Jesús en Su Tercera Caída

Mi primer recuerdo de la cofradía de Jesús en su Tercera Caída data de mi infancia. Entonces se la conocía como Ex Combatientes. En aquella tierna edad, no sabía lo que significaba. Después, cuando pasaron los años, crecí hasta convertirme en un joven melenudo con el alma del revés, lo entendí perfectamente. Sin que nadie me lo explicara. Incluso, antes de ser mayor de edad, empujé, entonces con ruedas, el paso del titular de la cofradía. Mientras mi amigo José Luis Hernández Zamorita y un servidor empujábamos como posesos, los adultos se dedicaban la admiración de la belleza femenina zamorana. Cosas lógicas.

El crespúsculo del Lunes Santo siempre me conduce a San Lázaro, la parroquia en la que bautizaron a varias generaciones de mi familia materna. El blanco y el negro son los colores que protagonizan esta cofradía. Túnicas y caperuces muy andaluces, pero que gustan mucho por aquí. Desde mi infancia, las directivas de la cofradía pulieron su primitiva sobriedad para convertir el acto de la Plaza Mayor en uno de los más significativos de la Semana Santa de mi tierra.

Eugenio-Jesús de Ávila