EMPÍRICO
La venta del edificio de García Casado evidencia la crisis económica de Zamora
Cuando un inmueble tan emblemático se adquiere por tan solo 2.600.000 euros, cabe pensar que la ciudad se encuentra en almoneda, muerta económicamente
Eugenio-Jesús de Ávila
Una vez más, El Día de Zamora adelantó anoche una noticia muy importante para la ciudad, para su estética, para su urbanismo, pero no tanto para los que fueron propietarios del edificio de García Casado. Miles de personas que leyeron la información se alegraron de que, ¡por fin!, ese magnífico inmueble, quizá el más emblemático de los construidos en la segunda mitad de la pasada centuria, volviese a ser habitado, utilizado y, en definitiva, recobrase vida comercial.
Pero el precio de la venta esclarece la realidad de nuestra ciudad. El edificio, antes de la crisis económica, del crack inmobiliario, valdría entre los 2.000 y 3.000 millones de pesetas. Hace un par de años, todavía unos 700, y ahora, solo 2.600.000 euros, cuando su valor real se acercaría a los ocho millones. Zamora vive una crisis económica tan profunda que, por cuatro perras –que me perdone el empresario que lo ha adquirido-, se pueden comprar inmuebles de extraordinaria factura. Hay otro, edificado en 1917, entre las calles Mariano Benlliure, Plaza Mayor y Costanilla, sin habitar ha tiempo, por el que solo se pide un millón de euros.
Invertir en nuestra ciudad parece ya una locura. Todo vale muy poco. Los comerciantes las pasan canutas para cerrar el mes con superávit, las cargas fiscales devoran los escasos beneficios, siempre que los hubiera; el consumo baja, porque los salarios son raquíticos, las pensiones escasas y los ancianos apenas compran. En esta dinámica de la estática, no deja de tener valor que alguien apuesta por la compra de un edificio, aunque sea tan importante como el de los García Casado. A priori, parece un chollazo. De momento, ya se me comentado que están vendidos varios pisos. Pero hay que tener valor para lanzarse al albero de la vivienda en nuestra ciudad, postergada, olvidada, mancillada, ninguneada por el poder político de Castilla y León y el central.
Aquí, solo Zamora10, apuntalada por Caja Rural, ha resistido los embates políticos de personajes como María Teresa Martín Pozo. Incluso ha logrado importantes hitos yendo contra corriente. Este organismo para el desarrollo de nuestra ciudad y provincia solo ha parido ideas, casi todas extraordinarias, obstaculizadas, como escribo, por el poder político. Para nuestra fortuna, el cambio de presidente en la Diputación favorecerá, sin duda, los nuevos proyectos de Francisco Prieto Toranzo, un zamorano que sabe lo que hay que hacer, que es un hombre serio y que solo se desea cambiar, desde su posición, la dinámica económica y social de la ciudad y su provincia. Cuenta con el apoyo de Cipriano García, director general de Caja Rural de Zamora, y de Narciso Prieto, otra personalidad con conocimientos profundos sobre el mundo comercial y político zamorano, que también trabaja para la entidad financiera zamorana.
Pero, como digo, la compra, por tan escaso montante económico, del edificio de García Casado, también debería llevar a la reflexión a los propios cerebros de Zamora10 para acelerar sus proyectos, esenciales para el futuro, y exigir a los poderes públicos provinciales, Diputación; y locales, Ayuntamiento de Zamora, una entrega absoluta para abordar el renacimiento de esta tierra. Porque si todo sigue igual, dentro de un año, en 2020, el edificio de García Casado, si no se hubiera vendido a julio de 2019, habría perdido la mitad de su valor.
Zamora se empobrece, pero también los zamoranos. La venta, por tan exigua cantidad de dinero de uno de nuestros edificios más emblemáticos, lo evidencia.
Añado a lo escrito, como informé hace tan solo un par de días, mientras no se forme gobierno de la nación, el proyecto militar diseñado para Monte La Reina no avanzará. Y sin el establecimiento en Zamora de un batallón o regimiento, la decadencia económica y demográfica nos conducirá a un callejón sin salida. Esta provincia ya es la más envejecida de España. ¡Qué estamos esperando!
