Eugenio de Ávila
Miércoles, 12 de Febrero de 2020
INDUSTRIALIZACIÓN

El Pleno de la Diputación del 14 de febrero, determinante para la biorrefinería

Se aprobará una partida, incluida en el Presupuesto General para 2020, para comprar los terrenos de Barcial del Barco a Iberdrola, que dio su palabra a Requejo de vendérselos a la Diputación.

Francisco José Requejo, durante un pleno de la Diputación

 

Este viernes, 14 de diciembre, los enamorados celebrarán su festividad: San Valentín. Pero, en lo que fuera Hospital de la Encarnación, en su salón de plenos, se aprobará el Presupuesto de la Diputación para este año 2020. Seguro que las cuentas elaboradas por el equipo de Gobierno, PP y Francisco José Requejo, se aprobarán. Lo que me interesa enfatizar sobre esta sesión plenaria radica en que hay una partida de 315.000 euros para la adquisición de los terrenos de Barcial del Barco, donde se construirá la Biorrefinería Multifuncional, proyecto del ingeniero zamorano y leonés, Vicente Merino, que, como se sabe, ha venido sufriendo, desde hace 13 años, todo tipo de obstáculos -en algunos casos chantajes- del poder político, empresarial y periodístico de Castilla y León y en nuestra misma provincia. Este peldaño que queda por subir en la escalera al cielo de la industrialización de la provincia se me antoja decisivo, porque la financiación, casi 200 millones de dólares, está muy avanzada.

 

Los terrenos, como también conoce el personal, son propiedad de Iberdrola, cuyo responsable en Castilla y León, dio su palabra, que me atrevería a calificar de honor, al presidente de la Diputación, Sr. Requejo, de que se venderían a la institución provincial por ese montante ya explícito, con el objetivo de que se ceda o adquiera, a su vez, por la empresa Magdala, para que se inicien las obras este mismo año 2020, en el estío u otoño.

 

No quiero ni imaginar que Iberdrola dé marcha atrás, porque no se entendería, salvo que los oscuros presionaran a la multinacional de la luz para que no comercie con la Diputación. Entonces recordaré que esta compañía contribuyó a la miseria económica de nuestra provincia, a que desinvirtió todo lo que fue capaz, a que trasladó el máximo contingente de operarios a Valladolid, para estar muy cerca de los políticos regionales; que paga sus impuestos en el País Vasco, que dejó de patrocinar la prueba ciclista más importante de España en categoría de aficionados, en la que se impuso, in illo témpore, Miguel Indurain; en que no ha soterrado todos los cables de la luz, en que anegó miles y miles de hectáreas de nuestra provincia, en que nunca nos regaló nada. Punto. No creo que se le ocurra a la multinacional que preside Sánchez Galán, salmantino, detener el desarrollo de Zamora. Ni tampoco a los grupos socialista y de IU en la Diputación, votando en contra de la compra de esas hectáreas, baldías, de tierras en el norte de la provincia, si bien ya sabemos que sus diputados ignoran lo que es arriesgarse en la creación de cualquier empresa, nada tan progresista como invertir para crear puestos de trabajo. Nada tan conservador como hacer una oposición al Estado, después de acabar el Bachiller, o carreras de grado medio o superior, con el objetivo de asegurar una paga fija hasta la jubilación.

 

Insisto en que ha tenido que ser un político-empresario, Requejo, que tiene la vida resuelta, que no necesita de la res pública para comprar el pan de cada día, el que, tras el correspondiente análisis del estado de la cuestión, decidiese apostar por el ingenio de Merino con todas las consecuencias. Ninguno de sus antecesores habría adoptado esta valiente y progresista determinación, firme y audaz.

 

Nadie creyó en el proyecto de Merino. Incluso, además de coacciones y amenazas, conoció la burla grotesca de periodistas al servicio del poder empresarial y político. Este periódico si apostó, siempre, desde el primer día, por esta gran idea del ingeniero zamorano, admitiendo las tremendas dificultades a las que se enfrentaba, porque pondría en solfa a multinacionales importantes, que manejan el sector de la remolacha, del azúcar, de la energía, de los piensos.

 

Zamora todavía ignora que esta industria transformará el sector primario, el industrial; me atrevería a escribir que también el político. Habrá un antes y un después en la historia contemporánea de esta provincia, en la que nunca una empresa privada invirtió tantísimo dinero en un proyecto de tal índole. El 14 de febrero de 2020 se convertirá en fecha señalada, en punto de inflexión de nuestra decadencia económica y demográfica.

 

Firma: Eugenio de Ávila.

 

Fe de erratas: Por un error en la maquetación de este artículo de opinión de Eugenio de Ávila, ha aparecido un pie de foto sin su imagen, con el nombre del ingeniero zamorano Vicente Merino, que nada tiene que ver con las palabras del texto, por lo que pedimos disculpas.

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.145

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.