Los Pelambres: bañarse sí, ducharse no

Manuel Herrero Alonso: texto y fotografías

Algunos ya acudían en verano para darse un chapuzón; otros, ni con esta catalogación piensan meterse, ni siquiera los pies, en el agua del río, viendo su estado. Todo ha cambiado, aunque en realidad no lo haya hecho nada. Merecedores de justicia, habrá que informar que algunas deficiencias en la playa han sido subsanadas. Así, ha vuelto el agua a la fuente del parque infantil, demostrando que no era tan difícil cambiar un simple grifo averiado y que ahora los pequeños pueden refrescarse entre juego y juego.

Pero hay más novedades, aunque tampoco muchas y nunca todas las necesarias. Han colocado nuevas cortinas en las duchas de los vestuarios. En efecto, han colgado cuatro cortinas en las cinco cabinas. No, no han leído mal, así es, no hay para todos, con lo cual algo queda sin tapar. Por aquello de hacernos diferentes, y acentuar estas desigualdades, blancas con listas azules en la parte inferior, para los vestuarios de caballeros, y de cuadritos en tonos negros blancos y crema, para el de ellas, a gusto del comprador. Pero han seguido la misma tónica de adquirir menos material del que se necesita para cubrir las necesidades, con lo que, en las duchas femeninas, después de repartir, otro compartimento se queda al aire. Respondiendo teóricamente a dos cosas, o bien que no llega el presupuesto, cuestión poco creíble cuando sobra para otras cosas, que han calculado rematadamente mal o que ni contar saben.

Aunque de nada sirve una cortina, cuando la ducha no es utilizable. Expliquemos que, en el vestuario de caballeros, una de ellas no dispone de soporte para su sujeción a la pared, con lo cual no puede ser utilizada. Quedan cuatro, dos aptas para funcionar; las otras, superando la ineptitud de los responsables, tienen un soporte de fijación con un modelo distinto al del brazo, con lo que es imposible que se sujete a la pared, quedando la manguera totalmente colgando. Ellas tienen más suerte, en sus vestuarios, la incompatibilidad del soporte con el aplique se da tan solo en un caso. Y, haciéndonos iguales, los servicios siguen careciendo de jabón y secamanos. Así que tenemos agua en el río, como toda la vida, un estupendo servicio hostelero; playa, como siempre, con hierbas y espigas como nunca.