Domingo, 09 de Noviembre de 2025

Manuel Herrero Alonso
Viernes, 12 de Abril de 2019
DENUNCIAS

Portillo de la Lealtad, de Vellido Dolfos a la dejadez actual

De la lealtad de aquellos al abandono de estos

[Img #26738]Manuel Herrero Alonso: texto y fotografías

 

No solo es el punto histórico, por lo que allí aconteció, más importante de la ciudad, sino algo más, porque la trascendencia de que el héroe Vellido regresara después de abatir al rey de los castellanos no se limita a que la ciudad de Zamora continuara con Urraca como su señora, tal y como recogió el testamento de su padre, el rey Fernando I de León. Sino que el ansia del castellano, se atajó impidiéndole, mediante una estratagema, apoderarse de todo el Reino de León, como pretendía su codicia.

Un recoveco de la muralla comunica por donde lo hiciera Vellido en el regreso de su hazaña la calle de la Vega con los jardines del Castillo. Subiendo desde el camino, que se inicia justo al lado del sillón de la Reina. Obvio que los zamoranos los saben, los de aquí y alguno de fuera, pero quien no conozca este acceso, tendrá serias dificultades para encontrado, porque no hay señal alguna que así lo indique. 

Respirando historia, se accede sin mucha dificultad, salvo la que nuestro despreocupado ayuntamiento se empeña en poner a los caminantes, no faltando las canalizaciones para el agua sin rejilla, donde alguien puede colar un pie. Hacerlo cuando ya han caído las sombras de la noche, lo convierte en algo bastante más peligroso, no por nada en especial, sino porque falta un mínimo de luz. 

Las farolas, las existentes como en cualquier otro parque, fueron sometidas al cambio de su vidrio por los de colores, solo para que haga bonito desde lejos, aunque desde cerca no se vea ni donde se pisa. Otro tipo de iluminación ornamental, como la de cualquier monumento, también parece que se le niega.
Protecciones 

Llegando a divisar la Puerta, se encuentra la subida, con unas escaleras y sus protecciones, simples mamotretos de piedra, pero solo en la parte de arriba, en la menos alta, esa función la cumplían unos setos vegetales, que han dejado secar, ahora nada impide que subiendo los peldaños alguien obnubilado en tan magnífico lugar, pudiera precipitarse, ante la falta de un mínimo vallado de seguridad acorde con el entorno. 
Las pintadas, la suciedad, la falta de ajardinamiento y otras cosas son inherentes a otras partes de la ciudad, no solo al Portillo de la Lealtad.

 

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.80

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.