PERSPECTIVAS
Zamora será agrícola y ganadera o dejara de ser
Eugenio-Jesús de Ávila
Zamora volverá a ser una provincia agrícola y ganadera o no será. No pretendo que nuestra agricultura regrese a los años 50, sino que se enganche al futuro. ¿Cómo? Transformando nuestras extraordinarias materias primas aquí, en nuestra geografía. Nuestros empresarios deben y tienen que invertir en transformar lo que nos da la madre tierra. Productos de la huerta demandan emprendedores que creen empresas de transformación. Zamora es la mayor productora de España de ganado ovino y de cerdo común. Nuestras ovejas dan una leche excepcional que se transforma en quesos de una factura única en España. Nos falta que el ciclo del cerdo se cierre en nuestra provincia. ¿Por qué tiene que haber un Campofrío en Burgos y no en nuestra Zamora? Sé que ha tratantes a los que les va mejor exportando cerdos a otras provincias, donde se transforman y se preparan para vender en el mercado nacional e internacional toda la gama de productos que se extraen de los cochinos. En esas ciudades se queda la plusvalía y, por supuesto, en algunos zamoranos que se han hecho multimillonarios con este juego de la exportación de ganado de cerda.
No sé si sabe el lector que Zamora produce los pistachos de más calidad del mundo. Ahí también está el futuro. Los olivos de Fermoselle producen una aceituna magnífica, en la que jóvenes empresarios sayagueses ya han invertido para ofrecernos un aceite de oliva de enorme calidad, que nada tiene que olvidar a los de Córdoba y Jaén. Hay muchas materias primas que podrían transformarse en nuestra provincia. Pero también se necesita que los partidos políticos creen en el sector primario y en su desarrollo hacia el industrial.
Ana Sánchez, la indómita procuradora socialista de Zamora, ha presentado esta tarde nuevas medidas para incentivar la agricultura. Genial. Pero ahora se necesitan emprendedores que las transformen aquí, que creen empresas, que den empleo. Hay que mejorar algunas estructuras agrícolas y ganaderas, ya obsoletas; regadíos y entrar a saco en el apoyo a nuestros ganaderos. La reconversión agroganadera, exigida a Felipe González para entrar en Europa, dejó a nuestros agricultores y ganaderos abandonados a la suerte de las subvenciones. Se cerraron miles de explotaciones de vacuno, porque el precio de la leche no daba para mantener el vacuno, mucho trabajo con escaso beneficio. Los ganaderos de GAZA saben bien de lo que escribo.
Con el desmoronamiento del sector primario, nuestra ciudad, una capital, en esencia, rural, se empobreció. Porque los comerciantes zamoranos de todos los sectores, textil, calzado, ferreterías, droguerías, joyerías, fruterías, el propio Mercado de Abastos, automóvil, tractores, regadíos acusaron el golpe hasta, en cientos de casos, desaparecer. Zamora se desmorono. La provincia se vació. Los jóvenes huyeron el agro. No se quedaron tampoco en la capital, porque las empresas, como Reglero o San Gregorio, cerraron. Se entró en una decadencia económica y demográfica extraordinaria.
Toca, pues, a los políticos zamoranos, a los de todos los partidos, volver la vista al campo para que esta provincia y su capital renazcan. Insisto que hay conceder créditos a los jóvenes empresarios para que invierten en la transformación de nuestras materias primas. Tenemos ejemplos en nuestra patria de provincias que extrajeron la máxima productividad de sus tierras: La Rioja y Navarra. Aprendamos. Imitemos. Adelante la Zamora de la agricultura y de la ganadería, la Zamora que sepa transformar su patrimonio natural para engancharse al futuro.
Zamora volverá a ser una provincia agrícola y ganadera o no será. No pretendo que nuestra agricultura regrese a los años 50, sino que se enganche al futuro. ¿Cómo? Transformando nuestras extraordinarias materias primas aquí, en nuestra geografía. Nuestros empresarios deben y tienen que invertir en transformar lo que nos da la madre tierra. Productos de la huerta demandan emprendedores que creen empresas de transformación. Zamora es la mayor productora de España de ganado ovino y de cerdo común. Nuestras ovejas dan una leche excepcional que se transforma en quesos de una factura única en España. Nos falta que el ciclo del cerdo se cierre en nuestra provincia. ¿Por qué tiene que haber un Campofrío en Burgos y no en nuestra Zamora? Sé que ha tratantes a los que les va mejor exportando cerdos a otras provincias, donde se transforman y se preparan para vender en el mercado nacional e internacional toda la gama de productos que se extraen de los cochinos. En esas ciudades se queda la plusvalía y, por supuesto, en algunos zamoranos que se han hecho multimillonarios con este juego de la exportación de ganado de cerda.
No sé si sabe el lector que Zamora produce los pistachos de más calidad del mundo. Ahí también está el futuro. Los olivos de Fermoselle producen una aceituna magnífica, en la que jóvenes empresarios sayagueses ya han invertido para ofrecernos un aceite de oliva de enorme calidad, que nada tiene que olvidar a los de Córdoba y Jaén. Hay muchas materias primas que podrían transformarse en nuestra provincia. Pero también se necesita que los partidos políticos creen en el sector primario y en su desarrollo hacia el industrial.
Ana Sánchez, la indómita procuradora socialista de Zamora, ha presentado esta tarde nuevas medidas para incentivar la agricultura. Genial. Pero ahora se necesitan emprendedores que las transformen aquí, que creen empresas, que den empleo. Hay que mejorar algunas estructuras agrícolas y ganaderas, ya obsoletas; regadíos y entrar a saco en el apoyo a nuestros ganaderos. La reconversión agroganadera, exigida a Felipe González para entrar en Europa, dejó a nuestros agricultores y ganaderos abandonados a la suerte de las subvenciones. Se cerraron miles de explotaciones de vacuno, porque el precio de la leche no daba para mantener el vacuno, mucho trabajo con escaso beneficio. Los ganaderos de GAZA saben bien de lo que escribo.
Con el desmoronamiento del sector primario, nuestra ciudad, una capital, en esencia, rural, se empobreció. Porque los comerciantes zamoranos de todos los sectores, textil, calzado, ferreterías, droguerías, joyerías, fruterías, el propio Mercado de Abastos, automóvil, tractores, regadíos acusaron el golpe hasta, en cientos de casos, desaparecer. Zamora se desmorono. La provincia se vació. Los jóvenes huyeron el agro. No se quedaron tampoco en la capital, porque las empresas, como Reglero o San Gregorio, cerraron. Se entró en una decadencia económica y demográfica extraordinaria.
Toca, pues, a los políticos zamoranos, a los de todos los partidos, volver la vista al campo para que esta provincia y su capital renazcan. Insisto que hay conceder créditos a los jóvenes empresarios para que invierten en la transformación de nuestras materias primas. Tenemos ejemplos en nuestra patria de provincias que extrajeron la máxima productividad de sus tierras: La Rioja y Navarra. Aprendamos. Imitemos. Adelante la Zamora de la agricultura y de la ganadería, la Zamora que sepa transformar su patrimonio natural para engancharse al futuro.
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