Miércoles, 08 de Octubre de 2025

Eugenio de Ávila 1
Jueves, 13 de Febrero de 2020
POLÍTICA

¡Ojo con la democracia!

Mi vecina Marisol, no puede negarse, tiene un tino especial para meter el dedo en el ojo de la actualidad, máxime si se trata de asuntos sociales. Pero tampoco le duelen prendas en ahondar en temas más políticos o especializados, como son los económicos, y plantear su visión de las cosas desde el punto de “usuario”, o lo que es lo mismo, de ciudadana de la calle. Y el tema de preocupación de mi vecina es, nada más y nada menos, que el estado de la democracia en España.

Han entrado en nuestra política una caterva de personajes que no tienen el más mínimo respeto por lo que hemos conseguido entre todos desde el año 1978, año en que se aprobó nuestra Constitución actual. Durante el mandato de Adolfo Suárez, a la sazón presidente de la UCD de entonces y del gobierno, y con un trabajo enorme, se consiguió poner de acuerdo tanto a falangistas, de donde él mismo provenía, como a liberales, socialdemócratas e incluso a comunistas como Santiago Carrillo. Con la ayuda de su mano derecha, Torcuato Fernández Miranda, realizó el Proyecto de Reforma Política y con el inestimable apoyo del teniente general Gutiérrez Mellado se consiguió que algunos de los desbocados salvapatrias militares no nos pusieran otra vez la bota encima. Y no es la primera vez que echamos de menos el cuajo que tuvieron todos esos políticos, de procedencias y pensamientos tan dispares, para lograr ponerse de acuerdo en sacar adelante éste proyecto democrático y aprobar la Constitución.

-No es cuestión de aceptar ese dicho de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”-, dice mi vecina, pero entiendo que se refiere al reconocimiento que hay que tenerle a esas personas que fueron capaces de entenderse, sin insultarse ni faltarse al respeto, y sacar adelante éste proceso democrático que ha sido puesto como ejemplo, en multitud de ocasiones, de lo que debe ser una transición política hacia un régimen democrático.

No cabe duda de que, digan lo que digan los agoreros aguafiestas, en estos momentos y a pesar de una prolongada crisis de más de diez años, vivimos mejor que en los años setenta. Acordémonos de aquellos años en los que sufrimos el terrorismo; en la década de los ochenta tuvimos algún año en el que salimos a más de un muerto por día. El GRAPO, el FRAP y, sobre todo ETA, nos las hicieron pasar canutas; no se salvaba ni “el tato”, todos estábamos en peligro, tanto en la calle como en casa, como en el colegio, daba igual. Y, a pesar de ésta barbarie, nuestros políticos, algunos mejor que otros, eso sí,  tuvieron las agallas para plantar cara y la entereza para ponerse de acuerdo en  la resolución del conflicto. Pasamos por años duros de restructuración económica, cierre de astilleros, desaparición de industrias para acomodarse a los nuevos tiempos  y hacernos modernos y competitivos. La denominada “reconversión industrial” dejó miles de trabajadores en la calle, claro está, pero muchos de ellos, tras reciclarse, se convirtieron en magníficos profesionales reconocidos por nuestros futuros socios europeos. Esa es otra, nuestra inclusión en la Unión Europea nos dio alas para el desarrollo definitivo de nuestro país, aunque haya aún algún nostálgico que piensa que con la peseta nos habría ido mejor. ¡Manda huevos!.

Todos estos avatares los hemos ido superando con y en democracia; y debemos tener claro que con cualquier otro régimen político éste logro no habría sido posible. Sin olvidar, evidentemente, que a esto hay que añadir la inestimable ayuda de “nuestros votos”, que son sagrados; unas veces mirando a la derecha y otras a la izquierda, pero votando democráticamente, en urnas de verdad y con censos electorales contrastados, no como los de la República de Turulandia  esa que han querido montar en Cataluña.  Incluso hemos pasado por casos de “mangoneo” y corrupción que, en la medida de lo posible, han sido resueltos. Bueno, unos más que otros porque quedan aún por ahí algunos relicarios que se las traen.

Hemos soportado un intento de golpe de estado por parte de unos facciosos que pensaron que “el generalísimo” aún estaba con ellos, y hemos tenido que aguantar la imperfección de nuestro estado de las autonomías que no ha hecho más que crear injusticias y desigualdades; a algunos aún no le parece suficiente y aún piden más butifarra.

Pero todo esto, insiste Marisol, ha sido gracias a la democracia, a poder decidir por nosotros mismos, acertados o errados, pero sin que nadie nos evangelice y nos ”oriente” hacia donde tenemos que apuntar a la hora de votar. Un inciso, como norma general deberíamos preocuparnos mucho más en obtener información antes de ir a la urna. Lo dice mi vecina para evitar que nos den el timo del “tocomocho”, pero eso es para otro día.

