AUTONOMÍA
La Región Leonesa siempre estuvo ahí, aún está
No, no hay ninguna duda, de que el presidente autonómico D. Alfonso Fernández Mañueco en su reciente visita a la ciudad de León de por cerrada la puerta a una modificación del estatuto birregional de Castilla y de León para incluir el procedimiento a seguir para separar administrativamente ambas regiones, deja claramente en evidencia lo que hace escasos días D. Eduardo Bajo manifestaba en una columna periodística, esto es: la Región Leonesa es un cabo suelto de la transición y de la democracia, o dicho en otras palabras, León, Zamora y Salamanca viven aún sumidas en una realidad paralela ajena a la prosa y verbo de la democrática y refrendada Constitución Española del 78. Quizás ya no haya hippies, pero en la Región Leonesa seguimos en los años setenta.
Y es que da igual si cada uno de los españoles abanderamos, nos identificamos, o bien nos retrotaemos a los periodos monárquicos, a los republicanos o a los de las dictaduras por los que ha pasado el estado español, León, la Región Leonesa, siempre estuvo ahí, y mal que le pese a los redactores, ideólogos, y sustentadores de la ucronía con la que se quiere fundamentar el engendro birregional castellanoleonés, la triprovincial Región de León, aún esta.
Este limbo temporal en el que vivimos los leoneses de las tres provincias, ignora de cabo a rabo el actual marco constitucional en el que se fundamenta el estado, pues en momento alguno aquellos políticos españoles redactores de la Constitución hubieron de acudir a una especie de Monte Sinaí para recoger cual tabla de mandamientos hebrea la configuración territorial de España, no, nuestro país ya había legislado por y para ello durante el siglo XIX estableciendo su delimitación provincial y regional mediante un decreto ley, aún vigente, aún sin derogar, y en el cual se fundamentó la Carta Magna. Y sí, Zamora, León, Salamanca, y la Región de León, estaban allí, aún están.
Este cabo suelto que supone la falta de una administración autonómica propia y privativa para la Región Leonesa, y que el articulo 2 de la Constitución dice reconocer y garantizar a la misma, pone de manifiesto que la génesis de este engendro federativo de dos Regiones Históricas españolas, fue fruto de la inspiración cuasidivina de la partitocracia de finales de los años 70, UCD y PSOE para más señas, donde la "iluminación" y "mística" cobró carne en las formas terrenales de los señores Rodolfo Martín Villa y Gregorio Peces Barbas. Iluminación y mística que no tuvo a bien considerar el famoso lema con el que comúnmente nos referimos a la transición: "de la ley a ley", sino que con el mapa electoral bajo un brazo, y con los intereses privados y económicos de determinados grupos de poder de la cuenca del Duero en el otro, auspiciaron la cuadratura del círculo argumentando razones de estado para la neocreación de Engendria, más conocida por todos como Comunidad Autónoma de Castilla Y León.
Esas "supuestas" razones de estado que se dieron entonces para justificar el birregional engendro, fueron las de crear una autonomía en el centro peninsular que frenara y contrarrestara al nacionalismo vasco, catalán y gallego. Sin embargo, cree este humilde zamorano, y por ende leonés, que es más que suficiente con que echemos un vistazo a la presente actualidad informativa estatal, para comprobar que tales planteamientos además de reprobables, amorales, espurios y deleznables, han resultado infructuosos.
Comulguemos o no con semejante rueda de molino, y que únicamente buscaba guarecerse al amparo del sentimiento de pertenencia a España que atesoraban y atesoran los leoneses y los castellanos, la realidad, que es bastante puñetera, nos muestra que tras 37 años de compartir autonomía con Castilla, según el INE las tres provincias leonesas atesoran más del 80% de la pérdida poblacional autonómica, 156.000 habitantes menos, frente a los 37.000 de pérdida en Castilla, o que el diferencial de renta per cápita que si bien era de 2300 euros en el año 1983 favorables a Castilla, se ha visto incrementado hasta los 4000 euros en este 2020 que ahora comienza. Si a ello sumamos que los leoneses poseen de las tasas más bajas de actividad de España, y de las más altas de envejecimiento del estado, uno no tiene más remedio que preguntarse ¿qué moto nos quieren vender el señor Mañueco, su adalid el pucelano señor Igea, y el resto de valedores de la presente autonomía birregional, cuándo nos dicen que "Castilla y León son la historia de un éxito"? Toda una ucronía, una burla a la inteligencia y al puro sentido común.
