COSAS MÍAS
El futuro de Zamora y de la Biorrefinería de Barcial
Han pasado más de 13 años desde que conocí el proyecto de la biorrefinería multifuncional, obra de Merino Febrero. Me pareció una gran idea, extraordinaria, singular. Pero le advertí, al entonces joven ingeniero zamorano-leonés, que su idea lesionaría los intereses de grandes multinacionales, de personas que, una vez concluidas carreras políticas, pasaron a consejos de administración y de instituciones públicas y empresas privadas.
No le dio mucha importancia, pues su ilusión y, por qué no decirlo, la candidez de sus pocos años, vencían a cualquier enemigo, por poderoso que fuese. Con el tiempo, supo lo que significaba ir contra el poder establecido y sus lacayos en Valladolid y Zamora. Recibió todo tipo de chantajes, incluso se le pidieron “mordidas”, si quería que su proyecto viese la luz.
No “tragó”. No se rindió. Combatió. Todavía, cuando queda poco para que su deseo se convierta en realidad, no se fía de que los “oscuros” realicen algún movimiento vil para impedir el desarrollo de nuestra provincia, porque el mal jamás cederá ante el progreso, el mal, como el mediocre, nunca descansa.
Hoy, viernes, hace justo una semana que se aprobó el Presupuesto para el 2020 de la Diputación, con una partida especial de 315.000 euros para comprar los terrenos de Barcial. Requejo, otro empresario, podría cambiar la historia económica de esta provincia. No hay nadie tan progresista como el buen empresario, ni nada tan reaccionario como el empresario cacique, gran lastre de nuestra ciudad y provincia. Todavía queda alguno, con prensa incluida, dispuesto a que Zamora se nos muera. No lo consentiremos. Ojo avizor. A veces, vivimos junto al mal y no nos damos cuenta.
Han pasado más de 13 años desde que conocí el proyecto de la biorrefinería multifuncional, obra de Merino Febrero. Me pareció una gran idea, extraordinaria, singular. Pero le advertí, al entonces joven ingeniero zamorano-leonés, que su idea lesionaría los intereses de grandes multinacionales, de personas que, una vez concluidas carreras políticas, pasaron a consejos de administración y de instituciones públicas y empresas privadas.
No le dio mucha importancia, pues su ilusión y, por qué no decirlo, la candidez de sus pocos años, vencían a cualquier enemigo, por poderoso que fuese. Con el tiempo, supo lo que significaba ir contra el poder establecido y sus lacayos en Valladolid y Zamora. Recibió todo tipo de chantajes, incluso se le pidieron “mordidas”, si quería que su proyecto viese la luz.
No “tragó”. No se rindió. Combatió. Todavía, cuando queda poco para que su deseo se convierta en realidad, no se fía de que los “oscuros” realicen algún movimiento vil para impedir el desarrollo de nuestra provincia, porque el mal jamás cederá ante el progreso, el mal, como el mediocre, nunca descansa.
Hoy, viernes, hace justo una semana que se aprobó el Presupuesto para el 2020 de la Diputación, con una partida especial de 315.000 euros para comprar los terrenos de Barcial. Requejo, otro empresario, podría cambiar la historia económica de esta provincia. No hay nadie tan progresista como el buen empresario, ni nada tan reaccionario como el empresario cacique, gran lastre de nuestra ciudad y provincia. Todavía queda alguno, con prensa incluida, dispuesto a que Zamora se nos muera. No lo consentiremos. Ojo avizor. A veces, vivimos junto al mal y no nos damos cuenta.
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