Viernes, 21 de Noviembre de 2025

Concha Pelayo
Domingo, 18 de Agosto de 2019
REMEMBRANZA

Aquellas tardes del Cuartel Viriato

Concha Pelayo
Escritora/ Gestora Cultural
Miembro de AICA, FEPET y ARHOE

[Img #29049]Encuentro entre mis papeles un texto que escribí cuando tras la toma del Cuartel Viriato el recinto se convirtió en universidad de Sabiduría Popular y unos cuantos zamoranos  acudíamos cada tarde para escuchar absortos lo que nos decían Agustìn García Calvo, Luis Quico, Coomonte, Miguel Angel Mateos, Paco Molina y muchos más. Aquella universidad era tan sabia y tan especial que todos aprendíamos de todos porque la palabra era protagonista y cada cual podía hacer uso de ella en todo momento. Y así ocurría a diario mientras   reinaba la armonía y el buen entendimiento mientras se iban fraguando  amistades para siempre. Pienso que nadie de los que asistieron a aquellas clases habrán podido olvidar nada de lo que allí se vivió y  pese a que han transcurrido treinta años sentirán nostalgia y la misma emoción de entonces al recordarlo. Como me ocurre a mí.

 

Una de aquellas tardes, debía ser al principio de todo, iba a tener lugar una rueda de prensa para lo cual allí se habían reunido toda la prensa local y el alumnado. Mi texto dice lo siguiente:

 

Rueda de prensa

 

“Penetramos al mismo tiempo en el recinto del Cuartel Viriato alumnos, profesores, los chicos de la prensa y de la radio. En número, los periodistas superaban a profesores y alumnos, tan interesante debía parecerles la convocatoria.

 

Avanzábamos lentamente, subiendo por las deterioradas escaleras a través de solitarios pasillos, bajo puertas acristaladas, rotas, donde algunos fragmentos de cristales, milagrosamente todavía se sostenían, amenazaban con caerse e incrustarse en nuestras cabezas. A izquierda y derecha podía verse el deterioro general, el abandono del Cuartel. Polvo y mugre. Mesas y sillas rotas, mobiliario desvencijado por el suelo.

 

Los que asistíamos a diario, habitualmente, ya no reparábamos en tanta desidia porque ya lo hicimos el primer día; ahora, nos puede a los asistentes el afán de asombro e ilusión, la sorpresa que nos espera cada día, siempre diferente, nunca decepcionante. Se sobresalta nuestra imaginación y a una le queda la esperanza  de que todavía hoy, pese a las corrientes mortecinas que la sociedad ofrece, se puede explotar un poco más el mundo de la fantasía y de la imaginación. El alumno del Cuartel Viriato, sin duda alguna, está ávido por saber y elucubrar.

 

Pensé que a los chicos de la prensa les llamaría la atención el estado físico en que se halla el recinto e imaginé, ilusa de mí, que lo reflejarían en sus notas al día siguiente, pero no fue así. Cubrir el expediente, salir del paso. Esa debía ser la consigna.

 

Ya, sentados en el “Aula Magna” de la Universidad y tras colocar, cada cual, su silla haciendo círculo, nos sentamos a deliberar. Silencio en el aula.

 

-A ver, quién empieza, dijo un chico de la prensa.

-A ver, quién pregunta, qué queréis saber, contestó el profesor Agustín García Calvo.

 

Y así comenzaron las preguntas: oraciones simples, compuestas, subordinadas, de relativo…el pan nuestro de cada día.

 

 

Los profesores hablaron, opinaron, dieron sus respuestas.

 

Los alumnos nos quedamos con dos palmos de narices. Nadie nos dijo eso de: Por casualidad, esa boca es vuestra? A lo que, tal vez, hubiéramos respondido Pues sí, esta boca es nuestra. Tal vez hubiera hablado Eva, alumna aventajada de 13 años (allí en el cuartel los celebró) quien día a día sacrifica juegos y amigos para asistir a su cita. La verdad es que a Eva no se le nota el sacrificio por ninguna parte. Ella sí ha sabido descubrir una nueva actividad al margen y de espaldas a lo que hacen las chicas y los chicos de su edad. Estoy segura de que estas tardes marcarán el futuro de Eva.

 

Sí, hubiera sido muy interesante que los chicos de la prensa hubieran preguntado a los alumnos también para que sus experiencias pudieran transmitirlas a esta adormecida ciudad que no acaba de despertar, pero los chicos de la prensa “imaginativos ellos”, ni se dieron cuenta de que estábamos allí.

 

El movimiento se demuestra andando”

Concha Pelayo

Años 90

 

Fotografía: La autora del artículo, Concha Pelayo, con el inolvidable profesor Agustín García Calvo

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