Como antes he apuntado, un servidor es leonés de la ciudad de Zamora y por estos lares peninsulares nos congratulamos por entender y hacer un uso más que notable de la espléndida lengua castellana, eso sí, cargada en abundancia con palabras de otro de nuestros vehículos lingüísticos como es la lengua leonesa, hoy en situación de emergencia, por la dejadez de la administración birregional cuando hace caso omiso a la prosa de su propio estatuto autonómico en lo referido a la difusión y la protección de la misma. Bien, dando por bueno que ello es así, decía el señor Mañueco en los pasados días que el tema autonómico estaba cerrado, que "España necesita certidumbre", si uno acude al diccionario de la RAE y busca el término, se encuentra la siguiente acepción, "certidumbre: obligación de cumplir algo". ¿Qué tal si nos obligamos todos a cumplir con la Constitución Española? ¿Hasta cuándo se ha de continuar con la negación del derecho autonómico para la Región Leonesa que es una de esas regiones y nacionalidades históricas que tienen reconocido y garantizado su acceso autonómico? ¿Cuánto tiempo más permitirán los políticos de cualquier ámbito ideológico y político seguir amparando esta España con pies de barro?
Lo no resuelto y acometido en el pasado, no es pasado señor Mañueco, es presente, y dando por buenas sus palabras de que España necesita certidumbre, le señaló que ésta debe fundamentarse única y exclusivamente en los pilares de la democracia y de la Constitución, y sí, en ella está León, la Región Leonesa, y sus derechos a la autonomía propia y privativa en igualdad de condiciones que el resto de los pueblos de España. Más de 1100 años nos contemplan. Y los que nos quedan, pues León siempre estuvo ahí, aún está.
Gustavo Adolfo Rubio
Presidente de Nós Terra Maire
No, no hay ninguna duda, de que el presidente autonómico D. Alfonso Fernández Mañueco en su reciente visita a la ciudad de León de por cerrada la puerta a una modificación del estatuto birregional de Castilla y de León para incluir el procedimiento a seguir para separar administrativamente ambas regiones, deja claramente en evidencia lo que hace escasos días D. Eduardo Bajo manifestaba en una columna periodística, esto es: la Región Leonesa es un cabo suelto de la transición y de la democracia, o dicho en otras palabras, León, Zamora y Salamanca viven aún sumidas en una realidad paralela ajena a la prosa y verbo de la democrática y refrendada Constitución Española del 78. Quizás ya no haya hippies, pero en la Región Leonesa seguimos en los años setenta.
Y es que da igual si cada uno de los españoles abanderamos, nos identificamos, o bien nos retrotaemos a los periodos monárquicos, a los republicanos o a los de las dictaduras por los que ha pasado el estado español, León, la Región Leonesa, siempre estuvo ahí, y mal que le pese a los redactores, ideólogos, y sustentadores de la ucronía con la que se quiere fundamentar el engendro birregional castellanoleonés, la triprovincial Región de León, aún esta.
Este limbo temporal en el que vivimos los leoneses de las tres provincias, ignora de cabo a rabo el actual marco constitucional en el que se fundamenta el estado, pues en momento alguno aquellos políticos españoles redactores de la Constitución hubieron de acudir a una especie de Monte Sinaí para recoger cual tabla de mandamientos hebrea la configuración territorial de España, no, nuestro país ya había legislado por y para ello durante el siglo XIX estableciendo su delimitación provincial y regional mediante un decreto ley, aún vigente, aún sin derogar, y en el cual se fundamentó la Carta Magna. Y sí, Zamora, León, Salamanca, y la Región de León, estaban allí, aún están.
Este cabo suelto que supone la falta de una administración autonómica propia y privativa para la Región Leonesa, y que el articulo 2 de la Constitución dice reconocer y garantizar a la misma, pone de manifiesto que la génesis de este engendro federativo de dos Regiones Históricas españolas, fue fruto de la inspiración cuasidivina de la partitocracia de finales de los años 70, UCD y PSOE para más señas, donde la "iluminación" y "mística" cobró carne en las formas terrenales de los señores Rodolfo Martín Villa y Gregorio Peces Barbas. Iluminación y mística que no tuvo a bien considerar el famoso lema con el que comúnmente nos referimos a la transición: "de la ley a ley", sino que con el mapa electoral bajo un brazo, y con los intereses privados y económicos de determinados grupos de poder de la cuenca del Duero en el otro, auspiciaron la cuadratura del círculo argumentando razones de estado para la neocreación de Engendria, más conocida por todos como Comunidad Autónoma de Castilla Y León.
