HUMANIDADES
Abrazos terribles
Ilia Galán
Estaban emocionados entre familiares y amigos cuando el novio, enamorado, había declarado en público su voluntad de casarse con la joven. Víctima de tierna emoción se arrojó a él y le dio un tierno y casto abrazo que, sin embargo, las autoridades puritanas de Irán consideraron indecencia occidental: fueron detenidos. Puede verse el vídeo en el ciberespacio: lo más normal del mundo para casi todo el planeta. Miremos pues la realidad, que muchos no quieren ver.
Es triste ver el caso de la ex-británica a quien se le ha muerto el bebé en un campo de refugiados, pero esta joven originaria de Bangladesh no podía ni debía volver a la Europa libre después de haber ayudado, como tantos otros miles de jóvenes europeos (más de 6000), a masacrar poblaciones, torturar gentes y violar en masa a mujeres con una versión monstruosa de la religión, convertida en algo satánico. “Por sus hechos los conoceréis”, leemos en boca del Maestro de Nazaret.
Lo mismo pensaban los católicos que luchaban en la Resistencia de Francia ante los nazis. Basta ver lo que ha pasado en Siria donde todavía hay mil doscientos yihadistas de más de cuarenta países esperando volver, después de propiciar mil y una atrocidades. Nada más fácil que retirarles el pasaporte y la nacionalidad, pues se han convertido en nuestros enemigos y, además, muchos de ellos, con atroces crímenes de guerra. Dejarlos en libertad sería peligrosísimo para los demás pues, además, deberían pagar por sus delitos, trabando para reparar en algo el mal que han hecho a tantos. De ellos hay más de doscientos que partieron de España. Ya han vuelto treinta. ¿Ha hecho algo el gobierno? Nada. La mayoría son franceses... Y París planea repatriarlos. ¿Hemos de esperar a que incendien nuestras ciudades?
En España ya ha surgido el primer partido islamista nacional y a las elecciones presentarse pretenden para luchar contra nuestros valores. Desde Marruecos y Túnez se ha indicado a sus ciudadanos que se alíen para sacar adelante en las elecciones municipales su proyecto político, islámico: el PRUNE, fundado en Granada hace ocho años por Bakkach, quien no quería criticar la ablación del clítoris o la lapidación por adulterio en otros países, mientras España reclama la igualdad de derechos de las mujeres. Europa, perdido su espíritu, se acomoda adormecida con blanduras de cojines en un serrallo de placeres mientras se compadece de sus enemigos, que a degollarla vienen.
¿Por qué Alemania se plantea crear un impuesto para sus más de 2.600 mezquitas? Porque la mitad de los fanáticos allí son formados con dinero que viene de países enemigos y extranjeros. Tampoco quieren imanes formados en universidades germanas, que saben valorar de manera más crítica los sagrados textos. Vienen a darnos un abrazo y, en la espalda, el cuchillo clavarnos.
Ilia Galán
Estaban emocionados entre familiares y amigos cuando el novio, enamorado, había declarado en público su voluntad de casarse con la joven. Víctima de tierna emoción se arrojó a él y le dio un tierno y casto abrazo que, sin embargo, las autoridades puritanas de Irán consideraron indecencia occidental: fueron detenidos. Puede verse el vídeo en el ciberespacio: lo más normal del mundo para casi todo el planeta. Miremos pues la realidad, que muchos no quieren ver.
Es triste ver el caso de la ex-británica a quien se le ha muerto el bebé en un campo de refugiados, pero esta joven originaria de Bangladesh no podía ni debía volver a la Europa libre después de haber ayudado, como tantos otros miles de jóvenes europeos (más de 6000), a masacrar poblaciones, torturar gentes y violar en masa a mujeres con una versión monstruosa de la religión, convertida en algo satánico. “Por sus hechos los conoceréis”, leemos en boca del Maestro de Nazaret.
Lo mismo pensaban los católicos que luchaban en la Resistencia de Francia ante los nazis. Basta ver lo que ha pasado en Siria donde todavía hay mil doscientos yihadistas de más de cuarenta países esperando volver, después de propiciar mil y una atrocidades. Nada más fácil que retirarles el pasaporte y la nacionalidad, pues se han convertido en nuestros enemigos y, además, muchos de ellos, con atroces crímenes de guerra. Dejarlos en libertad sería peligrosísimo para los demás pues, además, deberían pagar por sus delitos, trabando para reparar en algo el mal que han hecho a tantos. De ellos hay más de doscientos que partieron de España. Ya han vuelto treinta. ¿Ha hecho algo el gobierno? Nada. La mayoría son franceses... Y París planea repatriarlos. ¿Hemos de esperar a que incendien nuestras ciudades?
En España ya ha surgido el primer partido islamista nacional y a las elecciones presentarse pretenden para luchar contra nuestros valores. Desde Marruecos y Túnez se ha indicado a sus ciudadanos que se alíen para sacar adelante en las elecciones municipales su proyecto político, islámico: el PRUNE, fundado en Granada hace ocho años por Bakkach, quien no quería criticar la ablación del clítoris o la lapidación por adulterio en otros países, mientras España reclama la igualdad de derechos de las mujeres. Europa, perdido su espíritu, se acomoda adormecida con blanduras de cojines en un serrallo de placeres mientras se compadece de sus enemigos, que a degollarla vienen.
¿Por qué Alemania se plantea crear un impuesto para sus más de 2.600 mezquitas? Porque la mitad de los fanáticos allí son formados con dinero que viene de países enemigos y extranjeros. Tampoco quieren imanes formados en universidades germanas, que saben valorar de manera más crítica los sagrados textos. Vienen a darnos un abrazo y, en la espalda, el cuchillo clavarnos.
Ilia Galán
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