Martes, 18 de Noviembre de 2025

Eugenio de Ávila
Domingo, 21 de Julio de 2019
ME QUEDA LA PALABRA

El puente de "La Estrella", otra vergüenza política

Eugenio-Jesús de Ávila

[Img #28462]Perdónenme las mujeres, feministas o de otra religión femenina, pero dos señoras pasarán a la historia como las peores presidentas de la Diputación Provincial en el periódico democrático: Pilar Álvarez, siempre a las órdenes del ínclito García Carnero, y Maria Teresa Martín Pozo. Ambas demostraron su animadversión hacia este periodista o lo que sea. Aquella, impidió que ocupase, a media jornada, una plaza de informador en la Fundación Hispano-Lusa, debido a que mi pasado político –ignoro si cuando fui trotskista durante el franquismo o anarquista o como jefe de Gabinete de J.Antolín Martín- y la otra, porque la línea editorial o mis artículos no le gustaban y salía más en los papeles de El Día de Zamora Guarido que ella. ¡Nos fastidió! El alcalde de mi ciudad, para bien o para mal –en este caso porque ha gobernado con honradez, humildad y seriedad-, siempre será noticia para un zamorano como un servidor. Punto.

A lo que voy, pasé el sábado en Sanabria, tierra que amo profundamente, y parte del domingo. Además de que las aguas del Lago me parecieron más templadas que en otras visitas, he de escribir que me parece una inmoralidad política que todavía el Puente de la Estrella –será fugaz- forme parte de una carretera nacional. ¡Cómo en el 2019 todavía existe una infraestructura tan obsoleta como la citada, en la que los vehículos deben aguardar el paso de los que marchan en dirección contraria para atravesarlo!  Tras la admiración, la interrogación: ¿Si este viaducto atravesase una carretera de ámbito nacional en provincias como las de Valladolid o Burgos seguiría en pie? ¿Los gobiernos del PP y del PSOE, sus ministros de Fomento conocen esta infraestructura y si tienen referencias, cómo nunca transformaron ese puente en uno moderno, transitable, europeo?

Entonces, recordé a Pilar Álvarez y su obsesión con el conocido como Puente de Manzanal. García Carnero siempre estuvo obsesionado con Iberduero. Cuando colocó a su discípula política en el Hospital de la Encarnación, la señora decidió exigirle a la empresa hidroeléctrica la construcción de una nueva infraestructura que sustituyese al anciano viaducto. La compañía multinacional se negó. Entonces se acudió a la vía judicial. El fallo perjudicó a la Diputación. En el siguiente mandato Martínez-Maíllo -¡qué remedio!- tuvo que gastarse 2.000 millones de pesetas en construir la nueva infraestructura que conduce al desierto demográfico del oeste zamorano. Perfecto. Otro capricho político del PP que costó mucho dinero a Zamora y su provincia.

Ahora bien, la Diputación de Álvarez guardó silencio sobre el puente de la Estrella, infraestructura esencial para nuestra provincia, punto negro para viajar hasta Sanabria y Galicia. Entonces, José María Aznar residía en La Moncloa. ¿Por qué el PP de Zamora, desde la Diputación, bien a través de sus diputados y senadores, se calló, prefirió pasar del asunto, y no le reclamó al presidente del Gobierno, con un dossier importante sobre el estado de esa infraestructura, la ampliación del de toda la vida o la construcción de una nueva? Cobardía. Los políticos, los del PP y también los del PSOE, son, en esencia, pusilánimes. Como los colocan los jefes y jerarcas de los respectivos partidos, nunca el pueblo llano, estabulado, ignorante, timorato, obedecerán, para seguir ocupando el cargo en nuevos comicios electorales, las órdenes, prietas las filas, de la autoridad correspondiente, se llame Aznar, Zapatero, Rajoy o Pedro Sánchez.

Ahora, los zamoranos que nos gustan Sanabria y Galicia, si decidimos, para ahorrarnos kilómetros, utilizar la carretera nacional y no la autovía hasta Benavente y de la ciudad de los Condes-Duques girar hacia Sanabria, viajaremos en el tiempo al encontrarnos con ese viaducto, documento arquitectónico de la España de la dictadura. Esa carretera, desde el cruce, merece transformarse en autovía. Y no me valen excusas de ciervos, corzos y jabalíes. No se hace porque alguien importante no lo desea o porque nuestros cobardes políticos se olvidaron. Sin duda, si esa carretera nacional y la que conduce desde Zamora a la frontera lusa por Alcañices se convirtiesen en autovías, nuestra provincia daría un salto colosal hacia el futuro. Mientras no haya “huevos” políticos, Zamora profundizará en la historia hasta volvernos a encontrar en el siglo XIX.

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