COSAS MÍAS
La jornada de pura hipocresía sobre la despoblación
Esta provincia vive pendiente de dos inversiones que podrían transformarla: una pública, la instalación en Monte La Reina de una Unidad Militar del Ejército, y otra privada, la más importante realizada en mucho tiempo en Zamora: la construcción de la Biorrefinería Multifuncional en Barcial del Barco. 180 millones de dólares en un proyecto que daría empleo directo y miles de indirectos.
Como este periódico y este articulista vienen informando desde hace una década, casi en soledad, contra todos; Vicente Merino, el joven ingeniero zamorano y leonés, ha sufrido todo tipo de embates, calumnias, chantajes, de instituciones públicas y privadas desde que puso en el mercado su idea.
La prensa de Zamora lo ha maltratado, si exceptuamos a la COPE. Nadie ha creído en él. Ha recibido la mofa y el escarnio de gente que sirve a oscuros intereses; de esa casta, elitista, política, empresarial y periodística, que no quiere, que se niega a que Zamora prospere, salga de su retraso secular, sepulte, después de décadas, el caciquismo que tanto contribuyó a que miles de zamoranos emigrasen de su tierra.
Pues hete aquí que, durante una jornada, que ha organizado cierto medio de comunicación, sobre despoblación, nadie habló de este proyecto. Paradoja: la inversión más fuerte que podría ejecutarse en esta provincia, que colocaría a cientos de zamoranos, que cambiaría la alicaída comarca de Benavente y el sur de la provincia hermana de León, no mereció ni una sola palabra en un acto en el que estaba una vicepresidenta de Gobierno. Inconcebible.
Los enemigos de la Biorrefinería Multifuncional siguen apostando por silenciar, primero, y después por destruir el proyecto más extraordinario que Zamora habría recibido en toda la historia de nuestra democracia.
Para colmo de males, después de esta jornada, alimentaria para el medio que la organizó -¡a buenas horas mangas verdes!- aparecen entre los patrocinadores una empresa como Iberdrola, la misma que desmanteló sus oficinas de Zamora para llevárselas a Pucela, cerca del poder político de la Junta, la que paga sus impuestos en el País Vasco, la que anegó hectáreas y hectáreas de tierras zamoranas. La multinacional de la energía en una jornada sobre la despoblación. Como hubiera dicho Federico Trillo: “¡Manda huevos!”.
Jornada de la hipocresía, donde la prensa cobista y empresas que tanto daño causaron a nuestra provincia intentan resucitar a un muerto: la provincia de Zamora, convertida en un desierto demográfico, porque sus políticos la traicionaron y los medios de que deberían haber criticado al poder, se aliaron con él, a cambio de subvenciones públicas, para acabar con toda posibilidad de progreso económico y social.
Por cierto, creo que la única persona que manifestó ciertas críticas y denunció el estado de nuestra tierra fue Cipriano García, director general de Caja Rural de Zamora; pero también se olvidó del proyecto de Merino. No me lo explico.
Esta provincia vive pendiente de dos inversiones que podrían transformarla: una pública, la instalación en Monte La Reina de una Unidad Militar del Ejército, y otra privada, la más importante realizada en mucho tiempo en Zamora: la construcción de la Biorrefinería Multifuncional en Barcial del Barco. 180 millones de dólares en un proyecto que daría empleo directo y miles de indirectos.
Como este periódico y este articulista vienen informando desde hace una década, casi en soledad, contra todos; Vicente Merino, el joven ingeniero zamorano y leonés, ha sufrido todo tipo de embates, calumnias, chantajes, de instituciones públicas y privadas desde que puso en el mercado su idea.
La prensa de Zamora lo ha maltratado, si exceptuamos a la COPE. Nadie ha creído en él. Ha recibido la mofa y el escarnio de gente que sirve a oscuros intereses; de esa casta, elitista, política, empresarial y periodística, que no quiere, que se niega a que Zamora prospere, salga de su retraso secular, sepulte, después de décadas, el caciquismo que tanto contribuyó a que miles de zamoranos emigrasen de su tierra.
Pues hete aquí que, durante una jornada, que ha organizado cierto medio de comunicación, sobre despoblación, nadie habló de este proyecto. Paradoja: la inversión más fuerte que podría ejecutarse en esta provincia, que colocaría a cientos de zamoranos, que cambiaría la alicaída comarca de Benavente y el sur de la provincia hermana de León, no mereció ni una sola palabra en un acto en el que estaba una vicepresidenta de Gobierno. Inconcebible.
Los enemigos de la Biorrefinería Multifuncional siguen apostando por silenciar, primero, y después por destruir el proyecto más extraordinario que Zamora habría recibido en toda la historia de nuestra democracia.
Para colmo de males, después de esta jornada, alimentaria para el medio que la organizó -¡a buenas horas mangas verdes!- aparecen entre los patrocinadores una empresa como Iberdrola, la misma que desmanteló sus oficinas de Zamora para llevárselas a Pucela, cerca del poder político de la Junta, la que paga sus impuestos en el País Vasco, la que anegó hectáreas y hectáreas de tierras zamoranas. La multinacional de la energía en una jornada sobre la despoblación. Como hubiera dicho Federico Trillo: “¡Manda huevos!”.
Jornada de la hipocresía, donde la prensa cobista y empresas que tanto daño causaron a nuestra provincia intentan resucitar a un muerto: la provincia de Zamora, convertida en un desierto demográfico, porque sus políticos la traicionaron y los medios de que deberían haber criticado al poder, se aliaron con él, a cambio de subvenciones públicas, para acabar con toda posibilidad de progreso económico y social.
Por cierto, creo que la única persona que manifestó ciertas críticas y denunció el estado de nuestra tierra fue Cipriano García, director general de Caja Rural de Zamora; pero también se olvidó del proyecto de Merino. No me lo explico.



























