Renacimiento

Conozco personas que han pasado por un momento en su vida de auténtica catarsis emocional, personal y física. Son de ese tipo de personas que una vez al año, coincidiendo con la fecha de su abrumador encuentro de cerca con la muerte, se intentan apartar metafóricamente del mundo que les rodea porque necesitan vivir en soledad ese recuerdo.

Son personas que han nacido varias veces y, por tanto, tienen varios cumpleaños. Son tan especiales que, a veces, no podrás entenderlas ni sopesar su proceso hasta convertirse de nuevo en mariposa. Se comportan de una extraña forma días antes de la fecha límite al evento que provocó la rotura de su alma.

Esos seres especiales aman la vida, la escrutan a cada paso, disfrutan del olor de las flores y del color de la hierba. Quizá porque antes les daba igual y ahora ven que el mundo que les rodea es permanente, mientras que ellos fueron efímeros y lo siguen siendo. Disfrutan más que los demás, quieren de manera más intensa y apasionada, defienden lo que es justo con más vehemencia que el resto porque saben que tienen derecho por haber nacido más veces.

Yo nací por tercera vez el 28 de enero de 2011, así que, en realidad, acabo de cumplir hace nada 9 años. He vuelto a ser una niña a la que le gusta jugar, disfrutar, reír con las cosas más tontas y llorar de emoción con las cosas más sencillas y con un poema, o una pieza de música que me eriza el vello hasta provocarme un éxtasis casi místico.

Antes pasaba de puntillas por el transitar de la vida, casi no reparaba en lo que me rodeaba porque lo daba por seguro. No hay nada seguro y todo te lo pueden arrebatar en un instante.

Si eres de esos seres especiales que son tan afortunados al cumplir años varias veces, esto va por tí, porque te entiendo y porque eres más elevado que el resto, sí, lo eres. Te puedes sentir raro en esos días como me pasa a mí… Tienes derecho a rozar la eternidad porque has rozado el otro lado de la vida que todos conocen y dan por hecho.