Eugenio de Ávila
Jueves, 07 de Marzo de 2019
ONG

Yirewa, una ONG presidida por la zamorana Rosa Arias, volcada en el África occidental

La chef de Montamarta, Restaurante Rosamaria, fundó esta organización hace dos años

[Img #26064]Rosa Arias, chef y propietaria del restaurante Rosa Mari, en Montamarta, además de deleitar con su cocina a su numerosa clientela, dedica parte de su tiempo a una ONG, “Yirewa”, término mandingo que quiere decir ‘cooperación y desarrollo’, que trabaja en países del occidente africano, como son Camerún, Sierra Leona y Gambia, nación que visitó hace un mes, aproximadamente. Esta ONG tiene una página web: “yirewa.org”, en la que ofrece información sobre las acciones que se quieren ejecutar.

Rosa Arias fundó Yirewa hace un par de años: “Mi compañero Alfredo Altamira, que conoce África y aquellos países muy bien y, por supuesto, su problemática, me introdujo en este mundo. Él me invitó a conocer la realidad in situ. También hay otro compañero, Dani Rico Illán, que comparte con nosotros estas tareas. Rondamos los cien socios; de Zamora, muy pocos. La mayoría son vecinos de capital de España, de Valladolid y otras ciudades”.
“Yirewa” se encuentra legalmente inscrita, una ONG que, en palabras de Rosa Arias, su presidenta, se dedica, entre otros ámbitos, a “la educación, la agricultura ecológica, con diferentes acciones para reivindicar más derechos para la población de estos países y que se diversifique su agricultura, con lo que también mejorará su alimentación”.

Nos cuenta Rosa Arias que, no ha mucho tiempo, visitó un orfanato en Sierra Leona: “Allí vimos todas las carencias que existen. Ha colaborado con nosotros Ana, profesora del colegio Isaac Newton, que ha confeccionado, junto a Alfredo, la página web. Pero conozco también otras naciones, como Camerún, Gambia, Senegal, Marruecos y Sierra Leona. Todas las zonas interiores de estos países sufren problemas de necesidades básicas. No obstante, son felices con lo poco que tienen, pues lo comparten todo. Incluso a nosotros también nos obsequian. También padecen enfermedades típicas de los países tropicales, como la malaria, que, en tres días, con un tratamiento, se quita. Todavía no existe una vacuna para esta enfermedad que se suele contraer en épocas de lluvia”.

Aquí, en España, en Castilla y León, en Andalucía, con gobiernos de ideologías distintas, la Sanidad recibe muchas críticas, pero, si la comparamos con el nivel sanitario en aquellas naciones, Rosa Arias es contundente: “allí el nivel de la Sanidad es ínfimo. Las mujeres siguen dando a luz en casa, por lo que hay muchas muertes por parto y de recién nacidos. Casi no hay medicinas. En Sierra Leona, se ponen vacunas, sobre todo para niños. Cierto es que allí se siguen haciendo las cosas como antes aquí, con las cartillas y registros a mano”.

En cuanto a la educación, la presidenta de Yirewa cuenta que “los profesores carecen de salario. Los sueldos de policías, enfermeras, etc., son de 50 euros mensuales. Nosotros ayudamos a estos docentes para que aumente la calidad de la enseñanza y aprendan a leer y a escribir. Así, los profesores se sienten más útiles con donaciones que nosotros les hacemos. En el interior de Sierra Leona, donde estuvimos, había seis profesores para  los 60 niños del orfanato. A los mayores, les hemos concedido una especie de beca, de 50 euros por niño, con los que se han confeccionado sus uniformes y comprado libros y pagado una matrícula para poder ir a un colegio que se encuentra a seis millas, que recorren andando. Existe una educación del Estado, pero a sitios muy alejados de las ciudades no llega. El índice de analfabetismo es muy alto. Ahora se les inculca el inglés como lengua principal, para que la gente que vaya a ayudarlos los entienda y se comunique mejor. Hablan un inglés perfecto a partir de los 8 años”.

Otro de los ámbitos más queridos para esta ONG se halla en la agricultura: “no tienen animales, con la consiguiente falta de proteínas. No hay vacas, ni, por tanto, leche. Alguna cabra y nada más. Lo hacen todo a mano. Cuanto les llevamos semillas como alubias, tomates, ellos mismos fabricaron las herramientas para sembrarlas. Primero, aprendieron de un herrero y, después, confeccionaron sus azadas para hacer surcos en la tierra, que es muy fértil. Hacen ellos mismos su compost. También tienen un pozo del que sacan el agua para regar. No hay agua corriente. Bajo mi punto de vista, son felices, aunque carezcan de casi todo. Y lo que les pidas, encantados de dártelo”. 

“En Gambia, donde estuvimos en el mes de febrero, las mujeres tienen allí sus huertos, con paneles solares, como también se ha hecho en Sierra Leona, para poder sacar agua de pozos. Y ya se ven huertos muy bonitos, en los que se cultivan tomates, pimientos, alubias y otros productos. Así tienen una mayor variedad en la alimentación, porque lo que más comen es arroz, casi exclusivamente. También mijo, que machacan y añaden al arroz, manises (“peanuts”) y la kassaba, una especie de hoja verde. De vez en cuando, matan un cordero y lo añaden también. En Gambia, tienen algunas vacas y gallinas. Cada familia tiene casa cercada”.
Rosa confiesa seguir con esta ONG, entre otras razones, porque “me satisface y me hace feliz”.

Quien desee hacerse socio de esta ONG que preside una zamorana puede entrar en la página web de Yirewa: “Hay una cuenta, que todo el mundo puede ver, con transparencia absoluta, en la que se informa de lo que hacemos, proyectamos y nuestras acciones en aquellos países”.

 

Fotografía:Rosa Arias, entre mujeres y niñas de Gambia

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