Zamora Gana, día 8

Hay varias secuencias en la serie de House of Cards que dicen mucho de lo que llamamos política. Sin ser ingenuo, y sabiendo que estas series inoculan opinión, lo que me importa es cómo el guionista resuelve una trama que parece sin salida. Bien. En una, un periodista investiga un suceso oscuro, está tan cerca de resolverlo que acierta, conjeturando, lo que ha pasado. El espectador lo sabe porque en efecto tal personaje sí asesinó a varias personas. Pero el periodista no se cree su conjetura por parecerle exagerada, y no sigue investigando. La verdad, en política, resulta increíble si no viene precedida de un hecho que la confirme. Cuando la verdad ya no es novedad es cuando llega a creerse.

Decía ayer que es más barato municipalizar porque nos ahorramos el beneficio de la empresa, el IVA y otros impuestos. Con los mismos argumentos razonables digo, lo he estudiado en otros ayuntamientos, que cabe aprobar expedientes exprés para que no se dilaten los permisos de obras o aperturas; digo, que en otros países y en algunos municipios de España, se reducen los trámites administrativos, se expropian edificios aunque la familia sea distinguida por su abolengo en la ciudad y se rehabilitan inmuebles con destinos sociales; digo, que se pueden llevar a funcionarios a los barrios para hacer una administración cercana, que es lo que necesitaría una Zamora con muchos mayores que no están para oficinas electrónicas; digo, que en la Web de Málaga, las subvenciones están a la distancia de tres “clic”, mientras que en Zamora se podía hacer un concurso con premios si alguien encuentra lo que busca; digo, que si en verdad se quiere ser transparente, se puede ser más allá de las tabuladas normas establecidas por el Estado.

Pero es tan tremenda esta verdad que nos llevaría a pensar que, siendo así, cómo un ayuntamiento de izquierdas no iba a ponerlas en marcha, cómo iba a permitir esa desidia con lo público. No puede ser verdad, nos convencemos.

Se debe tener un sentido positivo de lo público y necesitamos profesionales que defiendan, dentro de las administraciones, que se puede gestionar más barato y mejor que desde lo privado. Pero si un alcalde, que parece majo, que se autodefine como de izquierdas, publicitado como gestor y ahorrador, dice que no se puede, cómo va a mentir. Esta campaña se va a poner tremenda en breve. Cuando Vox ponga en la picota a algún funcionario ¿será House of Cards, una exageración que de quien viene no podemos creer? Si la política no manda en los ayuntamientos, mejor hacer un concurso oposición de administradores de fincas para dirigirlos. Y me asusto al decirlo, como le pasó al periodista. Así que mejor seguimos mañana. Salud