DENUNCIAS
Obstrucciones en el puente de Piedra
Retenciones en el viaducto que conviene retirar
![[Img #33927]](http://eldiadezamora.es/upload/images/01_2020/7015_rio-3.jpg)
La limpieza ordinaria de los ríos en sus tramos urbanos es competencia de la administración local. En este caso, es al aAyuntamiento a quien corresponde mantener en perfecto estado el cauce del Duero y todos sus afluentes a su paso por la ciudad. Así lo ha manifestado el Tribunal Supremo en diversas sentencias, y así lo ha corroborado el Procurador del Común. Lo cual no impide que cualquier otra administración pueda realizar trabajos de mantenimiento u otros de mejora en el lecho y riberas, siempre informado y con la aquiescencia del organismo de cuenca.
Las ultimas crecidas del Duero, además de causar daños en los caminos ribereños, han producido arrastres de materiales diversos. Han taponado las aceñas y han acumulado más ramas y otros objetos en lo que ya había retenido en algunas zonas, como los azudes y las islas. Quedan obstaculizando el paso normal de la corriente y, a expensas de que en cualquier momento, puedan liberarse y llegar aguas abajo donde alcanzarán a producir un daño mayor si no lo han causado aún. Así encontramos nuestro puente medieval, además de enfrentarse a la dejadez administrativa en su conservación, debe afrontar las consecuencias naturales del rio sobre el que se asienta, sufriendo los impactos de los troncos que empujados por la corriente, que cual arietes chocan contra las pilastras. Quedando algunos detenidos, lo cual tendrá mayores consecuencias futuras, porque igualmente de dificultar el paso del agua, servirán para seguir acumulando entre ellos otros arrastres, y aumentando los materiales amontonados y haciendo más dificultosa, su retirada.
Es de esperar que, llegado un tiempo propicio, como será en breve, cuando el caudal sea mínimo, se proceda a la retirada de estos elementos que, además de ofrecer un impacto visual negativo, se encuentran obstaculizando el paso de la corriente y ponen en peligro la estructura del viaducto, haciendo sufrir a su estructura innecesariamente. Tanto los que se encuentran ya en el viaducto, como los que están asentados aguas arriba, para que no acaben taponando los ojos del puente de piedra.
Manuel Herrero Alonso: texto y fotografías
![[Img #33927]](http://eldiadezamora.es/upload/images/01_2020/7015_rio-3.jpg)
La limpieza ordinaria de los ríos en sus tramos urbanos es competencia de la administración local. En este caso, es al aAyuntamiento a quien corresponde mantener en perfecto estado el cauce del Duero y todos sus afluentes a su paso por la ciudad. Así lo ha manifestado el Tribunal Supremo en diversas sentencias, y así lo ha corroborado el Procurador del Común. Lo cual no impide que cualquier otra administración pueda realizar trabajos de mantenimiento u otros de mejora en el lecho y riberas, siempre informado y con la aquiescencia del organismo de cuenca.
Las ultimas crecidas del Duero, además de causar daños en los caminos ribereños, han producido arrastres de materiales diversos. Han taponado las aceñas y han acumulado más ramas y otros objetos en lo que ya había retenido en algunas zonas, como los azudes y las islas. Quedan obstaculizando el paso normal de la corriente y, a expensas de que en cualquier momento, puedan liberarse y llegar aguas abajo donde alcanzarán a producir un daño mayor si no lo han causado aún. Así encontramos nuestro puente medieval, además de enfrentarse a la dejadez administrativa en su conservación, debe afrontar las consecuencias naturales del rio sobre el que se asienta, sufriendo los impactos de los troncos que empujados por la corriente, que cual arietes chocan contra las pilastras. Quedando algunos detenidos, lo cual tendrá mayores consecuencias futuras, porque igualmente de dificultar el paso del agua, servirán para seguir acumulando entre ellos otros arrastres, y aumentando los materiales amontonados y haciendo más dificultosa, su retirada.
Es de esperar que, llegado un tiempo propicio, como será en breve, cuando el caudal sea mínimo, se proceda a la retirada de estos elementos que, además de ofrecer un impacto visual negativo, se encuentran obstaculizando el paso de la corriente y ponen en peligro la estructura del viaducto, haciendo sufrir a su estructura innecesariamente. Tanto los que se encuentran ya en el viaducto, como los que están asentados aguas arriba, para que no acaben taponando los ojos del puente de piedra.
Manuel Herrero Alonso: texto y fotografías






























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