El PSOE de Zamora cobra una pieza de caza mayor: Monte la Reina

Mayte Martín Pozo eligió a su periódico, que no es de Zamora, aunque se edite aquí, para iniciar su campaña electoral al Ayuntamiento de la capital de la provincia. La presidenta de la Diputación, como no tiene nada que vender de su gestión, más de lo mismo -Martínez-Maíllo hizo un puente que le costó a los zamoranos dos mil millones de pesetas, gracias a la presión de García Carnero y su álter ego, la ínclita Pilar Álvarez, sobre Iberdrola-, buscó, pero no encontraba un punto de apoyo para lanzar su candidatura a la Casa de las Panaderas. Y se lo ocurrió lo de esa primicia, que no era tal, porque ya lo había avanzado "El Día de Zamora" el 4 de mayo, designarse como la auténtica protagonista política de que una unidad del Ejército español viniese a Monte la Reina.

Martín Pozo desprecia cuanto ignora. Y desconocía que el PSOE ha sido el partido que más tiempo ha gobernado esta democracia de cartón piedra, capaz de gobernar casi 40 años en Andalucía, donde la corrupción definió una forma de hacer y de ser, y que, por lo tanto, cualquier maniobra política de importancia se la queda, la muestra y la vende. Ni Antidio Fagúndez, que quiere ser alcalde, porque ya se cansó de andar en alquiler a medias con Guarido e IU ni Virginia Barcones, lista y directa, permitirían que una rival en las próximas elecciones locales les fuera a robar la presa: la implantación en Montelarreina de uno o dos batallones del Ejército.

Después del ridículo de la candidata y su medio, las maniobras socialistas resultaron un paradigma de cómo hacerse protagonistas de una gran noticia, de una inversión extraordinaria para Zamora, provincia de la que el Estado, desde que Felipe González aplicó medidas neoliberales, huyó y olvidó.

Así, a las 48 horas de la entrevista en ese diario, reunión en la subdelegación del Gobierno, con todas las personalidades política y económicas implicadas en el asunto de Montelarreina, en la que Martín Pozo fue relegada a una mediocre posición en la mesa. Y la rueda de prensa, por supuesto, con Barcones y el general Varela como verdaderos protagonistas.

Y, como anunció la delegada del Gobierno, hoy, martes, una semana después, la ministra de Defensa recibe en el Ministerio a Virginia y a Antidio, que cobra así una pieza de caza mayor sin haber disparado ni una sola bala. Quizá Fagúndez no pintase nada allí, siempre que sus adversarios políticos considerasen sus roles de primer teniente de alcalde o secretario provincial del PSOE, pero sí de senador por la provincia de Zamora.

Hay un proverbio chino que dice: “¡No despertéis al tigre!”. La candidata de los populares al Ayuntamiento de la capital lo desveló al tigre socialista. Y ese descomunal felino se come a las niñas malas.

Si el final de esta película, rodada en Monte la Reina, resulta feliz, a satisfacción de todos los zamoranos, el PSOE de Zamora ya podrá presumir de haber hecho algo muy importante para Zamora y haber pagado así todas sus deudas con esta provincia, siempre ignorada, nunca recordada por los partidos que más hablan de defender a los humildes y sencillos.