Domingo, 14 de Diciembre de 2025

BALBINO LOZANO
Miércoles, 12 de Marzo de 2025
NUESTRA HISTORIA

Días de guerra en la retaguardia

Casi todo lo que ocurría en aquella época de la tristemente famosa Guerra Civil  Española  de los años 1936 a 1939,  era  lamentable, funesto y acongojante.  Los periódicos de cada día reproducían noticias de lo que sucedía en los frentes de batalla y de las medidas represoras  que tomaban los gobernantes.


No obstante, había de vez en cuando algún comentario (dentro de lo permitido por la censura)  que resultaba al menos anecdótico y que desde la perspectiva de los que vivimos aquella situación bélica y que podemos contarlo todavía,  es interesante recordar.


Eran días  de la feria de Botigero, las atracciones se encontraban instaladas en la Plaza del Cuartel, los “chavales”  gozaban con la contemplación de los espectáculos que  se exhibían en las casetas.  Allí estaba  el “húngaro”  acompañado de su perro, su mona y hasta un camello, cuyos famélicos animales  hacían las delicias de la muchachería danzando al son  del pandero en el que al final caían las monedas con un sordo sonido.  Los que tenían la fortuna de disponer de algunas “perras” las gastaban  en baratijas, por otro nombre “botigas”,   aunque este nombre resulte anticuado y puede que de ahí proceda  la palabra Botigero, y hasta había  quienes tenía para subirse varias veces en los “carruseles”.


Aparte del comentario festivo de la Feria de Botiguero,  se podían leer otras noticias como la de la Comisión de Requisa de Chatarra, en la que se lamentaban del  escaso éxito de la recogida, pues entre cobre, latón y aluminio  no habían conseguido llenar una  caja de las utilizadas para las mantecadas.


Otra nota, que hoy parece insólita, era  de la Delegación de Seguridad y Orden Público, en la que se decía: “A consecuencia der noticias obtenidas por el servicio de información e Investigación de esta Delegación, se practicó en el día de ayer un registro en el domicilio de cierto industrial de eta capital, dando por resultado el hallazgo de la cantidad de 900 pesetas en plata y además  158 monedas  de cupro-niquel  de 0,25.    

 

Aparte del atesoramiento de la plata, hecho ya repugnante y de notoria gravedad, el detalle de las monedas cupro-niquel indica claramente el propósito de dificultar las operaciones de cambio de moneda, lo que está de acuerdo con otras circunstancias que han concurrido en el registro practicado.  El mencionado individuo ha sido puesto a disposición de la autoridad competente.”  


Hoy no se entiende que tales hechos pudieran considerarse delictivos, pero sí nos da una idea de que entonces se vivían momentos de privaciones, escasez de subsistencias y pobreza por doquier.

Balbino Lozano

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