado que este tipo de convenios también se han firmado con las Diputaciones Provinciales y los Ayuntamientos, recuperar viviendas de titularidad municipal en desuso.

Hasta ahora se han rehabilitado 550 viviendas en Castilla y León con una inversión de 30,30 millones de euros en pequeños pueblos de todas las provincias de Castilla y León, ha indicado el consejero, que, a su vez, ha dado ofrecido la previsión de ingresar al menos 78 actuaciones más con otra inversión de casi 8 millones de euros en el próximos dos años.

Una Comisión Mixta entre el Obispado y la Consejería será la que determine las viviendas y las actuaciones.

Por su parte, el obispo de Zamora ha mostrado una "alegría enorme con la firma de este convenio", asegurando que el problema de las viviendas en desuso del Obispado ha supuesto una preocupación desde el principio de su mandato, y que "algunas estarán en muy mal estado, y un edificio que se hunde es un fracaso".

Fernando Valera ha mostrado así su satisfacción al "dar una función a casas que a veces están en semi ruinas y pueden tener una salida social a la gente joven".