"Los masones le debemos a 'El Principito' tres grandes enseñanzas

En 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, se publicó por vez primera un pequeño cuento ilustrado por acuarelas del propio autor, aventurero, aviador y aristócrata, que moriría apenas un año después en un vuelo de reconocimiento. Aquel libro infantil, repleto de profundas reflexiones poéticas sobre la naturaleza del ser humano, se ha convertido en uno de los textos universales del siglo XX: 'El Principito'. La sede de la Gran Logia de España en Madrid ha acogido una exposición de las múltiples ediciones del libro de origen francés más vendido del mundo y traducido a más 240 idiomas y dialectos, escrito por Antoine de Saint-Exuperie.

La muestra, que incluía una edición en braille donde puede recorrerse con la yema de los dedos el sombrero que es también un elefante devorado por la serpiente, procede de la colección de nuestro Querido Hermano José Manuel Laureiro. ¿Cuánta Masonería hay, en realidad, en 'El Principito'?

"A la siempre fresca obra de Saint-Exuperie, los masones le debemos tres grandes enseñanzas: la primera es la de aprender a callar para escuchar mejor; la segunda es la de comprenderse, la de aceptar juntos la diversidad desde todos los puntos de vista, porque ninguno puede representar siquiera un pequeño planeta; la tercera es la de transmitir y propagar el conocimiento y el saber para que la cadena de unión se establezca en el tiempo y el espacio, entre los masones de ayer, de hoy y de mañana", nos cuenta el Querido Hermano José Manuel, que atesora ediciones de esta obra inmortal.