El párroco José Luis Miranda, en su despedida de Toro: "me habéis ayudado a crecer"

La Eucaristía de este domingo, que contó con la colaboración de la Asociación Musical "La Mayor" bajo la dirección de José Manuel Chillón, fue oficiada por el párroco local José Luis Miranda y concelebrada por otros tres sacerdotes de la zona. Durante su homilía, Miranda resaltó el "hilo conductor" que mostraban las tres lecturas de la liturgia, "la misericordia", y recordó que "Dios es un padre siempre dispuesto a acoger y a seguir caminando a nuestro lado". Subrayó que "así nos lo enseñó Jesús con su vida, con sus gestos, con su palabra, con su entrega", puesto que "vino a salvarnos, no a juzgarnos".

Incidió en que "esto nos tiene que llenar de alegría", pues "es el Dios de la misericordia, nuestro Dios es exageradamente bueno, escandalosamente bueno", por lo que "nos ama hasta el extremo, sin medida, hasta donde no podemos imaginar". Por este motivo, Miranda señaló que "pedimos que siempre vivamos experimentando el amor de Dios, porque esto es el centro de nuestra vida".

Durante la misa, varias personas, en representación de diversos colectivos de la comunidad, como niños de Comunión, jóvenes confirmados, matrimonios, comunidades religiosas o el coro que acompañaba el oficio religioso, dieron las gracias tanto a José Luis Miranda, especialmente por su cercanía, apoyo y gran labor, como a Dios por haber incluido a Miranda en la vida de los vecinos de Toro.

A continuación, Miranda dedicó a los asistentes unas palabras de despedida. Reconoció que "hace diez años venía con temor, después de haber estado en pueblos pequeños", así como que, al principio, "reconozco que se me hizo difícil", sobre todo porque "Toro es grande, es una ciudad". Sin embargo, tras estos diez años, aseguró que "han pasado muchas buenas cosas".

Por otra parte, señaló que "es necesario pedir perdón por lo que no he sabido hacer bien, por mis fallos... os pido sinceramente perdón". No obstante, añadió que "también quiero daros las gracias a todos, sin hacer particularidades para no dejarme a nadie, porque durante estos diez años he sentido vuestra cercanía, vuestra amistad, vuestro respeto. Porque me habéis ayudado a crecer. No pensaba que fuera a ser así. Os doy las gracias por estos diez años de convivencia".

Incidió en que "empieza una nueva etapa, pero tenemos que seguir confiando en este Dios misericordioso y en María, nuestra madre". Y matizó que "os pido que tratéis igual a los nuevos párrocos, que los acojáis con alegría, que los ayudéis, porque vienen con ganas de trabajar". Por último, confesó que "me voy triste, pero agradecido infinitamente. Y también tranquilo porque sé que vais a seguir trabajando venga quien venga".

Tras las palabras emocionadas de Miranda, se le hizo entrega de una imagen de la Virgen embarazada, réplica de la que se encuentra en la Colegiata de Toro, acompañada de unas emotivas palabras: "te llevas a todos nosotros en este regalo. No nos olvides. Nosotros tampoco lo haremos".