De la ética, la honradez y otras utopías

Cuando se pierde el rumbo hay que buscar referentes en la historia. Grecia ha sido la cuna de la filosofía y conviene repasar de vez en cuando las ideas de Aristóteles por ejemplo en lo que respecta a conceptos como ética. Este gran filósofo, fundador de dicha disciplina defiende que “la ética se ocupa de las normas y reglas morales que regulan de la conducta humana”.

  Llevamos demasiado tiempo asistiendo a un espectáculo bochornoso en esta España nuestra de corrupciones y corruptelas en las que se han visto implicados políticos, empresarios, altos funcionarios y demás prendas. Ha sido gente antaño respetada –no sé si respetable- que ocuparon puestos de relevancia nacional e internacional, que saquearon las arcas del estado en su propio beneficio, fundieron tarjetas de crédito en gastos personales inaceptables, defraudaron la confianza de los españoles, les dejaron sin los ahorros conseguidos a fuerza de trabajo y robaron impunemente. Mientras esto ocurría se paseaban por las calles con la cabeza alta, se movían en buenos coches, vivían a todo lujo, y así continuaron hasta que se descubrió el pastel, les enjuiciaron, les sentaron en el banquillo y, finalmente, hicieron el paseo hasta la entrada de la prisión donde ahora continúan.

Sin embargo hay algunos que, imputados en diferentes causas, salen de vez en cuando de la cárcel a sentarse de nuevo ante los tribunales y, lejos de parecer abrumados o cohibidos, se muestran arrogantes, respondones, soberbios e insolentes ante las preguntas de los jueces… Esta actitud prepotente en personas que han cometido delitos fiscales, que han mentido, robado del erario público y malversado dinero de los contribuyentes, la considero del todo inaceptable.

Volviendo a la ética, de la que toda esta gente ha dado sobradas muestras de carecer, me pregunto cómo se sentirán al pensar en el ejemplo que transmiten a sus hijos, si en un resquicio –aunque sea pequeño- de su conciencia no les quedará algo de vergüenza por su comportamiento deshonesto; si no recibirán nunca una lección de humildad (desde luego en la cárcel lo dudo mucho), si no darían cualquier cosa porque no existiera el pasado que les condenó… sin embargo, cuando veo el proceder en el banquillo de tanta gente que ha corrompido España durante años, me pegunto si la honradez será cosa de los pobres, no porque sean mejores a priori, sino porque no tienen oportunidad de verse en la tesitura de probarlo, porque como decía Pérez Reverte “con hombres íntegros pueden quizá ganarse batallas, pero no gobernar reinos” 

Como decía al principio, hay que repasar la historia, aprender de ella, no repetir errores y exigir honestidad en aquellos que están al servicio del pueblo.

Mª Soledad Martín Turiño