Eugenio-Jesús de Ávila
Una vez más, El Día de Zamora adelantó anoche una noticia muy importante para la ciudad, para su estética, para su urbanismo, pero no tanto para los que fueron propietarios del edificio de García Casado. Miles de personas que leyeron la información se alegraron de que, ¡por fin!, ese magnífico inmueble, quizá el más emblemático de los construidos en la segunda mitad de la pasada centuria, volviese a ser habitado, utilizado y, en definitiva, recobrase vida comercial.
Pero el precio de la venta esclarece la realidad de nuestra ciudad. El edificio, antes de la crisis económica, del crack inmobiliario, valdría entre los 2.000 y 3.000 millones de pesetas. Hace un par de años, todavía unos 700, y ahora, solo 2.600.000 euros, cuando su valor real se acercaría a los ocho millones. Zamora vive una crisis económica tan profunda que, por cuatro perras –que me perdone el empresario que lo ha adquirido-, se pueden comprar inmuebles de extraordinaria factura. Hay otro, edificado en 1917, entre las calles Mariano Benlliure, Plaza Mayor y Costanilla, sin habitar ha tiempo, por el que solo se pide un millón de euros.
Invertir en nuestra ciudad parece ya una locura. Todo vale muy poco. Los comerciantes las pasan canutas para cerrar el mes con superávit, las cargas fiscales devoran los escasos beneficios, siempre que los hubiera; el consumo baja, porque los salarios son raquíticos, las pensiones escasas y los ancianos apenas compran. En esta dinámica de la estática, no deja de tener valor que alguien apuesta por la compra de un edificio, aunque sea tan importante como el de los García Casado. A priori, parece un chollazo. De momento, ya se me comentado que están vendidos varios pisos. Pero hay que tener valor para lanzarse al albero de la vivienda en nuestra ciudad, postergada, olvidada, mancillada, ninguneada por el poder político de Castilla y León y el central.
Aquí, solo Zamora10, apuntalada por Caja Rural, ha resistido los embates políticos de personajes como María Teresa Martín Pozo. Incluso ha logrado importantes hitos yendo contra corriente. Este organismo para el desarrollo de nuestra ciudad y provincia solo ha parido ideas, casi todas extraordinarias, obstaculizadas, como escribo, por el poder político. Para nuestra fortuna, el cambio de presidente en la Diputación favorecerá, sin duda, los nuevos proyectos de Francisco Prieto Toranzo, un zamorano que sabe lo que hay que hacer, que es un hombre serio y que solo se desea cambiar, desde su posición, la dinámica económica y social de la ciudad y su provincia. Cuenta con el apoyo de Cipriano García, director general de Caja Rural de Zamora, y de Narciso Prieto, otra personalidad con conocimientos profundos sobre el mundo comercial y político zamorano, que también trabaja para la entidad financiera zamorana.
Pero, como digo, la compra, por tan escaso montante económico, del edificio de García Casado, también debería llevar a la reflexión a los propios cerebros de Zamora10 para acelerar sus proyectos, esenciales para el futuro, y exigir a los poderes públicos provinciales, Diputación; y locales, Ayuntamiento de Zamora, una entrega absoluta para abordar el renacimiento de esta tierra. Porque si todo sigue igual, dentro de un año, en 2020, el edificio de García Casado, si no se hubiera vendido a julio de 2019, habría perdido la mitad de su valor.
Zamora se empobrece, pero también los zamoranos. La venta, por tan exigua cantidad de dinero de uno de nuestros edificios más emblemáticos, lo evidencia.
Añado a lo escrito, como informé hace tan solo un par de días, mientras no se forme gobierno de la nación, el proyecto militar diseñado para Monte La Reina no avanzará. Y sin el establecimiento en Zamora de un batallón o regimiento, la decadencia económica y demográfica nos conducirá a un callejón sin salida. Esta provincia ya es la más envejecida de España. ¡Qué estamos esperando!



















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122