DENUNCIAS
Agua: tocado y hundido, el pavimento de San Andrés
Su estado requiere una renovación integral
Manuel Herrero Alonso: Texto y fotografías
Hemos vivido, estamos viviendo, desde el proyecto, la licitación, el comienzo de la obra, la paralización de la misma, el retraso y por fin su ejecución, cual si hubiéramos pasado por allí todos los días. Bien se han encargado de publicitar desde la administración municipal, lo que, simplemente, supone la renovación integral del adoquinado de la zona peatona,l conocida de "los pinchos" y que afectan a distintas calles, con distintos nombres. Lo cierto es, que hacia buena falta, llevaba mucho tiempo en mal estado y, visto como estaba el firme, esa necesidad de reparación era muy necesaria. Como lo es en otras muchas calles tan, o más transitadas, pero bastante menos afortunadas, tal es el caso de la calle San Andrés. Peatonal, o casi, porque en ella se permite el paso de coches de residentes para acceder a sus garajes, taxis, autobuses y de vehículos de reparto, para poder abastecer a los comercios de la zona, porque no hay otra manera de llegar hasta la Plaza Mayor.
Aun siendo, por tanto, para peatones, de vez en cuando, hay que dejar paso a algún vehículo de mayor o menor peso. El firme está compuesto de un adoquinado, muy propio para los viandantes, pero que no ha resistido correctamente el paso, aun escaso, de tráfico rodado, resintiéndose de tal manera que, en estos días de lluvia y durante el invierno, vendrán muchos más así, se han formado charcos por todos lados, que, además, han hecho notar con mayor intensidad el estado de los adoquines, una buena parte rotos y otros hundidos.
Ojalá, más pronto que tarde, el Ayuntamiento tome nota de cómo se encuentra una de las calles principales de la ciudad y procedan, como es de esperar con todo el bombo y platillo que acostumbran a publicitar sus obras, tal que si fueran hazañas, a proceder a la reparación de la calle. Hagámosles creer, por seguirles el juego, cuánto agradecemos la bondad de arreglar una calle, que lleva así ni se sabe y que está empeorando de día en día, aunque en el fondo sea su obligación. Ya les dirán los técnicos, la conveniencia de que, bajo los adoquines visibles, se extienda una capa compacta de hormigón que detenga nuevos hundimientos, para evitar que en cuatro días vuelva a estar igual, o peor.
Manuel Herrero Alonso: Texto y fotografías
Hemos vivido, estamos viviendo, desde el proyecto, la licitación, el comienzo de la obra, la paralización de la misma, el retraso y por fin su ejecución, cual si hubiéramos pasado por allí todos los días. Bien se han encargado de publicitar desde la administración municipal, lo que, simplemente, supone la renovación integral del adoquinado de la zona peatona,l conocida de "los pinchos" y que afectan a distintas calles, con distintos nombres. Lo cierto es, que hacia buena falta, llevaba mucho tiempo en mal estado y, visto como estaba el firme, esa necesidad de reparación era muy necesaria. Como lo es en otras muchas calles tan, o más transitadas, pero bastante menos afortunadas, tal es el caso de la calle San Andrés. Peatonal, o casi, porque en ella se permite el paso de coches de residentes para acceder a sus garajes, taxis, autobuses y de vehículos de reparto, para poder abastecer a los comercios de la zona, porque no hay otra manera de llegar hasta la Plaza Mayor.
Aun siendo, por tanto, para peatones, de vez en cuando, hay que dejar paso a algún vehículo de mayor o menor peso. El firme está compuesto de un adoquinado, muy propio para los viandantes, pero que no ha resistido correctamente el paso, aun escaso, de tráfico rodado, resintiéndose de tal manera que, en estos días de lluvia y durante el invierno, vendrán muchos más así, se han formado charcos por todos lados, que, además, han hecho notar con mayor intensidad el estado de los adoquines, una buena parte rotos y otros hundidos.
Ojalá, más pronto que tarde, el Ayuntamiento tome nota de cómo se encuentra una de las calles principales de la ciudad y procedan, como es de esperar con todo el bombo y platillo que acostumbran a publicitar sus obras, tal que si fueran hazañas, a proceder a la reparación de la calle. Hagámosles creer, por seguirles el juego, cuánto agradecemos la bondad de arreglar una calle, que lleva así ni se sabe y que está empeorando de día en día, aunque en el fondo sea su obligación. Ya les dirán los técnicos, la conveniencia de que, bajo los adoquines visibles, se extienda una capa compacta de hormigón que detenga nuevos hundimientos, para evitar que en cuatro días vuelva a estar igual, o peor.


































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