Eugenio de Ávila
Sábado, 13 de Julio de 2019
SHALOM

Deuda saldada

Por Jesús Jambrina

Centro Campantón Inc

[Img #28339]Nuestro encuentro este año llevó por título Sefarad Transatlántica en homenaje a todos aquellos judíos que en 1492 tuvieron que dejar el único sitio que habían conocido en su vida y establecerse en otros lugares, incluidas las Américas. Entre ellos hubo también judíos zamoranos, conversos, nuevos cristianos y en muchos casos cripto-judíos, como fue el caso de la familia Carvajal en México, quienes fueron procesados por la inquisición a finales del siglo XVI por mantener su verdadera fe en secreto y trasmitirla a sus descendientes.  

 

Los Carvajal, a través de Luis de Carvajal y de la Cueva, el viejo (1537-1591), produjeron el primer intento de un territorio sólo para judíos en lo que se llamó el Nuevo Reino de León en el noreste de México, hoy parte también suroeste de los Estados Unidos, y, mediante Luis de Carvajal, el Mozo (1567-1596), el primer escritor hebreo del hemisferio occidental, quien con el seudónimo de Joseph Lumbroso publicó sus memorias de regreso al judaísmo, un testimonio único en la escritura de la época virreinal.

 

Esta es la familia emblemática de los llamados B’nei Anusim – hijos de los forzados-, descendientes hoy en todo el mundo de aquel numeroso grupo de individuos que debió enfrentar las persecuciones de la inquisición tanto en España, como en Portugal y las Américas por más de tres siglos, pero que, gracias al esfuerzo personal y colectivo, hoy puede decirse que sobrevivió el largo y oscuro brazo inquisitorial. Y sí, fue esta una familia zamorana con orígenes rayanos en Bermillo de Sayago, Fermoselle y Mogadouro para luego trasladarse a las tierras del Conde de Benavente desde donde en 1580 partieron a las Indias.

 

Cuando a principios del siglo pasado en sitios como Turquía y Grecia, donde para entonces existía una gran comunidad sefardí, la situación socio económica y política empeoró, muchas familias nuevamente buscaron refugio en el continente americano, en países como Cuba, México y Argentina, en los cuales el idioma – en este caso judeoespañol- ayudó a la integración en las nuevas sociedades que, a su vez, se habían constituido en naciones independientes apenas unos años antes. Como en el siglo XVI, los judíos sefardíes, esta vez como inmigrantes, volvían a ser parte crucial de la historia hemisférica.

 

Nuestro congreso 2019 sólo abordó una ínfima parte de estas idas y vueltas de la comunidad sefardí hacia y desde las Américas entre los siglos XVI y XXI. El programa de ponencias puede ser consultado en nuestra página web www.zamorasefardi.com , pero es válido decir que saldamos una deuda de contenido, importante para comprender la extensión y profundidad de la historia y cultura sefardí en el contexto de los estudios iberoamericanos. En nuestras actividades paralelas continuamos incorporando la cultural regional zamorana, sin dudas una ganancia en tanto puente con las sesiones estrictamente académicas.

 

Desde ya el Centro Isaac Campantón se encuentra trabajando en la 8va edición del congreso 2020 con el título de “Zamorología” en el cual exploraremos genealogías judías, tradiciones culinarias sefardíes y la necesidad de recuperación del judeoespañol como parte esencial del legado hispano hebreo. 

Pie de foto: Filandón Sefardí. Foto: Alfredo Alonso.

 

 

 

 

 

 

 

 

       

 

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