TERCERA DIVISIÓN
El Zamora exhibe su fútbol camaleónico y golea a la Gimnástica: (3-0)
Los rojiblancos se imponen a un gran equipo, después de interpretar a la perfección el contragolpe, en un partido en el que Jon Villanueva realizó tres paradas de excepción y que conoció la grave lesion de Garban en el hombro izquierdo
Al fútbol, por si alguien se le ha olvidado, por aquello de la desmemoria histórica, juegan once contra once, aunque, a veces, el árbitro juega a favor de uno de los dos equipos. Y, entre esos futbolistas, cada escuadra alinea un superespecialista, al que aquí se le denomina portero, y en otros lares, como en Argentina, arquero. De cuando en cuando, el cancerbero también gana partidos, como los arietes o los extremos. Esta tarde noche de rayos y centellas, de truenos y nubes negras, de lluvia caliente y victoria deseada, Jon Villanueva resultó decisivo para que el Zamora sumase sus tres primeros puntos; pero también sus compañeros contribuyeron a la victoria, marcando tres goles en contragolpes bien construidos y ejecutados. Garban, que resultó lesionado de gravedad en un hombro, marcó el primero en el minuto 22, al aprovechar, con magisterio, un magnífico pase de Dani Hernánez, que sería el autor del segundo tanto a filo del descanso. El tercero, cuando ya el choque finiquitaba lo rubricó Escudero, en una contragolpe de libro, dibujado con su compañero Sergio García, que no fue titular y que entró por el delantero charro tras la lesión.
El choque entre los dos primeros clasificados de la temporada anterior fue muy táctico. El cuadro de Movilla marcó primero, pero fue la Segoviana la que puso primero a prueba a Villanueva, al saque de un libre directo. La Gimnástica frenaba al cuadro rojiblanco en la medular. Ramos y Vallejo, encargados de generar el fútbol local, se encontraron, nada más atravesar la línea del centro del campo con un línea Maginot tremenda, formada por, al menos, cinco jugadores. Resultaba muy complicado que Garban, Escudero y Rubiato recibiesen balones francos para rematar a puerta. Pero hubo un robo de balón que pilló descolocada a la cobertura castellana y David Hernández envió un pase perfecto a Garban para que batiese al meta Christian.
A partir de ese instante, la Segoviana perdió el mando del partido, mientras el Zamora jugaba ya más sosegado, gozando de algunas ocasiones, como un lanzamiento de Escudero, que paró el portero, y un disparo de Dani Hernández que se fue por arriba del larguero. Y, en el minuto 43, otra excelente jugada individual de Coque que desbordó a tres rivales para que Dani Hernández rematase a puerta y batiese por segunda vez la portería visitante.
En la segunda entrega, la Gimnástica salió muy fuerte, agresiva, disputando cada balón dividido, porque creía aún en la remontada. Los jugadores naranjas querían marcar un gol cuanto antes para poner al cuadro rojiblanco contra la pared y sacarle de su sosiego. Pero entonces llegó el festival de Jon Villanueva, que evitó tres goles, el primero, nada más reanudarse el juego; el segundo, en el 61, y el tercero, en el 82. También los rojiblancos gozaron de algunas ocasiones, como una de Rubiato u otra de Sergio García.
Y, como colofón, tras las salidas del campo de Dani Hernández, sustituido por Valentín, y de Rubiato por Zotes, llegó el tercer gol rojiblanco, un monumento al juego al contragolpe, en un tuya mía entre Sergio García y Escudero, que esté rubricaría, cuando la Segoviana quería y no podía marcar el tanto del honor.
Excelente victoria del Zamora ante un muy buen equipo, mejor que la Gimnástica de la Liga anterior, que se encontró con una actuación descomunal de Jon y un equipo que interpretó, a la perfección el contragolpe.
Después, en los vestuarios, David Movilla dio una lección a los periodistas locales, y definió a su equipo como camaleónico. Nunca estuvo tan acertado el técnico vasco en ponderar el estilo de juego de los rojiblancos, que saben jugar a todo y adaptarse a las circunstancias. Soberbio. Darwin en el fútbol y la adaptación al medio.
