Domingo, 14 de Diciembre de 2025

Eugenio-Jesús de Ávila
Lunes, 14 de Abril de 2025
SEMANA SANTA 2025

La Pasión de Isabel García Prieto, expresidenta de la Junta Pro Semana Santa

[Img #98197]Eugenio-Jesús de Ávila

 

La Semana Santa zamorana -no conozco otras- siempre, desde mi infancia como hermano de varias hermandades, con esa experiencia de décadas, la protagonizaron hombres, antaño muy católicos, gentes inteligentes que entendían el cristianismo de una manera especial; hogaño, supongo, que también mantendrán idéntica fe a los que ordenaron y mandaron "in illo tempore". El machismo, tan denunciado en estos últimos años de la democracia, se imponía en las cofradías, incluso en las que, formalmente, dirigían señoras.

 

Valga el exordio para escribir sobre Isabel García Prieto, la primera mujer que presidió la Junta Pro Semana Santa, un hecho inexplicable que escapa a la razón, una excepción que confirmaba su regla, un atentado al poder de los varones en la Pasión zamorana. Este año 2025, ni un solo recuerdo ni un solo artículo que ponderase sus años como rectora de la Junta Pro Semana Santa. Ni una sola entrevista para recordar su tiempo como máxima gestora de ese organismo esencial y pedirle un análisis de la deriva de la Pasión zamorana desde que decidió poner fin a tanta laboriosidad, a cambio de calumnias y críticas.

 

Se la quiere olvidar, como si su papel en la Presidencia hubiera sido intranscendente. Una especie de interregno hasta la anunciación de otro santo varón. Solo sé que si, algún día, Zamora cuenta con un museo moderno, digno de sus grupos escultóricos, se lo deberá a su inmensa labor, a su lucha por sacar adelante un proyecto, necesario e imprescindible para nuestra ciudad y su Semana Santa, pese a los enormes obstáculos padecidos, como la paralización unilateral de las obras, cuando ya no quedaban ni los escombros de aquel almacén de pasos que tantos servicios brindó a la Pasión de nuestra ciudad.

 

Lo dejó todo durante esos años de Presidencia, incluso a su familia, por atender a la Semana Santa. Supo detener batallas domésticas, habituales en el seno de las cofradías y hermandades zamoranas. Nunca recibió ni una sola alabanza de los prohombres semanasanteros, más capacitados para la crítica, la calumnia y la destrucción, que para el apoyo, la ayuda, la solidaridad.

 

Isabel fue, es y será mujer. Y, salvo excepciones, a las damas se las preparó para el servicio de los varones durante la Semana Santa, el único sexo que piensa, que manda, que sabe más que Dios en su cielo sobre cómo debe representarse la Pasión.

 

La todavía presidenta de Nuestra Madre, una de las grandes cofradías históricas de Zamora, padeció, durante todo su mandato, la guerra doméstica, secular, en el seno de la Junta Pro Semana Santa, donde priman los intereses de unos y otros, más allá de la fe a la que se deben, a la fraternidad que pregonan, a la religión que les une en el amor al prójimo.

 

Como zamorana, conoció también la felonía de gente íntima, de amigos y amigas de esos de pasar el rato, cobistas cuando triunfas, ausentes cuando fracasas; lo que provocó, amén de otras insidias y maledicencias, su dimisión, su adiós entre lágrimas, que no son más que los glóbulos rojos del alma. Ahora, sin nada que atender, salvo a su familia y cofradía, batalla entre su corazón y sus asuntos, e intenta resolver, con dignidad y honor, virtudes que también presidieron sus años al frente de ese organismo, las penas que propone la vida a las buenas personas, a las almas grandes. No ha pronunciado ni una sola palabra contra aquellos que más daño le causaron. Posee el misterio de los sencillos y el aroma que emanan los espíritus bondadosos.

 

Isabel García Prieto tuvo una pasión: su Semana Santa, la de su ciudad, la de su tierra. Tanto la ha amado que se convenció de que era su familia; que las hermandades, sus hijos; que otros dirigentes, sus amigos. Siempre, en ciudades donde la envidia supera a la admiración, existe un calvario para los que amaron demasiado.

 

Mateo 23: 23-28

 

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad”.

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