OPINION
¿Cuál matanza de qué inocentes?
Alfonso J. Vázquez Vaamonde
![[Img #95012]](https://eldiadezamora.es/upload/images/12_2024/1817_alfonso-j-vazquez-vaamonde.jpg)
Es sorprendente que en medio de unos días de celebración se intercalara la conmemoración de un infanticidio cometido por el rey de los judíos, Herodes, rey de ese pueblo privilegiado de su dios Abraham al que le permitió que cometiera el infanticidio de los santos inocentes. A mí, desde pequeño, nunca me gustó que todos los sitios por donde pasaban los judíos acabaran convertidos en un reguero de sangre. Parecía un poco exagerado. Pero nadie decía nada.
Lo de Sansón y Dalila nunca me pareció nada bien. Al margen de otras consideraciones que se escapaban a mi inocencia infantil, el castigo tiene que ser proporcional al delito y Sansón no le había hecho nada a Dalila para que lo tratara de ese modo, engañándole; porque eso fue lo que pasó. Pero arrancar las columnas y que pereciera todo el pueblo es un genocidio que incluye un infanticidio. Si estaba todo el pueblo también estaban los hijos pequeños que, por tanto, también fueron santos inocentes. y eso no tiene perdón de los hombres, aunque dios lo tolere.
Lo de la hermosa viuda Judit y el general asirio Holofernes me parecía también igual de feo, aunque en este caso Judit era la ¿buena? No era consciente de lo que significaba que Judit entrara en la tienda con Holofernes, pero lo de emborracharlo y luego cortarle la cabeza con una espada y llevársela en un saco es como para echarle de comer aparte a la señora Sin embargo todo el mundo hablaba bien de semejante bicho. Al menos digamos en su favor que sólo mató a uno.
Lo de los egipcios tampoco estuvo bien. Fue José el que convenció al faraón para que la hambruna de su familia en Canaán se aliviara dejándoles ir a Egipto y así fue. Luego empezaron a procrear sin tasa, pero sin mezclarse con los egipcios con lo cual estos vieron que dentro de poco serían más que ellos. Quizá lo práctico fuera haberlos echado a todos en vez de dedicarse a matar a sus hijos para que no fueran más. Lo de las plagas, salvo la primera de que las ranas salieran del rio, aunque acabaran todos hartos de comer ancas de rana, fué salvajada tras otra salvajada. Pero la última, la de la matanza de los santos inocentes, los hijos primogénitos de los judíos fue también una salvajada; divina porque la ejecutaron sus propios ángeles, pero salvajada.
Después de tanto infanticidio y tanto genocidio acaba acostumbrando uno a hacerlo; es la tradición, se suele decir como disculpa. Y el genocidio pasa a ser normal. ¿Que su dios les ordenase asesinar hasta su exterminio a todos los habitantes del reino de Abimelec, incluido su propio rey? Pues manos a la obra. No dejaron ni uno: ni mujeres, ni varones ni viejos, ni niños lactantes, ni ovejas, ni burros, ni camellos. O sea, de nuevo genocidio e infanticidio.
Con Jericó también hicieron el mismo genocidio, infanticidio incluido: mataron a los varones y a las mujeres, niños incluidos y a los burros a las ovejas y a los bueyes Y otro tanto con lo de Nínive. Supongo que, aunque todas las personas mayores fueran malísimas sus hijos eran santos inocentes. Pues nada; todos pasaron por las piedras; divina, pero piedras.
Lo de la matanza de los niños después de decirle a María y José que se marcharan a Egipto y no decírselo a nadie más, excepto a los reyes magos. eso también fue imperdonable. No costaba ningún trabajo avisar a todos los demás; pero no, había que cumplir la profecía de Jeremías: “Un clamor se ha oído en Ramá, llantos y alaridos; es Raquel llorando por sus hijos, y no encuentra consuelo, porque están muertos”. Claro que eso sólo lo cuenta el evangelio de S. Mateo con lo que algunos dicen que se lo inventó.
Lo sorprendente es que siendo niños no nos extrañara tanta matanza por un lado y por otro. Mucho menos que ningún cura nos hiciera reflexiones sobre que eso de andar exterminando reinos y cometiendo infanticidios es una indecencia. Nos lo tragábamos todo. Si era el pueblo elegido; pues eso iba en el lote. Y nos parecía bien. Tampoco recuerdo que mis padres nos hicieran ninguna reflexión moral sobre todas las salvajadas que la Historia Sagrada cuenta que hicieron los judíos allí por donde pasaban.
Y ahora con lo de Gaza ¿qué pasa?
A lo mejor se lo ha dicho su dios otra vez a Netanyahu y él, pobrecillo, sólo es un judío obediente como todos sus antepasados genocidas e infanticidas. ¿Puede algún creyente dedicarse a enmendarle la plana a su dios? Supongo que no porque le esperará el fuego eterno.
Aunque así fuera, que quieren que les diga... ¡me rechina!; ¡me rechina mucho!, y de modo insoportable. -No sé a Vds. Sin duda habrá judíos decentes; pero como colectivo yo los veo como una panda de indeseables.
Abogado. - Doctor en Química Industrial.- Secretario General “Centro de Estudios Ateneos”.