Esas "supuestas" razones de estado que se dieron entonces para justificar el birregional engendro, fueron las de crear una autonomía en el centro peninsular que frenara y contrarrestara al nacionalismo vasco, catalán y gallego. Sin embargo, cree este humilde zamorano, y por ende leonés, que es más que suficiente con que echemos un vistazo a la presente actualidad informativa estatal, para comprobar que tales planteamientos además de reprobables, amorales, espurios y deleznables, han resultado infructuosos.
Comulguemos o no con semejante rueda de molino, y que únicamente buscaba guarecerse al amparo del sentimiento de pertenencia a España que atesoraban y atesoran los leoneses y los castellanos, la realidad, que es bastante puñetera, nos muestra que tras 37 años de compartir autonomía con Castilla, según el INE las tres provincias leonesas atesoran más del 80% de la pérdida poblacional autonómica, 156.000 habitantes menos, frente a los 37.000 de pérdida en Castilla, o que el diferencial de renta per cápita que si bien era de 2300 euros en el año 1983 favorables a Castilla, se ha visto incrementado hasta los 4000 euros en este 2020 que ahora comienza. Si a ello sumamos que los leoneses poseen de las tasas más bajas de actividad de España, y de las más altas de envejecimiento del estado, uno no tiene más remedio que preguntarse ¿qué moto nos quieren vender el señor Mañueco, su adalid el pucelano señor Igea, y el resto de valedores de la presente autonomía birregional, cuándo nos dicen que "Castilla y León son la historia de un éxito"? Toda una ucronía, una burla a la inteligencia y al puro sentido común.
Como antes he apuntado, un servidor es leonés de la ciudad de Zamora y por estos lares peninsulares nos congratulamos por entender y hacer un uso más que notable de la espléndida lengua castellana, eso sí, cargada en abundancia con palabras de otro de nuestros vehículos lingüísticos como es la lengua leonesa, hoy en situación de emergencia, por la dejadez de la administración birregional cuando hace caso omiso a la prosa de su propio estatuto autonómico en lo referido a la difusión y la protección de la misma. Bien, dando por bueno que ello es así, decía el señor Mañueco en los pasados días que el tema autonómico estaba cerrado, que "España necesita certidumbre", si uno acude al diccionario de la RAE y busca el término, se encuentra la siguiente acepción, "certidumbre: obligación de cumplir algo". ¿Qué tal si nos obligamos todos a cumplir con la Constitución Española? ¿Hasta cuándo se ha de continuar con la negación del derecho autonómico para la Región Leonesa que es una de esas regiones y nacionalidades históricas que tienen reconocido y garantizado su acceso autonómico? ¿Cuánto tiempo más permitirán los políticos de cualquier ámbito ideológico y político seguir amparando esta España con pies de barro?
Lo no resuelto y acometido en el pasado, no es pasado señor Mañueco, es presente, y dando por buenas sus palabras de que España necesita certidumbre, le señaló que ésta debe fundamentarse única y exclusivamente en los pilares de la democracia y de la Constitución, y sí, en ella está León, la Región Leonesa, y sus derechos a la autonomía propia y privativa en igualdad de condiciones que el resto de los pueblos de España. Más de 1100 años nos contemplan. Y los que nos quedan, pues León siempre estuvo ahí, aún está.
Gustavo Adolfo Rubio
Presidente de Nós Terra Maire
Fernando | Sábado, 25 de Enero de 2020 a las 09:04:34 horas
Las autonomías pudieran ser, como en nuestro caso de Castilla León, más o menos acertadas, pero lo que está claro es que no tiene nada que ver con la despoblación. El territorio es lo que es, con su enorme extensión y escasez de recursos, deficientes comunicaciones, y un largo etcétera de carencias.
Pero la situación no sería mucho mejor si separásemos tal y como desea este señor el territorio. Únicamente nos serviría para tener una administración más con sus correspondientes ramificaciones y una patulea de políticos y áreas que no harían sino sangrar aún mas las arcas públicas.
Usted tendrá sus sentimientos y anhelos con el fin de separar la franja Oeste del resto de provincias, pero eso no va a mejorar jamás ni nuestros problemas de despoblación, ni nuestras múltiples carencias.
Apartar, separar, dividir, de siempre ha sido menos eficiente que unir...
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