Garabatos de badulaques o la estolidez elevada a la enésima potencia

A estos muchachetes, crecidos en estatura, pero mermados en cerebros, les trae al pairo manchar el patrimonio histórico de la ciudad o cualquier otra fachada que se encuentren en su camino hacia la nada del talento, la inteligencia y la sensibilidad.

Estos jetas, incapaces de construir, dotados para el mal propio y ajeno, ya han exhibido su carencia de recursos, de genio, de destreza en iglesias, puentes y murallas; pero también en la propiedad privada. Son una especie de nihilistas de la imbecilidad, huérfanos de masa encefálica, piedras que hablan, poyos que ríen. Dan pena, sino el asco que provocan entre la gente normal, sensible e inteligente superase aquel sentimiento.

Su última "gracia" de tontos de baba la rubricaron en la fachada de lo que será el nuevo centro de Mango, en Zamora, de la familia Prieto Martín, que, a no tardar, empezará a funcionar en San Torcuato y plaza del Maestro. La prueba de sus ridículas firmas en este par de fotografías.

¡Qué se puede hacer con estos asociales, indignos vecinos de nuestra Zamora!