Al fútbol, por si alguien se le ha olvidado, por aquello de la desmemoria histórica, juegan once contra once, aunque, a veces, el árbitro juega a favor de uno de los dos equipos. Y, entre esos futbolistas, cada escuadra alinea un superespecialista, al que aquí se le denomina portero, y en otros lares, como en Argentina, arquero. De cuando en cuando, el cancerbero también gana partidos, como los arietes o los extremos. Esta tarde noche de rayos y centellas, de truenos y nubes negras, de lluvia caliente y victoria deseada, Jon Villanueva resultó decisivo para que el Zamora sumase sus tres primeros puntos; pero también sus compañeros contribuyeron a la victoria, marcando tres goles en contragolpes bien construidos y ejecutados. Garban, que resultó lesionado de gravedad en un hombro, marcó el primero en el minuto 22, al aprovechar, con magisterio, un magnífico pase de Dani Hernánez, que sería el autor del segundo tanto a filo del descanso. El tercero, cuando ya el choque finiquitaba lo rubricó Escudero, en una contragolpe de libro, dibujado con su compañero Sergio García, que no fue titular y que entró por el delantero charro tras la lesión.
El choque entre los dos primeros clasificados de la temporada anterior fue muy táctico. El cuadro de Movilla marcó primero, pero fue la Segoviana la que puso primero a prueba a Villanueva, al saque de un libre directo. La Gimnástica frenaba al cuadro rojiblanco en la medular. Ramos y Vallejo, encargados de generar el fútbol local, se encontraron, nada más atravesar la línea del centro del campo con un línea Maginot tremenda, formada por, al menos, cinco jugadores. Resultaba muy complicado que Garban, Escudero y Rubiato recibiesen balones francos para rematar a puerta. Pero hubo un robo de balón que pilló descolocada a la cobertura castellana y David Hernández envió un pase perfecto a Garban para que batiese al meta Christian.
A partir de ese instante, la Segoviana perdió el mando del partido, mientras el Zamora jugaba ya más sosegado, gozando de algunas ocasiones, como un lanzamiento de Escudero, que paró el portero, y un disparo de Dani Hernández que se fue por arriba del larguero. Y, en el minuto 43, otra excelente jugada individual de Coque que desbordó a tres rivales para que Dani Hernández rematase a puerta y batiese por segunda vez la portería visitante.
En la segunda entrega, la Gimnástica salió muy fuerte, agresiva, disputando cada balón dividido, porque creía aún en la remontada. Los jugadores naranjas querían marcar un gol cuanto antes para poner al cuadro rojiblanco contra la pared y sacarle de su sosiego. Pero entonces llegó el festival de Jon Villanueva, que evitó tres goles, el primero, nada más reanudarse el juego; el segundo, en el 61, y el tercero, en el 82. También los rojiblancos gozaron de algunas ocasiones, como una de Rubiato u otra de Sergio García.
Y, como colofón, tras las salidas del campo de Dani Hernández, sustituido por Valentín, y de Rubiato por Zotes, llegó el tercer gol rojiblanco, un monumento al juego al contragolpe, en un tuya mía entre Sergio García y Escudero, que esté rubricaría, cuando la Segoviana quería y no podía marcar el tanto del honor.
Excelente victoria del Zamora ante un muy buen equipo, mejor que la Gimnástica de la Liga anterior, que se encontró con una actuación descomunal de Jon y un equipo que interpretó, a la perfección el contragolpe.
Después, en los vestuarios, David Movilla dio una lección a los periodistas locales, y definió a su equipo como camaleónico. Nunca estuvo tan acertado el técnico vasco en ponderar el estilo de juego de los rojiblancos, que saben jugar a todo y adaptarse a las circunstancias. Soberbio. Darwin en el fútbol y la adaptación al medio.






















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