Y, a lo que vamos. En ésta última legislatura han entrado en el Congreso de los Diputados, evidentemente tras unas elecciones limpias, legales y legítimas, por si alguno tiene dudas, una serie de personajes, por la derecha y por la izquierda, que son de los que quieren aprovecharse de la democracia para cargársela desde dentro; no será la primera vez. Y somos tan tontos que picamos. Esos populistas, repito, tanto por un lado como por otro, no dicen más que obviedades con las que, -incluso  yo estaría de acuerdo-, dice Marisol. Pero estar de acuerdo en que las autonomías han sido un foco de desigualdades no significa que tenga que votar a VOX , aunque ellos también lo digan.   Con el resto de su discurso homófobo, racista, clasicista y supremacista en definitiva, no se puede estar de acuerdo. –No me explico-, añade Marisol, -qué piensan las mujeres de los integrantes y votantes VOX. ¿Están de acuerdo en sus planteamientos en cuanto a las cuestiones de género se refiere?-.

Si se ha votado a éste partido, o a cualquier otro partido radical,  por despecho, por cabreo, por decepción o por venganza hacia los partidos constitucionalistas, es como matar moscas a cañonazos, el resultado puede ser desastroso y peligroso. ¿Es que no tenemos memoria?.  Probablemente ese es el problema, que no hay memoria porque partidos como éstos, en connivencia con alguno menos radical, pero increíble, como el PP, se han molestado muy mucho en restringir, si no suprimir, todo aquello que tenga que ver con lo que se ha denominado “memoria histórica”, que no es otra cosa que no olvidar lo que fue la barbarie de nuestra guerra civil y, peor aún, la posguerra con sus “paseos”, venganzas, depuraciones y demás brutalidades que los vencedores aplicaron a los vencidos. Me dice mi vecina que hay un libro y una película muy recomendables para no olvidar qué y cómo pasaron las cosas en ese desgraciado periodo. La película es, naturalmente, la dirigida por Alejandro Amenábar, “Mientras dure la guerra” y el libro es el escrito en 2005 por Juan Eslava Galán que se titula “Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie”.  Deberíamos tenerlos de documental diario y de libro de cabecera respectivamente para que no se nos olvide lo que es una guerra entre hermanos y qué nefastas consecuencias tiene a lo largo de los años.

Pues parece que no hemos aprendido nada del pasado.  Aquí  han aparecido de nuevo los “salvapatrias”, sin que nadie les haya pedido que nos salven y ya han empezado con “pin paletales”, con manifestaciones antieutanaisa, con la enseñanza religiosa como preponderante y con todo aquello que a ellos le cuadra bien, sin tener en cuenta que la mayoría está en el resto. Claro está, esto se debe a que, sorprendentemente, o menos, partidos como el PP y Ciudadanos, en sus estertores, se han vendido a éstas exigencias de VOX con el fin de “coger cacho” en determinadas autonomías o alcaldías. Claro, podríamos decir lo mismo de nuestro querido presidente Pedro “guaperas” Sánchez y su acercamiento sospechoso a los “esquerros” e independentistas, pero, de momento lo de los primeros ya está demostrado y lo del PSOE está por ocurrir. Seamos sinceros, aún no ha habido ni una sola prueba de lo que se le acusa al partido socialista con respecto a los independentistas catalanes. Se le acusa de que va a conceder algún indulto a los políticos catalanes presos, pero, hasta el momento, nada d nada. Se le acusa de que se va a saltar la Constitución a la torera para facilitar un proceso de independencia de Cataluña; nada de nada, de momento. Es decir, estamos hablando de lo que suponemos que le va a costar a España el hecho de que Sánchez haya llegado a la Moncloa; bien, esperemos a que ocurra algo. 

Pero retomando el argumento, dice Marisol que no debemos olvidar lo que nos ha costado llegar a un estado de bienestar –fulminado en los siete años de Rajoy-  y a un estado democrático, que se puede perder si no nos damos cuenta de que hay malandrines que se aprovechan de la democracia para hacerla desparecer. Mucho cuidado con la confianza que depositamos en según qué partidos, corremos el riesgo de perder lo conseguido. 

Y como a mi vecina le gusta mucho el potaje, se marchó a poner en remojo los garbanzos.

Kebedo.  

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  • Rafa

    Rafa | Jueves, 13 de Febrero de 2020 a las 13:45:04 horas

    Se cuelga usted la medalla de demócrata para, justo a continuación, demostrar su totalitarismo en grado sumo, su intransigencia más radical con las ideas de otros que no se ajusten a "su verdad absoluta" propia de la izquierda mal llamada democrática.
    Para hablar de las políticas de vox, lo primero que tiene que hacer es leerse su programa para poder opinar con conocimiento de causa, en vez de demostrar, una vez más, su ignorancia

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