NOTAS DEL PENSAMIENTO...
De que va eso de la vida
Es cierto que la juventud es época de grandes cambios, de profundos retos personales. La juventud es una etapa de la vida en la que se llega sin muchos de los recursos que se deberían haber proveído desde la infancia. Asimismo, les permitirían ampliar sus capacidades y posibilidades de desarrollo, pero sin embargo, muchos hacen el importante tránsito a la vida adulta un poco desvalidos. De jóvenes, nos queremos comer el mundo, somos impacientes y algo volubles, y empezamos a probar la independencia y nos adentramos en nuevos espacios, abrimos nuestros horizontes y vamos teniendo mayores oportunidades de intercambio y de interacción social : la vida nos parece infinita, no le tenemos miedo a nada y dejamos de contar con nuestros padres. Somos, o nos sentimos, poderosos e inmunes a los desafíos y retos que conforman la vida. Con el transcurso de la vida intentamos rememorar y añorar los años de juventud, teniendo cierto componente de melancolía y recuerdo, pues en ese período de la vida todo parece ser positivo y, por ello, se acostumbra a pronunciarla con un tono nostálgico... Al menos, para muchas personas es así, pero no para todos, puesto que la juventud, sobre todo en los tiempos que corren, no parece necesariamente la mejor etapa de la existencia de los seres humanos. ¿Se preocupan nuestros gobernantes de ello? No, lo que dicen es eso de “ya aprenderán o se arreglarán solos”. No me gustaría que los jóvenes que lean esto se depriman o desmotiven, sino todo lo contrario, que sean conscientes de su situación y que sigan viviendo como jóvenes que son, sacándole a la vida todo su jugo, y que sean más receptivos a quienes, con la perspectiva de los años, podemos darles alguna pista sobre de qué va eso de la vida.
Es cierto que la juventud es época de grandes cambios, de profundos retos personales. La juventud es una etapa de la vida en la que se llega sin muchos de los recursos que se deberían haber proveído desde la infancia. Asimismo, les permitirían ampliar sus capacidades y posibilidades de desarrollo, pero sin embargo, muchos hacen el importante tránsito a la vida adulta un poco desvalidos. De jóvenes, nos queremos comer el mundo, somos impacientes y algo volubles, y empezamos a probar la independencia y nos adentramos en nuevos espacios, abrimos nuestros horizontes y vamos teniendo mayores oportunidades de intercambio y de interacción social : la vida nos parece infinita, no le tenemos miedo a nada y dejamos de contar con nuestros padres. Somos, o nos sentimos, poderosos e inmunes a los desafíos y retos que conforman la vida. Con el transcurso de la vida intentamos rememorar y añorar los años de juventud, teniendo cierto componente de melancolía y recuerdo, pues en ese período de la vida todo parece ser positivo y, por ello, se acostumbra a pronunciarla con un tono nostálgico... Al menos, para muchas personas es así, pero no para todos, puesto que la juventud, sobre todo en los tiempos que corren, no parece necesariamente la mejor etapa de la existencia de los seres humanos. ¿Se preocupan nuestros gobernantes de ello? No, lo que dicen es eso de “ya aprenderán o se arreglarán solos”. No me gustaría que los jóvenes que lean esto se depriman o desmotiven, sino todo lo contrario, que sean conscientes de su situación y que sigan viviendo como jóvenes que son, sacándole a la vida todo su jugo, y que sean más receptivos a quienes, con la perspectiva de los años, podemos darles alguna pista sobre de qué va eso de la vida.




















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