Viernes, 21 de Noviembre de 2025

Redacción
Miércoles, 05 de Febrero de 2020
OPINIÓN

Fausto Sánchez

[Img #34773]Resulta curioso que, en estos tiempos de personajes revoltosos y situaciones pasadas de vuelta, no sepamos cuál es el verdadero límite para la ambición de ciertos elementos. Y es que tienen la malsana costumbre de batirse a sí mismos, demostrando que vamos -como en aquella canción de Sabina – de generación en degeneración. Los récords están para superarse y hoy día, desesperados por dejar siquiera una huella, muchos optan incluso por no dejar buen recuerdo. Puestos a que hablen de uno, dirán en sus Consejos de Ministros, qué más dará si lo hacen para bien o para mal.

 

Haciendo memoria desde mayo de 2017, es inevitable calificar al “Fénix de los Ingenuos” como un superviviente nato. La chispa que le hizo resurgir como secretario del PSOE fue avivada con la moción de censura merced a sus socios, contagiada -cual coronavirus incipiente- por Tezanos y finalmente desatada en dos bochornosas elecciones generales. Y todo, pese a las múltiples contradicciones en las que incurrió e incurre e incurrirá. Barra libre para el despropósito antes que retorne al electorado el sentido común, el más extraordinario de todos. Y al cabo, que prueben a quitarle lo birlado o bailado -que tanto monta, monta tanto.

 

Ya manifiesto el sometimiento del Gobierno "progre" ante los nacionalismos separatistas, verdadera peste secular, cabe preguntarse cuál no será la próxima perla del inquilino de la Moncloa. Ya nos previno y aleccionó a este respecto Lope de Vega, ilustre ignorado: “(…) solamente no entiendo cómo se sufre a sí mismo un ignorante soberbio. De cuantas cosas me cansan fácilmente me defiendo; pero no puedo guardarme de los peligros de un necio (…) que humildad y necedad no caben un sujeto. La diferencia conozco porque en él y en mí contemplo su locura en su arrogancia, mi humildad en mi desprecio (…)”.

 

Si Fausto vendió su alma al diablo por disfrutar de los placeres mundanos cuando ya no tenía edad para ello, ¿qué no habrá empeñado el socialismo con tal de ascender? El cinismo sanchista ha calado hondo entre sus allegados, blanqueando los más oscuros tratos. Y la oposición a esto no se halla únicamente entre las derechas, también entre sus propias filas -con González y Guerra al frente. De ello guardan escrupuloso silencio, cosa lógica. Nadie desea que los de tu propia casa saquen a colación los trapos sucios.

El Día de Zamora

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