![[Img #95012]](https://eldiadezamora.es/upload/images/12_2024/1817_alfonso-j-vazquez-vaamonde.jpg)
Es sorprendente que en medio de unos días de celebración se intercalara la conmemoración de un infanticidio cometido por el rey de los judíos, Herodes, rey de ese pueblo privilegiado de su dios Abraham al que le permitió que cometiera el infanticidio de los santos inocentes. A mí, desde pequeño, nunca me gustó que todos los sitios por donde pasaban los judíos acabaran convertidos en un reguero de sangre. Parecía un poco exagerado. Pero nadie decía nada.
Lo de Sansón y Dalila nunca me pareció nada bien. Al margen de otras consideraciones que se escapaban a mi inocencia infantil, el castigo tiene que ser proporcional al delito y Sansón no le había hecho nada a Dalila para que lo tratara de ese modo, engañándole; porque eso fue lo que pasó. Pero arrancar las columnas y que pereciera todo el pueblo es un genocidio que incluye un infanticidio. Si estaba todo el pueblo también estaban los hijos pequeños que, por tanto, también fueron santos inocentes. y eso no tiene perdón de los hombres, aunque dios lo tolere.
Lo de la hermosa viuda Judit y el general asirio Holofernes me parecía también igual de feo, aunque en este caso Judit era la ¿buena? No era consciente de lo que significaba que Judit entrara en la tienda con Holofernes, pero lo de emborracharlo y luego cortarle la cabeza con una espada y llevársela en un saco es como para echarle de comer aparte a la señora Sin embargo todo el mundo hablaba bien de semejante bicho. Al menos digamos en su favor que sólo mató a uno.
Lo de los egipcios tampoco estuvo bien. Fue José el que convenció al faraón para que la hambruna de su familia en Canaán se aliviara dejándoles ir a Egipto y así fue. Luego empezaron a procrear sin tasa, pero sin mezclarse con los egipcios con lo cual estos vieron que dentro de poco serían más que ellos. Quizá lo práctico fuera haberlos echado a todos en vez de dedicarse a matar a sus hijos para que no fueran más. Lo de las plagas, salvo la primera de que las ranas salieran del rio, aunque acabaran todos hartos de comer ancas de rana, fué salvajada tras otra salvajada. Pero la última, la de la matanza de los santos inocentes, los hijos primogénitos de los judíos fue también una salvajada; divina porque la ejecutaron sus propios ángeles, pero salvajada.
Después de tanto infanticidio y tanto genocidio acaba acostumbrando uno a hacerlo; es la tradición, se suele decir como disculpa. Y el genocidio pasa a ser normal. ¿Que su dios les ordenase asesinar hasta su exterminio a todos los habitantes del reino de Abimelec, incluido su propio rey? Pues manos a la obra. No dejaron ni uno: ni mujeres, ni varones ni viejos, ni niños lactantes, ni ovejas, ni burros, ni camellos. O sea, de nuevo genocidio e infanticidio.
Con Jericó también hicieron el mismo genocidio, infanticidio incluido: mataron a los varones y a las mujeres, niños incluidos y a los burros a las ovejas y a los bueyes Y otro tanto con lo de Nínive. Supongo que, aunque todas las personas mayores fueran malísimas sus hijos eran santos inocentes. Pues nada; todos pasaron por las piedras; divina, pero piedras.
Lo de la matanza de los niños después de decirle a María y José que se marcharan a Egipto y no decírselo a nadie más, excepto a los reyes magos. eso también fue imperdonable. No costaba ningún trabajo avisar a todos los demás; pero no, había que cumplir la profecía de Jeremías: “Un clamor se ha oído en Ramá, llantos y alaridos; es Raquel llorando por sus hijos, y no encuentra consuelo, porque están muertos”. Claro que eso sólo lo cuenta el evangelio de S. Mateo con lo que algunos dicen que se lo inventó.
Lo sorprendente es que siendo niños no nos extrañara tanta matanza por un lado y por otro. Mucho menos que ningún cura nos hiciera reflexiones sobre que eso de andar exterminando reinos y cometiendo infanticidios es una indecencia. Nos lo tragábamos todo. Si era el pueblo elegido; pues eso iba en el lote. Y nos parecía bien. Tampoco recuerdo que mis padres nos hicieran ninguna reflexión moral sobre todas las salvajadas que la Historia Sagrada cuenta que hicieron los judíos allí por donde pasaban.
Y ahora con lo de Gaza ¿qué pasa?
A lo mejor se lo ha dicho su dios otra vez a Netanyahu y él, pobrecillo, sólo es un judío obediente como todos sus antepasados genocidas e infanticidas. ¿Puede algún creyente dedicarse a enmendarle la plana a su dios? Supongo que no porque le esperará el fuego eterno.
Aunque así fuera, que quieren que les diga... ¡me rechina!; ¡me rechina mucho!, y de modo insoportable. -No sé a Vds. Sin duda habrá judíos decentes; pero como colectivo yo los veo como una panda de indeseables.
Abogado. - Doctor en Química Industrial.- Secretario General “Centro de Estudios Ateneos”.



























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